El viernes 23 de mayo, Jeaneth Beltrán, 30 años y nicaragüense, pidió ayuda a sus amigos para trasladarse desde Ajofrín hasta Toledo, por encontrarse muy enferma. A las 18.30 horas, llegaba a las Urgencias del Hospital Virgen de la Salud, para solicitar ser tratada por fuertes dolores de cabeza, molestias generales en el cuerpo y vómitos constantes. Sentía la mitad de la cara pesada y no podía moverla. “Me pidieron su pasaporte”, afirma la cercana que la acompañó en el servicio, “pero no lo tenía, y les intenté ofrecer mis papeles para que, por lo menos, tuvieran algo, pero se negaban, no, no, no, me decían”, afirma Adriana, amiga que estuvo con Jeaneth toda la tarde.
Adriana señala también que el estado de enfermedad de su amiga era evidente. “Gemía de malestar y en un momento empezó a salivar sin control”, relata. Había un enfermero en la sala de esperas del servicio de Urgencias que, a pesar de ser testigo de la situación, se limitó a trabajar en un ordenador, justificando que “él no podía hacer nada”, según el testimonio de la amiga. “Preguntaba a los amigos qué podía hacer. Llamaba a los doctores, les decía 'por favor, mírenla como está, atiéndanla', pero nadie me hacía caso”, se lamenta. En la sala de espera había más pacientes pero que, según Adriana, padecían enfermedades más comunes, como resfrío o alergia. Cuando Beltrán empezó a vomitar “muy oscuro” y no podía andar, su amiga decidió que tenían que trasladarla a otro hospital, momento en el que el personal de Urgencias decidió atender a la paciente, cuando eran más de las diez y media de la noche y tras ver que Beltrán convulsionaba en la puerta del servicio. A la 1 de la madrugada, la médico a cargo salió para comunicar a Adriana que el corazón de Jeaneth se había paralizado y que no podían hacer nada más.
Adriana, afirma que, en todos los años que lleva en Cantabria, comunidad donde reside normalmente, no había visto algo así. Señala que los médicos no sólo ignoraron a la paciente, sino que fueron muy groseros. “Me decían cállate ya, mientras yo pedía ayuda y exigía saber como estaba Adriana. En un momento llegaron doctores que creían que Jeaneth era un niño y cuando les dije que era una mujer de 30 años, se fueron, simplemente. Estoy segura que si la atienden nada más entrar, esto no hubiese pasado”, relata.
Problemas de repatriación
El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, afirma la familia, no ha ofrecido ninguna respuesta satisfactoria. En el crematorio de Toledo, los cercanos a Jeaneth comentan que la única persona que se sentó a hablar con ellos fue la jefa de la guardia del viernes, quien justificaba la situación diciendo que “ellos la habían recibido así”. Para conocer la razón exacta de su muerte, los familiares y amigos deberán esperar más de tres meses para recibir los resultados de la autopsia. Sin embargo, el problema al que se enfrentan ahora es mucho más grave. El tanatorio de Toledo accedió a tener a Jeaneth en sus dependencias hasta las 10 de la mañana de este domingo, 25 de mayo, y luego fue trasladada a las dependencias del crematorio.
“Ahora que Jeaneth descansa en paz, lo que queremos es repatriarla a Nicaragüa, para poder darle un entierro con su familia”, aseguraba una amiga. Sin embargo, la repatriación debe solucionarse antes del martes y tiene un coste de más de 20.000 euros. El consulado de Nicaragüa, explican, sólo se puede hace cargo de acelerar el trámite burocrático, pero no puede hacerse cargo de la carga económica del proceso. “No descartamos empezar acciones legales contra el Hospital de Toledo, pero por ahora lo que necesitamos es que nos ayuden para mandar a Jeaneth a casa”, afirman. Cuentan también que en Nicaragüa los medios de comunicación se han hecho también eco de la noticia.
El Complejo Hospitalario de Toledo ha difundido una nota de prensa en la que asegura que se está llevando a cabo una invetsigación para determinar las causas de la muerte de Beltrán. En la misma nota, el Hospital asegura que el Servicio de Urgencias no presentaba ningún tipo de saturación, ni tenía pacientes en espera de cama, recordando, además, que el Hospital cuenta con todos los recursos disponibles para adecuarlos a las necesidades asistenciales, mientras pide que se respete la investigación en curso.