También en el bienestar mental ha dejado su rastro la crisis económica. Las tasas de discapacidad y mortalidad en el mundo asociadas a las enfermedades mentales han crecido durante los últimos diez años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Castilla-La Mancha, la situación también ha quedado reflejada, no solo por la crisis, sino por otras circunstancias de carácter social que han llevado al Gobierno regional a elaborar un Plan de Salud para Castilla-La Mancha con horizonte hasta 2015. En el mismo se analizan los condicionantes socio-económicos para actuaciones integrales de promoción, prevención y tratamiento y se ofrece una novedosa visión de los trastornos mentales desde el punto de vista de los derechos humanos y con el objetivo de dar “voz” a los que sufren estas enfermedades.
Este proyecto, al que ha tenido acceso eldiarioclm.es, continúa con el modelo de atención comunitaria y proceso de “desinstitucionalización” iniciados tras la Reforma Psiquiátrica en España. Además de acciones integrales en el sistema sanitario, se incluyen otros que superan la reorganización de los servicios “en aras de lograr ”una participación real y efectiva de las personas en la comunidad“.
Así, la incorporación de la “voz” de las personas con problemas de salud mental se considera “fundamental” en el diseño de los planes de intervención y los procesos de toma de decisiones médicas.
En cuanto a la perspectiva de los derechos humanos, este proyecto parte de la base de que es necesario que el cambio de modelo esté orientado hacia la “humanización” de la asistencia y de las instituciones, recogiendo acciones y estrategias dirigidas a proteger, promover y respetar los derechos humanos de las personas con trastornos mentales, incorporando los movimientos civiles en pro de la salud mental. También el fortalecimiento y emancipación de las personas con trastorno mental y la lucha “contra el estigma social” forman parte de esta visión.
Los objetivos de esta nueva medida pasan igualmente por prestar especial atención a la inserción laboral, para la que se proponen acciones no solo vinculadas a programas especializados de formación, sino también a actuaciones específicas en el tejido empresarial.
Principios orientadores y “amenazas”
El Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha 2017-2025 asume a su vez los principios orientadores del Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013-2020 de la OMS, que se resumen en ofrecer cobertura sanitaria universal, respetar los derechos humanos, realizar una práctica “basada en evidencias”, abarcar la totalidad del ciclo vital y tener un enfoque multisectorial, es decir, una respuesta coordinada con respecto a la salud mental mediante alianzas entre las áreas de salud, educación, empleo, justicia, vivienda y sector privado. A estos principios, el proyecto castellano-manchego añade el de participación de los pacientes en su propia evaluación y seguimiento.
En el texto se detectan asimismo una serie de “amenazas” a combatir. Entre las mismas se encuentran la “patologización de los acontecimientos difíciles de la vida”, el desempleo y determinantes sociales de los problemas de salud mental, el envejecimiento poblacional, las limitaciones presupuestarias, la disminución del gasto social y la escasez de tejido empresarial para afrontar la integración laboral de las personas con diagnóstico de trastorno mental.
Y finalmente, otros objetivos marcados son los de consolidar la Red Regional de recursos de Salud Mental comunitarios, completar dispositivos sanitarios y socio-sanitarios, mejorar la continuidad asistencial, avanzar en la integración de los mayores con trastorno mental en recursos normalizados y desde una perspectiva inclusiva y potenciar la detección temprana.