Las ONG piden que no se “mercantilice” ni “pervierta” el pago voluntario por los servicios ecosistémicos

Las organizaciones no gubernamentales especializadas en biodiversidad y naturaleza llevan ya décadas conociendo y clasificando los beneficios que los ecosistemas aportan a la sociedad y que no suponen un retorno económico para aquellos que los producen. Ya sea mediante acciones directas o como intermediarias, estas asociaciones saben que hablar de capital natural y de un pago voluntario por parte de empresas, entidades o particulares para mantener y mejorar esos servicios ecosistémicos, es una cuestión compleja. Con más tradición en Latinoamérica que en la Unión Europea, fue a partir de 2005 cuando el sistema comenzó a implementarse en todo el mundo, aunque aún permanece a pequeña escala.

Así lo han manifestado las ONG en la mesa redonda que hoy han protagonizado dentro del I Foro Internacional de la Alianza por los Servicios de los Ecosistemas que organiza en Guadalajara el Gobierno de Castilla-La Mancha. Esta alianza es la plataforma de diálogo y cooperación público-privada que el Ejecutivo regional ha puesto en marcha este año para reconocer el valor de los servicios que los ecosistemas de la región aportan al bienestar de la ciudadanía y al conjunto de la economía.

El objetivo del panel protagonizado por las ONG y moderado por Eduardo de Miguel, director gerente de la Fundación Global Nature, ha sido inspirar con ejemplos que se están llevando a cabo y que sirvan para movilizar dinero de fondos privados y públicos a favor de la gestión o mejora de la calidad y cantidad de servicios ecosistémicos.

Desde este punto de vista, Enrique Segovia, director de Conservación de WWF, ha precisado que el pago por servicios ambientales es una herramienta económica “entre otras muchas”. “No estamos descubirendo la piedra filosofal”, ha advertido, dejando claro que desde su organización defienden que se pague por aquellos servicios que mejoran el medio ambiente y no “simplemente por el statu quo”. También se ha dirigido a las empresas para subrayar que financiar el capital natural no viene a compensar “lo que hagan mal” en materia de medio ambiente, sino que se trata de “devolver el beneficio” que han obtenido de los ecosistemas.

Financiación sostenible en el tiempo

Por su parte, Ana Isabel Carricondo, coordinadora de programas de conservación de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) ha apostado por mecanismos de financiación sostenibles para pagar estos servicios ecosistémicos, de manera que puedan mantenerse en el tiempo con esa doble función de conservacionismo y retorno de beneficios. De hecho, ha abogado por mejorar la difusión del propio concepto y por dotar de transparencia a todos los procesos.

Ese importante “componente pedagógico” también lo ha señalado José María Rey Benayas, presidente del Patronato de la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas y catedrático de Ecología de la Universidad de Alcalá (UAH). La “persistencia” del capital natural, ha dicho, es el objetivo fundamental y en cuanto al pago por los servicios ambientales, ha destacado: “Si la principal externalidad de la actividad económica de los humanos es el daño ambiental, parece razonable que los productores de esos dividendos del capital natural se beneficien de su labor conservacionista o restauradora y también parece razonable que la sociedad deba pagar por estos dividendos”.

Se trata de argumento que también refrenda WWF, que además afirma que el papel de las ONG debe ser “pionero”, demostrando “que es posible hacer las cosas de otra manera y que el camino que hemos abierto se esté haciendo bien”. En opinión de Enrique Segovia, también “debemos ser críticos y alertar de los riegos y de la perversión del sistema que se puede montar si confundimos los términos”. “Hay que minimizar el impacto, porque la naturaleza ya no da para más. No vale seguir destruyendo y luego compensando”, ha advertido.

Un proceso “con garantías”

A este respecto, la representante de SEO/Birdlife también ha pedido que el pago por los servicios ecosistémicos no se “mercantilice”. Ha recordado que en España el capital natural está muy intervenido por lo que aún queda camino por delante para mejorar una rentabilidad que además “debe hacerse con la garantía de que son las prácticas las que ofrecen ese valor”.

Y con carácter general, Rey Benayas ha mencionado las numerosas aportaciones que las ONG han hecho por los servicios ecosistémicos, desde la contribución a la concienciación social hasta el desarrollo de proyectos pilotos para comprender cómo pueden aplicarse después a gran escala, además de evaluar y controlar el seguimiento y los resultados. “Las ONG inspiran confianza y esto puede ayudar a proyectos como el pago por servicios ambientales”, ha remarcado.

“Nuestra función ´-ha concluido por su parte SEO/Birdlife- es seguir estando ahí y contribuir a que se mantenta la esencia de estos servicios”.