“Hay que romper techos de cristal pero no solo en la vida pública sino también en la vida cotidiana, en las grandes y pequeñas esferas”
Nos encontramos en el Teatro Moderno de Guadalajara, poco antes de que comience la función, a la que asisten con su familia. Allí nos citan María y Laura Lara (Guadalajara, 1981) para una entrevista. Acaban de publicar su último libro, 'Princesas en jeans' (Edaf, 2019) que presentarán en Toledo el próximo 26 de marzo.
Estas mellizas historiadoras que ejercen como profesoras, escritoras y comunicadoras viven en Azuqueca de Henares y ‘lo petan’ en los medios de comunicación. Su afán por divulgar de forma sencilla y amena la historia “con rigor” les ha granjeado contratos televisivos y radiofónicos en numerosos medios de comunicación del país
“Siempre hemos tenido una fuerte vocación docente”, dicen, y en eso influyó una madre maestra y un abuelo empresario y viajero que les contaba y escribía relatos. “Nuestro abuelo Ángel nos contaba muchas historias y las narraba desde el punto de vista de la paz”, algo que que intentan trasladar siempre en sus explicaciones ante sus alumnos en la UDIMA (Universidad de Distancia de Madrid) o en cualquier foro que se les ponga a tiro, incluidos sus libros, publicaciones académicas o en sus novelas.
Estas últimas otorgan un potente protagonismo a la mujer -el que lamentan que no haya tenido a lo largo de la Historia- y aprovechan para denunciar la lacra de la violencia machista, por ejemplo en el libro de María Lara titulado Poemaría (2014).
Su curriculum, pese a su juventud, es tan extenso que da vértigo. “No nos permitimos dar menos de lo que podemos”. Abruma su filosofía de trabajo de “24 horas al día” que, añaden, “tiene vocación de servicio público que en muchos casos hacemos filantrópicamente”.
Presumen de sus orígenes en las alcarrias y en particular en la conquense. O de su papel como ‘Embajadoras de la Ruta del Mimbre’. “Somos alfareras de honor en Priego” e hijas adoptivas de Villaconejos de Trabaque, el pueblo de su madre y abuelos, pero también de “llevar el nombre de Castilla-La Mancha” allá donde van.
¿Cómo terminan unas licenciadas en historia protagonizando espacios de divulgación histórica en los medios de comunicación?
María: Teníamos tres vocaciones: profesoras, pero también escritoras y comunicadoras. Cuando éramos pequeñas nos tuvieron que comprar unos micrófonos con los que jugábamos a grabar programas. Nos pusieron pizarras en las que dábamos clase a las muñecas o a los amigos. También hacíamos que escribíamos.
En 2005 comenzamos a aparecer en los medios por nuestras 38 matrículas de honor (cada una) en la Universidad de Alcalá. Fuimos Premio Uno de la Universidad de Alcalá, Premio Extraordinario y Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en Historia. Es la primera y única vez que han tenido que duplicar el primer premio nacional en una carrera.
Desde 2013 estamos en los medios de forma continua. Desde la colaboración en RTVE o en AtresMedia donde somos historiadoras en el programa de Juan Luis Cano, de Gomaespuma, ‘Las piernas no son del cuerpo’ en Melodía FM, estamos en ‘Como el perro y el gato’ de Onda Cero y lo último de todo en este 2020 es la colaboración en ‘Todo es mentira’ en Cuatro, con nuestra propia sección ‘Vamos a contar verdades’.
En Castilla-La Mancha colaboramos en el programa ‘En compañía’ de Ramón García en CMMedia.
Han dicho ustedes en varias ocasiones que su objetivo es contar la Historia con rigor, pero también “con simpatía” para llegar a todos los públicos. ¿Es fácil teniendo en cuenta la subjetividad de la Historia?
María: Laura y yo tratamos de que todo lo que contemos sea científico y, a la vez que la ciencia se haga divulgativa, con independencia del auditorio y para eso es importante la crítica de fuentes.
Hay que contrastar datos para lograr una descripción lo más completa posible de los sucesos y a la vez interpretarlos en clave de siglo XXI para que resulten cercanos a los ciudadanos y sea provechoso. La historia debe obedecer al mandato de su disciplina que es contar la verdad.
“Reivindicamos la historia en femenino”
¿La historia ha obviado a la mujer?
Laura: Durante milenios la historia se ha escrito tristemente en masculino. La ha escrito solo una parte de la sociedad: la constituida por los hombres y sobre todo prestando atención a los hechos políticos, económicos o militares que podían haber realizado tanto hombres o mujeres.
