La Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo ha convocado actos de protesta para el próximo día 26 de septiembre, a los que ha invitado al resto de grupos y colectivos que defienden la cuenca del río a convocar acciones similares a lo largo del afluente, y mostrar así su repulsa a las “continuas agresiones” al Tajo y su “solidaridad” con los municipios ribereños. El colectivo señala que las nuevas medidas de gestión que se iniciaron con el plan de cuenca aprobado el año pasado y el Memorándum Tajo-Segura sólo han servido para “expoliar hasta la extenuación” los recursos hídricos de los pantanos de cabecera.
El colectivo señala también que los municipios ribereños han sido “abandonados” mientras se buscaba el beneficio de actividades “económicas y especulativas” de otras cuencas, por lo que muestran su responsabilidad a los actos de protesta que se han producido en el entorno de Entrepeñas y Buendía. En este sentido, han culpado a los Gobiernos de Murcia y Valencia de hablar de “guerra del agua” cuando han visto amenazadas sus expectativas de conseguir más agua, y de “parasitar” las administraciones para hacer prevalecer unos “derechos inexistentes” sobre el agua del Tajo.
La Plataforma señala que lo que muestra el río Tajo pone “de manifiesto” que la legislación no resuelve los problemas de la cuenca, sino que incluso “los agudiza”, mientras se trasvasa agua “casi regalada” para usos que el colectivo considera “menos prioritarios”. En este sentido, el colectivo señala que se trata de un plan “premeditado y diabólico”, para “amputar” 7.500 kilómetros de cuenca para “coserlos” a los del Segura. Además, los problemas que señala la Plataforma no se limita a las poblaciones ribereñas, sino que aseguran se dejan sentir de “múltiples maneras” en toda la cuenca del Tajo.
De este modo, señalan que se están creando bancos de derecho de agua debido al abandono de pastos y cultivos por debajo de Bolarque, “de gran fertilidad y provecho en otro tiempo”, que sirve para “presionar y estrangular” la cuenca para otorgar incluso “más agua trasvasada” desde la cabecera. Además, aseguran que el tramo medio del Tajo ha quedado “marcado” por la escasez permanente de agua natural durante el año y esta situación ha condicionado el aprovechamiento del agua a todas las poblaciones, incluidas las vegetales, lo que ha impedido la existencia hidrogeológica de dinámica fluvial que representa el verdadero pulso de un río ibérico vivo.
Por otro lado, señalan la situación más allá de la provincia de Toledo, como es el caso de Portugal, ya que se han dejado de cumplir los caudales mínimos establecidos en el Convenio de Albufeira. “Irremediablemente la gestión que se hace en la parte alta de una cuenca condiciona la gestión y los usos en el resto”, ha señalado el colectivo. Además, afirman que el nuevo plan de cuenca 2015-2021 mantiene la construcción de una infraestructura que trasvase en invierno las aguas sucias del Jarama al Algodor, almacenándola en el embalse de Finisterre para luego soltarla en verano al Tajo, “ya que las detracciones del Tajo al Segura dejarían el cauce seco en Toledo”.