La localidad toledana de Méntrida ya cuenta con el primer espacio natural habilitado para depositar cenizas crematorias mediante la plantación de un árbol en recuerdo de los seres queridos. Recordarium, ‘El Bosque del Recuerdo’, es un ecobosque de más de 10 hectáreas de terreno formado por un conjunto de olivos, vides, árboles de diferentes especies, un estanque, terrazas naturales, una dehesa abierta y un jardín independiente para el recuerdo de las mascotas.
La iniciativa, impulsada por cuatro emprendedores españoles, supone la primera alternativa legal y ecológica al cementerio tradicional, a la vez que promueve la recuperación de la biodiversidad de la zona, mediante la plantación de arbolado y flora autóctonas, en cuya base se entierran las cenizas.
Para Ana González Alonso, una de las socias fundadoras del proyecto, “Recordarium ofrece un entorno seguro, legal y natural donde depositar las cenizas procedentes de la incineración de nuestros seres queridos. Con ello se contribuye a la reforestación del espacio creando un bosque, una manera de completar el ciclo de la vida y haciendo que el recuerdo de nuestros seres queridos esté vivo para siempre”.
Más de 15 especies de plantas y árboles donde depositar las cenizas
‘El bosque del Recuerdo’ cuenta con olivar, viñedo, un estanque, dehesa abierta, una plantación de lavanda y una de romero donde poder esparcir las cenizas. Desde 199 euros se puede contratar el derecho de uso de estos espacios, con el máximo respeto al ritual o ceremonia que elijan los familiares.
Además, existen 13 especies de árboles autóctonos donde elegir; desde cipreses, madroños o adelfas, hasta fresnos, alisos y sauces, todos ellos con diferentes tamaños. Estos árboles se plantan enterrando en su base las cenizas, que se biodegradan con la tierra y sirven de abono para los árboles, de modo que en cada árbol “pervive el recuerdo y se completa el ciclo de la vida”.
Una solución demandada por la sociedad
España se encuentra entre los 20 de países con mayor tasa incremental de incineraciones. Según datos del INE y un informe realizado por Panasef, se prevé un incremento del 56% en las incineraciones para 2025, con una media de incinerados del 65%.
En las grandes capitales las cifras son muy superiores, como sucede en Madrid, con un dato previsto para el 2020 del 78% de incineraciones. De todas ellas, el sector estima que el 50% de familiares no sabe qué hacer con las cenizas.
Para los creadores de Recordarium “este espacio responde a una demanda de la sociedad”. “En varios países se están desarrollando nuevos entornos, fuera del cementerio tradicional, que ofrecen una solución más actual, natural y positiva para depositar las cenizas”, señalan.
Según los impulsores del proyecto, las sociedades modernas han ido evolucionando en su forma de entender la pérdida, el duelo y el recuerdo de los seres queridos. Más allá de la religiosidad y la espiritualidad, los psicólogos y profesionales de salud mental indican que los ritos o actos simbólicos de despedida facilitan que el proceso de duelo siga su curso.
“Recordarium encaja con las actitudes actuales hacia la muerte y, sobre todo, da una respuesta novedosa a las necesidades que surgen desde la incineración. Una propuesta diferente que revoluciona los códigos tradicionales de los servicios funerarios”, señala Ana González Alonso.
Alternativa legal
Según la ley de Sanidad Mortuoria, en España está prohibido verter las cenizas en vía pública. La falta de alternativas más cercanas a la naturaleza está llenando nuestros mares y montes de cenizas y urnas.
En el Bosque del Recuerdo, se crea un bosque/jardín para el recuerdo de los seres queridos reforestando un bello entorno natural donde se depositan sus cenizas, y ofreciendo, al mismo tiempo, una solución viable desde el punto de vista legal y ecológico.
Tal y como resaltan sus creadores, Recodarium no es un cementerio, ya que no alberga restos humanos, solo cenizas. Además, los cementerios o columbarios exigen que nuevas generaciones de familiares se hagan cargo de decisiones y costes futuros, mientras que El Bosque del Recuerdo, no tiene ningún cargo de mantenimiento a futuro. Otra diferenciación con los cementerios tradicionales es que la permanencia de las cenizas en el entorno, al integrarse con él, es ilimitada, y permite libertad de decisión y elección de ubicación.