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‘1992’: jaque a la anquilosada y corrupta clase política italiana

Esta semana me adentro en Europa para hablar de una de las series que prometen ser la sensación de la temporada. Hace unos meses el canal italiano Sky Atlantic estrenó ‘1992’ (Mille novecento novantadue) siguiendo la estela de otras grandes producciones de este país como ‘Gomorra’ y ‘Romanzo Criminale’, dos ficciones de una altísima calidad. Tras acabar la primera temporada -diez episodios- la crítica en general ha tenido una opinión favorable y sin duda este producto audiovisual cumple con creces las expectativas. En España, gracias a Canal+ Plus, podemos disfrutar de uno de los dramas políticos del año.

A principios de los años noventa, Italia se encontraba en unas de las épocas más convulsas a nivel político, social y económico. Este drama político narra -disecciona- el periódico histórico de un país que cabalga a lomos de la corrupción y la impunidad; o más conocido como ‘Tangentópolis’, donde todas las estructuras políticas están infectadas por el fraude fiscal, la financiación ilegal de partidos, la malversación de fondos públicos, las mordidas, los favores políticos o las comisiones ilegales de todo tipo. Ante tal desfase se crea el organismo judicial ‘Mani pulite’ (Manos limpias) liderado por el fiscal Di Pietro, que luchará contra cualquier vestigio de corrupción.

El recorrido narrativo de ‘1992’ se hace a través de los ojos de los protagonistas, combinando hechos y personajes reales con ficcionales. Así, el director Giuseppe Gagliardi trata de buscar el equilibrio entre la ficción y el marco histórico concreto, para mostrar de una manera muy precisa todos los acontecimientos que sacudieron los cimientos de la República Italiana y que supusieron un terrible terremoto a la anquilosada clase política.

La serie desgrana este maremágnum económico, social y político por medio de los protagonistas, siendo hilos conductores a través de sus experiencias en los distintos puntos de esta historia: Leonardo Notte (Stefano Accorsi), nuestro particular Don Draper noventero, de moralidad dudosa y un pasado oscuro, trabaja en Publitalia -de Silvio Berlusconi- para buscar la clave -político o partido- que salvará la ‘República Bananera’; Luca Pastore (Domenico Diele), policía que verá su entrada en ‘Manos limpias’ como una forma de lograr venganza personal tras contraer el VIH por culpa de la negligencia de uno de los implicados; Veronica Castello (Miriam Leone), una ex prostituta que busca convertirse en una estrella de la televisión usando su cuerpo y belleza para conseguirlo; Pietro Bosco (Guido Caprino), un ex combatiente  de la Guerra del Golfo que entrar a formar parte del partido Liga Norte por un golpe del destino; y por último, ‘Bibi’ Mainaghi (Tea Falco), hija rebelde del empresario Michele Mainaghi.

En plano secundario y con mucha presencia en el devenir de los protagonistas: Antonio Di Petro (Antonio Gerardi) será el propulsor y líder de ‘Manos Limpias’; Rocco Venturi (Alessandro Roja) jugará una doble vida que le traerá problemas; y Michele Mainaghi (Tomasso Ragno), es un empresario farmacéutico salpicado por el escándalo de financiación ilegal y mala praxis sanitaria.

Las tramas de estos personajes -y otros- irán confluyendo a lo largo de los episodios, para darnos una visión global del alcance, en las diferentes esferas, de la corrupción. El pasado de cada uno de ellos les dotará de motivaciones y mecanismos para adaptarse a los diferentes problemas, además de darles riqueza cromática. Todos serán salpicados de una manera o de otra provocando en ellos evoluciones muy interesantes para el espectador.

La producción de ‘1992’ es de gran calidad, como ya fue la de ‘Gomorra’, conjugando una puesta en escena sobria y turbia, ya que estamos ante uno de los tiempos más oscuros de Italia. Desde una perspectiva ficcional la serie no pierde en ningún momento de vista la realidad de lo que está tratando. Un ejemplo de esto es el uso de imágenes de archivo durante el relato. Lo real de la mano de la ficción.

Además, es una serie que tiene paralelismos con el clima en el que se encuentra España ahora mismo; y por eso, esta ficción se convierte en un caramelito para aquellos que le encanta la política, ya que es una radiografía esclarecedora de hasta dónde pueden llegar los tentáculos de la corrupción y sus consecuencias. Por eso ‘1992’ es una apuesta valiente por el tema tan escabroso y delicado, además de la profundidad con la que lo trata. Una de las curiosidades o quizás lo que más choca es la independencia policial -más quisiera nuestro país- para destapar un entramado que va desde los grandes lobbies empresariales pasando por los medios de comunicación y llegando al más alto cargo político. Esta disección nos llega a mostrar cómo la mafia es otra de las argamasillas que sostienen y unen los diferentes estratos de la corruptela. Por lo tanto, nos situamos en un contexto donde el juego está amañado de antemano, al servicio de unos pocos, y esto lo vivirán los protagonistas a cada uno de los lados de esa línea tan difusa.

Bosco, pequeño héroe que se convierte en político, se dará de bruces con la realidad política, siendo un pececillo en un mar de tiburones y de intereses donde todo tiene un ‘pero’ y el político se convierte en un juguete de algo mayor, espetándole: “La política en Roma no se hace en el parlamento”.

Los medios de comunicación tienen su parte importante en ‘1992’ y su representante es Notte, que a su vez es el pilar central de la ficción. Es el personaje más rico y complejo de la serie y nos proporciona la perspectiva política desde el ámbito del marketing. Un personaje con un pasado oscuro y con una dudosa moralidad que encaja perfectamente con esa élite política (Chiesa, Berlusconi, Dell`Utri) que viven en el derroche y al margen de la ley. Su misión será encontrar un político y/o partido y vendérselo al pueblo como si de una Coca Cola se tratase, y así salvar a la ‘República Bananera’. Cuando le pregunta qué tiene que ver la política con la publicidad, él dice: “Ambas disciplinas se basan en promesas incumplidas” y añade “No necesitamos políticos, necesitamos vender un sueño”. Frases muy reveladoras de la visión de Leonardo Notte.

Si bien ‘1992’ no es perfecta, ya que tiene cierto bajón de ritmo a mitad de temporada, y no tiene un protagonista femenino fuerte en relación con los masculinos, son aspectos que no emborronan a la serie.

Estamos ante un producto de excelsa calidad de género eminentemente político y que hará disfrutar a los amantes de este tipo de ficción, más de moda que nunca. Un producto recomendable y disfrutable al cien por cien. No dudéis en visionar una de las series del año, y además, de descubrir si se salvará la ‘República Bananera’. Nos vemos en la segunda temporada.

Esta semana me adentro en Europa para hablar de una de las series que prometen ser la sensación de la temporada. Hace unos meses el canal italiano Sky Atlantic estrenó ‘1992’ (Mille novecento novantadue) siguiendo la estela de otras grandes producciones de este país como ‘Gomorra’ y ‘Romanzo Criminale’, dos ficciones de una altísima calidad. Tras acabar la primera temporada -diez episodios- la crítica en general ha tenido una opinión favorable y sin duda este producto audiovisual cumple con creces las expectativas. En España, gracias a Canal+ Plus, podemos disfrutar de uno de los dramas políticos del año.