El Ayuntamiento de Cuenca no quiere perder el territorio del monte público ‘El Entredicho’ por el que lleva litigando con el de Albarracín, en Teruel, desde el siglo XIX, como adelantó esta semana elDiarioclm.es. El Gobierno ha dado la razón al municipio turolense por la vía administrativa pero ahora cabe recurso ante la Audiencia Nacional, y la Administración conquense dará la batalla judicial.
Como ya adelantaron fuentes municipales a este periódico, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz (PSOE), ha confirmado hoy su intención de llevar a los tribunales este conflicto, que le “pega un bocado” al término municipal, a la provincia y a la región castellanomanchega, una vez agotada la vía administrativa.
Argumenta al respecto que ahora lo que se ha dirimido es la titularidad del monte público en su totalidad y que existen otras circunstancias que el Ayuntamiento quiere alegar, tomando como base un litigio histórico que ya ha traspasado dos siglos.
Sus declaraciones se producen después de que el el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática haya puesto fin esta semana al conflicto administrativo por los límites del monte público 'El Entredicho'.
Este terreno marca el límite municipal entre Cuenca y Albarracín, pero también el provincial entre Cuenca y Teruel, y el autonómico entre Castilla-La Mancha y Aragón. El Gobierno ha dado la razón a Albarracín. Con ello, este municipio ganará 2.000 hectáreas de terreno y con ello también lo hará la autonomía aragonesa.
Unas 2.000 hectáreas de terreno, en entredicho
El mencionado monte público, dividido prácticamente por la mitad, ha sido protagonista, desde finales del siglo XIX, de varias actas de disconformidad entre Albarracín y Cuenca, derivadas de un contencioso por hacerse con esas 2.000 hectáreas de terreno y delimitar definitivamente el límite provincial.
El río Tajo es el que históricamente ha delimitado la frontera entre ambas provincias, pero atraviesa por la mitad el mencionado monte de titularidad y gestión aragonesa, cuyo aprovechamiento agrícola y forestal, en su totalidad, ha realizado hasta ahora el municipio de Albarracín. Es el motivo por el que a finales del siglo XIX esta localidad inició el litigio con las autoridades locales de Cuenca para exigir el desplazamiento de esa línea del mapa, de manera que todo el monte al completo pasara a formar parte de Albarracín, y por tanto de Teruel y de Aragón.
La administración conquense nunca ha estado de acuerdo con esta exigencia y ha defendido el cauce del Tajo como su límite natural. Ni siquiera el mapa provincial marcado por la Constitución Española en 1978 dio solución a este conflicto. Simplemente lo obvió y con ello dejó vigente el marcado por el río Tajo.
Aunque el Gobierno, con su resolución, ha puesto fin al proceso administrativo, ambos ayuntamientos pueden interponer recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional, con un plazo de dos meses. Y esa es la batalla que quiere iniciar ahora el alcalde de Cuenca.