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Paisaje castellanomanchego, un patrimonio cinematográfico en acción

Cuando se apagan los focos, cuando el plano funde a negro, sigue quedando esta tierra. El paisaje manchego se abre paso en el mundo del cine y hoy, Día mundial del Patrimonio Audiovisual, desde elDiarioclm.es queremos realizar un 'travelling' panorámico sobre la industria y el impacto del séptimo arte en la región. Porque las posibilidades del cine como motor económico son indiscutibles. A principios de 2017, la Junta de Comunidades, a través de la Dirección General de Turismo, crea la Film Comission, una plataforma técnica para facilitar a la industria el rodaje de películas, series o documentales en la comunidad autónoma. Hasta la fecha, el catálogo de localizaciones que se está realizando supera los 400 espacios. En algunos de ellos, ya se está rodando. 

Como nos cuenta Mike Villanueva, responsable técnico de la Film Comission, “se calcula que en torno al 35% del presupuesto de las producciones se gasta en localizaciones. A nivel nacional se considera que es un negocio que genera más de 640 millones de euros anuales”. En Castilla-La Mancha actualmente se trabaja en la estandarización de un formato que permita calcular eficientemente el fenómeno cinematográfico. 

Para realizar esta labor de configuración del catálogo se ha contado con una empresa especializada. Fran Marcos es uno de los profesionales que se ha pateado al región para hallar aquellos lugares que puedan gustar a las productoras cinematográficas, televisivas y publicitarias. “Castilla-La Mancha me ha sorprendido para bien, con zonas muy distintas, la serranía de Albacete no tiene nada que ver con Ciudad Real o Toledo. A nivel de entorno y paisaje hemos encontrado esos puntos que pueden ser muy interesantes, como un paisaje muy marciano en Cuenca o pueblos como Alcalá del Júcar que pueden parecer incluso zonas de Marruecos o la laguna de Pétrola que para alguna escena muy concreta puede funcionar”. 

Y resume Marcos el objetivo de una producción audiovisual, “lo importante es tener un poco de todo y que sea fácil moverse entre una localización y otra”. 

En esta tarea, la Film Comission recibe la ayuda de las oficinas de turismo y ayuntamientos. Como buenos conocedores de sus territorios hacen llegar el primer fotograma de aquellos rincones con posibilidades. Loli García Alarcón, técnica turística de la Sierra del Segura, sabe bien del potencial de la comarca, “hay antiguos mataderos, casas, fábricas, patrimonio con muchas posibilidades”. Y de eso se trata, no solo del propio paisaje, de castillos o iglesias, sino de esos espacios, tanto públicos como privados, que puedan valer una gran escena. Un túnel, un salto de agua o el Banco Úbeda de Elche de la Sierra, construido en el año 1934, conservado como en una cápsula deltiempo, con el que “han alucinado”, señala García Alarcón.

Imaginar la tierra 

Y es que hay lugares que pueden hacer brotar la inspiración. Sitios capaces de desencadenar por sí solos una historia. El cineasta Ismael Olivares, recientemente galardonado con el premio al mejor trabajo de Castilla-La Mancha en el Festival de Cine Emergente, por su cortometraje “La Llorona”, recuerda para este periódico que su vocación le viene de siempre. “En mi casa se ha visto cine, mi abuela Encarna, una romántica de la gran pantalla, enamorada de este arte y una espectadora tan real que se creía todas las historias que contaban las películas”. Su trabajo premiado se rodó en Hellín, su ciudad, por motivos logísticos y “porque en esta tierra se puede ficcionar casi cualquier ciudad española y la luz natural es extraordinaria”. 

El joven cineasta manchego cree que aunque aún no podemos competir con el País Vasco, Canarias o Madrid, “se están abriendo caminos con el trabajo de la Film Comission o la actividad de festivales como Abycine, Almagro o Fecicam que no de dejan de promover y hacer mover nuestra tierra”. Insiste en que debemos ser capaces de valorar la industria del cine, como lo hacen en otros países como Estados Unidos, “y comprobaremos que las audiovisuales son una fuerza económica tremenda y arrolladora”, dice Olivares mientras escribe su primer largometraje. 

En Liétor, Molinicos Aýna saben bien de la palanca turística que supone el cine. Hace una década la Junta creó dos rutas cinematográficas en la comunidad: la ruta “Volver” inspirada en la obra de Almodóvar y la ruta de “Amanece que no es poco”, situada en los tres pueblos donde se rodó este clásico del cine español que cuenta con miles de “amanecistas”. Juan Ángel Martínez es el alcalde de Ayna y es también uno de los figurantes que siendo niño participó en la famosa película de José Luis Cuerda. Según explica, “la ruta ha sido buena para toda la comarca, su creación supuso un antes y un después turístico; viene gente de lugares tan lejanos como Armenia o Argentina y les gusta que los que salían en la peli les expliquen sus anécdotas del rodaje”. 

Esta ruta es un modelo de lo que el cine es capaz de hacer por las zonas rurales. Curiosamente, como ha desvelado el periodista José Fidel López en su web https://www.cuentosdecine.es la primera superproducción que se rodó en la sierra de Albacete, fue la película “El lobo”, en Alcaraz, en el año 1928. Esta historia y otras muchas, como el accidentado rodaje de “El Orgullo de Albacete”, pueden leerse en este interesante espacio online que revela la lejana presencia del cine en esta provincia. 

El futuro aguarda grandes estrenos. Como indica Mike Villanueva, de la Film Comission, “la iniciativa ha logrado poner en el mapa de la producción audiovisual nacional e internacional a Castilla-La Mancha”. De momento ya se han realizado decenas de rodajes, entre los últimos “Maquis”, que aspiran a sumarse al éxito de “Camino”, “Don Quijote”, “Alatriste”, “Mortadelo y Filemón”, “Te doy mis ojos” o “La Caza”. Películas que han hecho historia y que son además un patrimonio audiovisual muy vivo en una tierra que quiere seguir siendo imaginada.