Palabras Clave es el espacio de opinión, análisis y reflexión de eldiario.es Castilla-La Mancha, un punto de encuentro y participación colectiva.
Las opiniones vertidas en este espacio son responsabilidad de sus autores.
En las últimas semanas ha descendido visiblemente el caudal del río Tajo en su tramo medio. En Toledo, el caudal del río ha bajado tanto que no puede superar el azud de Safont. Por la ciudad solo se observa una sucesión de agua estancada que dificulta el mantenimiento de las condiciones ecológicas del río.
La situación es más grave aguas abajo, pasado el embalse de Castrejón, según se va acercando el río Tajo a Talavera de la Reina. En la estación del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) que la Confederación Hidrográfica del Tajo tiene en el municipio de Cebolla se están recogiendo unas caídas en el caudal alarmantes por debajo de los 3 m3/s. Esto equivale, en un río con una anchura de cauce como el Tajo, a que apenas circule el agua. A su paso por Talavera de la Reina, desde el 12 de junio, hay momentos en los que el caudal del río Tajo se sitúa por debajo de los 10 m3/s establecidos como caudal mínimo legal.
El artículo 59 de la Ley de Aguas confiere a los caudales ecológicos prioridad por encima de todos los demás usos. Es decir, se deben respetar en cualquier circunstancia, salvo por cuestiones excepcionales de escasez de agua para abastecimiento humano.
Pese a que los caudales mínimos en Aranjuez, Toledo y Talavera están derogados por las sentencias del Tribunal Supremo (TS) de 2019, no deben circular caudales por debajo de ese mínimo, ya que el TS consideró esos caudales insuficientes para garantizar los objetivos ambientales del río Tajo. Es lógico, por tanto, que, hasta el establecimiento definitivo de nuevos caudales ecológicos más ambiciosos, estos no puedan ser menores de 10 m3/s en Talavera de la Reina.
El descenso alarmante del nivel de agua que observamos estas semanas se debe a una insuficiente suelta de agua desde los embalses de Entrepeñas y Buendía, río arriba. Los desembalses de la cabecera deben ir destinados a satisfacer todas las necesidades del Tajo, incluidos los regadíos, más abundantes en esta época del año. Aunque existe un límite mensual a la cantidad de agua que se puede soltar desde la cabecera al propio Tajo, fijado en el Memorándum, en las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, los gestores pueden superarlo por requerimientos ambientales con la debida justificación.
Durante los meses de verano se produce un incremento en las demandas agrícolas en la zona media de la cuenca que, por prioridad de la cuenca cedente, hay que satisfacer. Estas demandas agrícolas están recogidas en la planificación hidrológica y, por tanto, están adaptadas a la cantidad de recurso existente, teniendo siempre en cuenta el cumplimiento de los caudales mínimos. Independientemente de que queda pendiente hacer una evaluación sobre la eficiencia de estos riegos o sobre si la extensión de la superficie de regadío es la más sostenible para el buen estado del río Tajo, en estos momentos no se están garantizando los caudales mínimos. Los descensos de caudal a los que está siendo sometido el río en su tramo medio son incompatibles con el mantenimiento de la fauna y la vegetación fluvial. El río Tajo se está agotando lentamente y no es porque a su cuenca le falten aportaciones naturales.
Paradójicamente, las Reglas de Explotación del trasvase Tajo-Segura definen como excedentarias del Tajo las aguas que se derivan desde su cabecera al Segura. Esto carece de sentido, dado que los desembalses que se están produciendo desde Entrepeñas y Buendía al Tajo no están siendo suficientes para cumplir las demandas ambientales básicas del propio río Tajo en la zona de Talavera de la Reina, que son prioritarias a las del resto de usos. Es necesario, como mínimo, modificar las Reglas de Explotación del trasvase Tajo-Segura en lo que se refiere a los desembalses máximos al Tajo. Es el único río de España que tiene limitada por Ley la cantidad de agua que puede circular por él. En definitiva, no existe ningún motivo justificado para que los caudales en el río Tajo bajen del mínimo legal establecido.
En las últimas semanas ha descendido visiblemente el caudal del río Tajo en su tramo medio. En Toledo, el caudal del río ha bajado tanto que no puede superar el azud de Safont. Por la ciudad solo se observa una sucesión de agua estancada que dificulta el mantenimiento de las condiciones ecológicas del río.
La situación es más grave aguas abajo, pasado el embalse de Castrejón, según se va acercando el río Tajo a Talavera de la Reina. En la estación del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) que la Confederación Hidrográfica del Tajo tiene en el municipio de Cebolla se están recogiendo unas caídas en el caudal alarmantes por debajo de los 3 m3/s. Esto equivale, en un río con una anchura de cauce como el Tajo, a que apenas circule el agua. A su paso por Talavera de la Reina, desde el 12 de junio, hay momentos en los que el caudal del río Tajo se sitúa por debajo de los 10 m3/s establecidos como caudal mínimo legal.