María y yo reivindicamos la esencia de ser mujer en cualquier época. Ella como novelista, con ‘El velo de la promesa’ o ‘Memorias de Elena'. Ambas tratan de Flavia Iulia Helena, la primera peregrina a Tierra Santa, madre de la arqueología y madre del emperador Constantino que introdujo la tolerancia de cultos en el año 313 con el edicto de Milán. ¡Ya lo querríamos para este siglo XXI!
A veces la historia te presenta casos del pasado que fueron mucho más evolucionados que los que ves en el presente por los prejuicios de la sociedad.
María lo hace en su nueva novela ‘Sin el estigma de Eva’, sobre Christine de Pizan o cómo ser escritora en la Edad Media. Reivindicamos la historia en femenino. Eso no quiere decir que si antes las mujeres estaban relegadas ahora tengan que estarlo los hombres.
Ahora se habla mucho del “momento histórico” que vive España con el primer Gobierno en coalición desde la II República. ¿Cómo lo ven?
Laura: María y yo pensamos que toda historia es contemporánea. Cuando analizamos las guerras púnicas o las guerras médicas lo hacemos desde el punto de vista que nos interesa en el siglo XXI. Quien las estudió en el siglo XVII lo hizo desde el prisma que entonces se priorizaba.
Hay que tener mucha cautela con lo que se refiere a lo que hacen los políticos. A veces les interesa protagonizar una página de la historia colgándose determinadas medallas. Por ejemplo cuando dicen “he nombrado por primera vez a una mujer para el cargo”.
Desde luego que hay que romper techos de cristal, pero lo hemos de hacer en la vida pública, en la cotidiana, en las grandes y pequeñas esferas. No solo en los núcleos de poder. Solo con titulares la sociedad no avanza.
“La Constitución hay que reformarla”
Se viene diciendo que España se rompe. El conflicto territorial con Catalunya y ahora con León marcan la actualidad. Vivimos en un Estado autonómico que algunos cuestionan. ¿Hacia dónde creen que vamos en lo territorial con lo que ya llevamos en nuestra mochila histórica?
María: Hay que respetar la Constitución como normativa vigente. No porque sea la Biblia, sino porque en la Transición se hizo un gran esfuerzo para que todo lo que venía de la dictadura franquista, lo que era más de derechas, lo que era incluso clandestino como el PCE que había luchado por la libertad y la democracia, pudiera vivir en paz.
Ese pacto, por mucho que ahora haya movimientos políticos que apunten a que eso se ha quedado vetusto o que hay que denostar, sirvió de modelo a otros países. Debería seguir sirviendo a otros lugares donde hay conflictos o entornos de guerra. No hay que olvidar el sufrimiento de la dictadura, pero para comenzar el camino de la paz hay que intentar limar rencillas para seguir adelante. Eso es lo que se hizo en 1978.
La Constitución hay que reformarla. Por ejemplo, el título II: la supremacía del varón sobre la hembra en la herencia de la Jefatura del Estado. Es anacrónico y choca cuando intentamos defender la igualdad entre hombre y mujer. Esto solo es así en España al igual que en Mónaco y Liechtenstein.
En su último libro, ‘Princesas en jeans’ hablan precisamente de la monarquía, de su historia y vigencia. Y en particular del papel de la mujer. ¿Este modelo para la Jefatura del Estado es compatible con el siglo XXI?
María: En Europa la monarquía está presente en doce Estados y es una fórmula no solo compatible, sino que impulsa el Estado del Bienestar y naciones prósperas con una democracia con derechos para todos los ciudadanos. Es un aval para que haya orden y progreso.
Otra cosa podríamos decir de la monarquía en determinados países asiáticos o africanos. El gobernante de turno no está precisamente impulsando una democracia. No es el caso de Europa.
El título del libro alude precisamente a algo que a lo largo del tiempo era una línea infranqueable entre el rey y los súbditos: diferencias sociales o desigualdad entre estamentos que marcaba la ropa como signo visible, a día de hoy se ha dado la vuelta al proceso. Se busca que el jefe del Estado sea cada vez más parecido al pueblo. Hablamos del papel de la mujer en las monarquías actuales y de los jeans como prenda informal que puede ser su gran aliado en el este siglo.
La monarquía tiene que ser ejemplar y ganarse el apoyo. Ahora están más formados, pero nosotros también. Y debe alejarse de lo que nos presentaban como origen divino que sigue existiendo en países teocráticos musulmanes.
