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Está bien que la diferencia de colores entre las instituciones que nos gobiernan en las distintas administraciones de la región dé lugar a la confrontación de modelos o iniciativas en la gestión del patrimonio cultural. Gracias a ello se enriquece el debate y se estimula la creatividad y la eficacia a la hora de abordar este mundo tan complejo y, sin embargo, necesario para la correcta promoción de su investigación o creación, o de su conservación, uso y disfrute de la ciudadanía.
A las celebraciones habituales en el ciclo anual de música, artes escénicas, cultura sefardí y convocatorias varias en formato de conferencias, semanas del libro y de literatura -excepto la cancelación el festival de poesía Voix Vives o la anulación de los premios “ciudad de Toledo” a la investigación, la poesía, la novela, la rehabilitación o el periodismo-, se suma ahora un Ciclo de Novela Histórica.
El 16 de noviembre se celebra el Día Internacional del Patrimonio Mundial y para ello el ayuntamiento capitalino que preside Carlos Velázquez ha programado actividades persiguiendo la declaración para el 2031 de la capitalidad europea de la cultura para su ciudad. En esta edición el ayuntamiento toledano ha trocado el título de la celebración titulándolo del “Patrimonio Contemporáneo”, con un programa que incluye visitas a edificios, a obras escultóricas urbanas o a colecciones de pintura de autores contemporáneos, concitando la colaboración de entidades públicas y privadas que abren sus puertas con motivo del evento.
Nos felicitamos de que, en esta ocasión, al programar las actividades se piense más en el disfrute del ciudadano que en el visitante foráneo, ya que, al partir la iniciativa de la concejalía de Turismo, Vivienda y Relaciones con la UCLM, nos hace recordar anteriores actuaciones centradas más en el turismo, como ha sido el montaje de espectáculos de luz y sonido o la contratación de la “Carroza Real”, que presentan un sentido más lúdico y episódico.
Tome nota la Consejería de Educación, Cultura y Deporte a la hora de sumarse a este tipo de celebraciones y, como es este el caso, en la carencia que muestra a la hora de poner al día su política de promoción y gestión del arte contemporáneo en la región, carente de un diseño serio que nos ofrezca a corto y medio plazo un plan estratégico que recupere tanto tiempo perdido, promesas incumplidas y rectifique los errores cometidos. Recordamos que no es un problema de presupuestos -los fondos se gastan según que directrices- sino de planteamientos.
Fuera de esta celebración en clave local, echamos en falta que desde alguna institución o por parte de asociaciones que trabajan por el patrimonio cultural, en su ámbito global o local, se planteen conferencias o mesas redondas donde se hable sobre las políticas que desde nuestra región, en nuestro país, con los fondos europeos o desde el ICOMOS, o desde nuestras localidades, con una óptica de globalidad. Estamos en inflexiones graves de cambio climático, efecto de guerras internacionales sobre patrimonio cultural o retos en la conservación del patrimonio inmaterial que nos podrían concitar el interés y el debate en este día.
Está bien que la diferencia de colores entre las instituciones que nos gobiernan en las distintas administraciones de la región dé lugar a la confrontación de modelos o iniciativas en la gestión del patrimonio cultural. Gracias a ello se enriquece el debate y se estimula la creatividad y la eficacia a la hora de abordar este mundo tan complejo y, sin embargo, necesario para la correcta promoción de su investigación o creación, o de su conservación, uso y disfrute de la ciudadanía.
A las celebraciones habituales en el ciclo anual de música, artes escénicas, cultura sefardí y convocatorias varias en formato de conferencias, semanas del libro y de literatura -excepto la cancelación el festival de poesía Voix Vives o la anulación de los premios “ciudad de Toledo” a la investigación, la poesía, la novela, la rehabilitación o el periodismo-, se suma ahora un Ciclo de Novela Histórica.