De vuelta en FERCAM

Para los que no están atentos a las cuestiones del sector agrario en nuestra tierra, FERCAM es la Feria Nacional del Campo de Manzanares, Ciudad Real. Cerró sus puertas ayer y este año ha celebrado su 62a edición. No está nada mal llegar a ese número. Es, probablemente después de la FIMA, en Zaragoza, una de las ferias agrarias más importantes del panorama nacional. Y creciendo cada edición en dimensión y relevancia. 

Hace un año aproximadamente participé en la inauguración, como en todos los anteriores, como consejero e, incluso, antes como director general de Producción Agropecuaria, en la última legislatura presidida por José María Barreda. Es, sin duda, un acontecimiento al que le tengo mucho cariño.

En esta ocasión, el motivo de mi vuelta ha sido la presentación del libro “El Resurgir del Agro. 10 Retos”. Fue el pasado viernes 28 de junio y para mí fue un acto muy especial, más allá de la presentación del libro, por la presencia de una buena parte del sector agrario y agroalimentario de la comarca de La Mancha, que quisieron acompañarme. Recibí mucho cariño de parte de todos y el libro tuvo una muy buena acogida.

En nuestra tierra, y en la comarca de La Mancha, los 10 retos que propongo en el libro son absolutamente imprescindibles. Sobre todo, tres de ellos. La apuesta por las pequeñas y medianas explotaciones familiares -lo que llamamos modelo de agricultura familiar-, el impulso al relevo generacional -que es el que aportará la innovación y las mejoras tecnológicas en el sector de cara al futuro-, y el acceso al agua, como factor limitante, e imprescindible, para la agricultura profesional. 

En La Mancha sabemos muy bien de qué se trata cuando hablamos de agricultura y ganadería familiares -emprendedores viviendo y creando el empleo y la riqueza en nuestros pueblos-, incorporación de jóvenes -una gran mayoría de los 4.000 chicos y chicas que se han incorporado en los últimos años a la actividad agraria en la región, lo han hecho en las explotaciones familiares profesionales de La Mancha- o de la importancia de disponer de agua para sacar adelante una explotación.

El agua merece un análisis aparte. Es imprescindible siempre, pero en el Alto Guadiana es una cuestión capital. La garantía para el abastecimiento urbano que ha supuesto la apertura de la tubería a la llanura manchega -clave para que nuestros pueblos tengan población y se creen empresas- debe continuar ahora con una solución para los agricultores profesionales de la comarca, que han de poder disponer de agua para sus explotaciones, utilizada de manera eficiente y sostenible, compatible con la preservación de los acuíferos y los humedales. Para ellos, propongo la creación de bancos públicos de agua. Una idea sobre la que, estoy seguro, debatiremos en los próximos años.