Varias calles de Albacete, todas con nombre de mujer, despiertan este sábado 7 de marzo con obras artísticas colocadas la noche anterior. Se trata de una acción colectiva artística de memoria histórica, callejera y feminista: Mujeres que habitan.
Dichas obras hacen referencia, o se convierten en un homenaje, a la mujer que da nombre a la calle. El tipo de obras es muy variado: hay desde poesía o narrativa hasta ilustraciones o incluso performances. Pueden ser fáciles de encontrar, pero en la mayoría habrá que buscar, igual que cuando queremos saber sobre mujeres importantes en la historia.
El mapa ‘secreto’ hasta la mañana del sábado
Desde la organización prefieren guardar el anonimato ya que el proyecto se ha movido de forma muy clandestina, “de mujer creadora a mujer creadora”, y rellenando un documento online con pseudónimos, “por lo que no sabemos exactamente cuántas somos, pero alrededor de unas 22”.
Hay en total 16 calles repartidas por todo Albacete, como se puede ver en el mapa que se ha guardado en secreto. Curiosamente, la mayoría de calles con nombre de mujer se encuentran en zonas periféricas, por lo que muchas de las obras se encuentran lejos del centro de Albacete y con esto no se había contado “y nos encanta”, aseguran, “pues el arte y la cultura se suelen quedar en el centro, en museos y galerías, y no suelen llegar a otros barrios que es lo que va a pasar con este proyecto”.
Debido a lo efímero del proyecto, han creado el hashtag #mujeresquehabitanab para que sea una especie de contenedor de todo el contenido que se genere ese día: fotos, videos… y así podrá ser visto, aunque las obras desaparezcan.
Esta iniciativa se pone en marcha porque “queríamos realizar un acto de memoria feminista y ocupar las calles, y qué mejor momento que en torno al 8 de marzo. No lo hemos hecho el 8 por no quitar protagonismo al día, pero hacerlo justo un día antes amplía la agenda de actos feministas y, quizás, alguna obra siga vistiendo las calles durante el domingo”.
Ejercicio de memoria histórica y reconocimiento
Desde la organización, aseguran que la intencionalidad de este evento es, por un lado, “al crear las obras en torno a mujeres referenciadas en las calles, estamos haciendo un ejercicio de memoria histórica, popularizando el saber en torno a ellas y dándoles una relevancia que normalmente la historia no les ha dado”.
Por otro lado, “como mujeres, estamos rompiendo el estereotipo del uso del espacio público patriarcal (mujer en casa cuidando, hombre en calle trabajando) y, además, en vez de usarlo de forma pasiva y consumista, lo usamos de forma creativa y crítica”.
Además, afirman, así generan un tipo de turismo que se sale del centro y del arte y cultura normativos para irse a las periferias y reivindicar espacios y personas que normalmente no se suelen destacar.
La clandestinidad también tiene una motivación, “uno de los objetivos era ocupar como mujeres unas calles que también son nuestras. Por ello, por una cuestión simbólica, no hemos pedido permiso para realizar actos en el espacio público”.
Aun así, uno de sus principios es que las obras sean respetuosas con el espacio, pero “para cubrirnos las espaldas nos hemos organizado a través de documentos online y pseudónimos. Ninguna sabemos quiénes son ni qué harán las demás”.
Por esta misma razón, concluyen, “si hubiésemos avisado antes de la naturaleza del proyecto, dando lugares y horas, podríamos haber tenido problemas por carecer de permisos y nuestras obras podrían haber sido retiradas antes de tiempo. Además, queremos que sea una sorpresa para las personas que viven en las calles elegidas, pues son las primeras a las que queremos llegar”.