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El día 6 de enero de 2020, una mujer y su hija fueron asesinadas por el hombre con quién habían compartido su vida. Son las primeras víctimas registradas en un contador que se pone a cero todos los años, pero que desde 2003 contabiliza más de 1.000 feminicidios.
Para acabar con los asesinatos machistas y erradicar la violencia hacia las mujeres el gobierno que se va a conformar este mes necesita recurrir a todos los instrumentos a su alcance y poner entre sus prioridades la lucha contra la violencia de género.
Son imprescindibles más instrumentos, más recursos y más educación y no solo para menores en colegios e institutos. Sabemos que los asesinatos y la violencia hacia las mujeres se desencadenan en el seno de una sociedad que no cree y no práctica la igualdad.
Le pedimos al gobierno que se ha de conformar este mes, que sea valiente, que se implique de verdad, que no abandone a las mujeres y sus hijos e hijas, que aborde la dotación de las leyes con un presupuesto suficientemente amplio para no parecer migajas, que no se externalicen los servicios de atención de los centros de la mujer para que se pueda atender desde la perspectiva integral y prolongada que las mujeres necesitan, que la justicia y los juzgados y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado cuenten con medios y formación que acaben con los sesgos machistas y que su política feminista no sea una mera fachada y una campaña de venta a base de titulares.
Esto no se para con calderilla para los municipios que reparte el Pacto contra la Violencia de Género, para erradicar la violencia machista, que tantas vidas se cobra, es muy importante desarrollar medidas urgentes, también lo es implantar medidas sociales, jurídicas y educativas que calen en la población que hagan de la aceptación, del silencio y de la complicidad de la sociedad un valor despreciable y esto se consigue con dinero, pero también con desarrollos normativos directos que dejen claro a comunidades autónomas, ayuntamientos y organizaciones cuál es su papel en el desarrollo de este pacto.
Necesitamos compromiso y valentía para acabar no solo con el techo de cristal sino también con el suelo pegajoso, porque la mayoría de las mujeres no emprendemos, no tenemos cargos públicos, no somos socias de empresas; somos mujeres trabajadoras, asalariadas con contratos precarios y horarios infernales, somos madres que no podemos conciliar, somos cuidadoras y somos jóvenes que tenemos que contemplar la emigración cómo futuro. Porque la independencia económica propicia que las mujeres seamos dueñas de nuestro destino.
En resumen, al nuevo gobierno le pedimos compromiso y valentía en adopción urgente de medidas, la dotación de las leyes, el seguimiento de las políticas y la asignación de recursos.
Nada más, pero tampoco nada menos.
El día 6 de enero de 2020, una mujer y su hija fueron asesinadas por el hombre con quién habían compartido su vida. Son las primeras víctimas registradas en un contador que se pone a cero todos los años, pero que desde 2003 contabiliza más de 1.000 feminicidios.
Para acabar con los asesinatos machistas y erradicar la violencia hacia las mujeres el gobierno que se va a conformar este mes necesita recurrir a todos los instrumentos a su alcance y poner entre sus prioridades la lucha contra la violencia de género.