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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

Stockholm y la monarquía

Esta mañana me he levantado triste. Lo más probable es que se deba a que anoche en casa nos vimos “Stockholm”, y esa peli deja planchado al más pintado; sin embago trato de engañarme a mí mismo, intento autoconvencerme de que, en realidad, lo que me ha hundido fue una encuesta que publicó ayer El País.

Venía a decir que en España ahora mismo se prefiere el reinado de Felipe VI a un presidente de la república elegido entre personalidades del país ¿?, y que una mayoría de los encuestados opinaba que en algún momento habrá que consultar la forma de estado a los españoles... ¿en algún momento?

Además de la encuesta, el asunto regio se complementaba con algunas noticias más (una de ellas narraba cómo el príncipe se había entrevistado con dirigentes del PSOE de su misma generación que le habían hecho comprender por qué el republicanismo estaba tan presenta en las bases del socialismo español....pero eso, en las bases, alteza; no se preocupe usted), y se cerraba con un editorial de Cebrian titulado “¿Monarquía o república? Democracia”

No puedo más, de verdad. Que lo coronen de una vez y a otra cosa.

En un artículo mío anterior yo decía que, para los republicanos, el pueblo español seguirá contando con el beneficio de la duda porque no le van a dejar postularse en un referendum. Y si nos fiamos de las encuestas, casi que mejor, porque todas parecen dar el placet al borbón...aunque siempre podremos decir (y no es mentira) que últimamente los estudios sociales no dan ni una y que siempre pueden cocinarse a gusto del que los encarga.

Pero lo que de verdad me dejó por los suelos es la sabia configuración de todos los elementos informativos del periódico al servicio de la causa monárquica: la encuesta, las noticias que lo adornaban y, finalmente, el artículo de opinión para cerrar el círculo; el conjunto sabiamente organizado conformaba tras la suma de sus elementos una especie de mensaje oculto que, de pronto, se revelaba en consigna: “¿Para qué refrendos ni mandangas, si ya veis en las encuestas que el pueblo prefiere un rey como dios manda? Dejemos las cosas como están”.

Y, con el afán de no cerrar puertas, de recordarnos que el sistema es democrático a tope y por eso deja un resquicio a la legitimidad democrática, se añade lo siguiente: “está claro que en algún momento habrá que permitir que los españoles decidan a cerca del modelo de estado y su jefatura....pero eso, en algún momento, indefinido, no ahora que hay que colocar a Felipe que está superpreparado y mira tú lo que nos ha costado su formación”

Esta mañana me he levantado triste, y yo le echaba la culpa al periódico de ayer, a sus mensajes que conducen a la conformidad, al inmovilismo; atado y bien atado quedó todo. Pero en realidad fue la peli, la peli de Sthoklom, que me dejó lánguido y sin ganas de nada. Y así sigo. A lo mejor la ceremonia de coronación consigue elevarme el ánimo.

Esta mañana me he levantado triste. Lo más probable es que se deba a que anoche en casa nos vimos “Stockholm”, y esa peli deja planchado al más pintado; sin embago trato de engañarme a mí mismo, intento autoconvencerme de que, en realidad, lo que me ha hundido fue una encuesta que publicó ayer El País.

Venía a decir que en España ahora mismo se prefiere el reinado de Felipe VI a un presidente de la república elegido entre personalidades del país ¿?, y que una mayoría de los encuestados opinaba que en algún momento habrá que consultar la forma de estado a los españoles... ¿en algún momento?