La exposición 'Fondo Kati: de Toledo a Tombuctú' supone un hito “muy importante” en la historia de los archivos toledanos. Así lo recalcaba la directora de la biblioteca, Carmen Morales, en el acto inaugural de un evento que acaba con el “exilio” de más de cinco siglos de los manuscritos de Alí ben Ziyad. La historia del legendario Fondo Kati, que acumula más de doce mil manuscritos, se remonta a los llamados “fuegos de la Magdalena”, graves incidentes de mediados del siglo XV en la capital autonómica. Estará disponible en la biblioteca regional hasta el 26 de octubre.
Alí Ben Yizad al Quti fue un “consumado” bibliófolo que ejercía de cadí -juez- en la comunidad musulmana toledana. El profesional decidió abandonar la ciudad, junto con algunos de sus familiares, amigos y sirvientes, junto a un fondo de unos 400 libros de biblioteca escritos en árabe, castellano, aljamiado y hebreo. Tras su huída de la ciudad toledana, llegó a Tombuctú en busca de refugio. A lo largo de su recorrido hasta África, adquirió nuevos escritos como el 'Kitab as Shifa', una biografía del Profeta, también conocido como el “manuscrito dorado”. En el fondo se encuentran también notas del propio al Quti: “Aquel que conoció Toledo no podrá olvidarlo”.
Cinco siglos después, parte de los manuscritos vuelven a su lugar de origen, gracias al trabajo conjunto del Fondo Kati y su presidente Ismael Didié, junto a la consejería de Educación, Cultura y Deporte. Didié es, de hecho, uno de los descendientes de Alí Ben Ziyad al Quti, y se exilió en España en 2012 tras la conquista de Tumbuctú por rebeldes tuaregs y fuerzas islamitas, después de dispersar los fondos para ocultarlos y protegerlos.
Carmen Morales, directora de la biblitoeca, apeló a la necesidad de “concienciar a la ciudadanía” de que se debe conservar el patrimonio de “todos los pueblos del mundo” y resaltó los “avatares” que ha sufrido el fondo. “Tenemos que hacer estas exposiciones para que todo el mundo conozca el patrimonio y conservarlo para generaciones futuras”, aseveró. Finalmemente, señaló que es un “motivo de muchísima alegría” poder custodiarlos.
Ismael Diadié agradeció refiriéndose a la palabra 'gracias' como la “más bonita” del léxico español, “tanto por la gracia de la palabra como por su contenido y su gracia poética”. De este modo agradecía la presencia de todos quienes acudieron a la inauguración de la exhibición, entre los que se encontraban representantes de la Universidad regional, de la Carlos III y de la asociación de Amigos del Fondo Kati Toledo, fundada en enero del 2019. “En África tenemos una palabra muy poética, ubunto, que significa yo soy porque somos todos. Sin todos los demás, esta exposición no tendría lugar”. Tanto Diadié como Moreles agradecieron el trabajo del comisario Antonio Pareja en su trabajo en la exhibición.
“552 años después estamos dando, como asociación, como Fondo, biblioteca y embajada un paso gigante para la familia Kati. Después de 552 años de sueños hoy pisamos lo que es nuestra luna, nuestro sol y nuestro planeta madre porque Toledo lo ha sido todo para nosotros y lo sigue siendo”, recalcó. De este modo, resaltó como el Fondo Kati le pertenece a “todos”, por lo que existe el deber de “salvaguardar” la biblioteca al ser parte del patrimonio común. “La mejor manera de conocernos es la memoria y conocer el patrimonio de Toledo conservado en Mali hace 500 años es poner las primeras piedras para construir juntos”, recalcó.
El concejal de cultura del Ayuntamietno de Toledo, Teo García, trasladó el agradecimiento desde el Gobierno de la ciudad para participar en la inauguración de lo que es “parte de las raíces” y del patrimonio cultural histórico de la ciudad. Por su parte, el consejero de la embajada de Mali, Younusa Tiramanka Traore, resaltó la buena cooperación que existe entre España y Mali, y lo que implica la exhibición como una suerte de “cooperación descentralizada” y enfocada en la cultura.