Laura: Analizamos también una de las bodas reales que tuvo lugar en el Palacio del Infantado de Guadalajara, entre Felipe II y Isabel de Valois, su tercera esposa, en febrero de 1560. Entre los invitados estuvo la pintora Sofonisba Anguissola que tiene obra en el Prado. Las mujeres pintoras es otra de nuestras líneas de investigación.
Han publicado varios libros sobre Guadalajara. Por ejemplo sobre la guerra civil o los ritos de brujería. ¿Les gusta contar en particular alguna anécdota de la historia provincial?
María: Siempre buscamos hablar desde lo universal reflejando lo ocurrido también en nuestra tierra Castilla-La Mancha: de Cuenca, de Guadalajara, de La Alcarria...
Laura tiene un libro específico sobre la Batalla de Guadalajara en marzo de 1937, ambas hemos escrito sobre el papel internacional en la guerra civil en Guadalajara no es Abisinia: Bitácora de la batalla olvidada y en nuestro Breviario de la Historia de España hablamos de ciertas anécdotas.
Una de ellas fue la disputa, en los primeros tiempos de la Reconquista, tras la invasión islámica del año 711, entre uno de los líderes Muza y su lugarteniente Tariq. Antes de que existiera Wad- Al- Hayara encontraron la Mesa de Salomón, una pieza muy cotizada.
La encontraron en Guadalajara y la pugna entre ambos fue tan encendida que se oyó en Damasco hablar de la ciudad porque tuvieron que comparecer ante el califa para saber quién se quedaba con la mesa. Era un mueble que tenía poderes taumatúrgicos y traía buena suerte.
Tariq le cortó una pata a la mesa y se presentó ante el califa asegurando que, si suyo era el pie de la mesa, suya era la gloria de la conquista de España.
Toledo también reivindica la presencia de la Mesa de Salomón en la ciudad... Y hablando de la capital regional les ha interesado especialmente en su investigación el Toledo del primer tercio del siglo XX. ¿Por qué?
Laura: Mi tesis doctoral La ciudad de Toledo (1900-1939), un estudio sobre sociología cultural urbana analizaba, en 2010, el pasado de una ciudad de pasado glorioso desde la óptica de la Edad de Plata, el primer tercio del siglo XX, para reivindicar el papel de El Greco.
Toledo prácticamente se estaba demoliendo, se había convertido en un centro administrativo. Con las altas tasas de analfabetismo que había, el interés en cultivar la cultura o en mantener el patrimonio eran prácticamente nulos.
La ciudad fue redescubierta por la Institución de Libre Enseñanza o por espíritus como el de Benito Pérez Galdós (este año se celebra el primer centenario de su muerte) o por Gregorio Marañón.
Gracias estos intelectuales, que no eran de Toledo pero que se preocuparon del pasado de la ciudad, hoy podemos contemplar su esplendor. Me dio pie a analizar todos los aspectos posibles y las tensiones en una ciudad conservadora, entre los más progresistas y quienes querían seguir apegados a la tradición.
El análisis lo hacemos siempre desde el punto de vista histórico. María y yo somos intelectuales libres, no nos debemos ningún partido, grupo de poder u opinión. Somos librepensadoras y siempre expresamos nuestras opiniones con respeto que fundamentamos en nuestros muchos años de estudio científico.
Librepensadoras como Galdós que en este año 2020 tendrá su homenaje también en Toledo…
Laura: Su visión sobre España, desde los Episodios Nacionales hasta obras como ‘La duda’ que inspiró la película ‘El abuelo’ de José Luis Garci y otras que reflejan las costumbres, la historia militar desde el punto de vista de alguien que era republicano pero que se convirtió en la visita más esperada para Isabel II cuando él estaba casi ciego y ella apenas podía moverse.
Se reunieron el republicano recalcitrante y la reina en el exilio y los dos se pusieron de acuerdo hablando de España (risas).
“Fernando III El Santo era tan culto o más que Alfonso X”
En 2021 se celebrará el VIII Centenario del nacimiento de Alfonso X El Sabio. ¿Qué opinión tienen sobre el personaje?
María: También será el Año de los Comuneros. Sobre Alfonso X, hemos investigado su vida personal. Su matrimonio con Violante, sus amoríos en La Alcarria con doña Mayor de Guillén Guzmán en Alcocer (Guadalajara) y los pueblos limítrofes entre Cuenca y Guadalajara.
Desde el punto de vista político hay que destacar la expansión que realiza de los reinos cristianos y también cómo será un rey que cree en la cultura en pleno siglo XIII.
Más allá de su equipo de colaboradores a la hora de legislar destaca el papel que dio a las letras como llave de progreso, con la recuperación del saber antiguo a través de la Escuela de Traductores de Toledo. Después su producción en lenguas romances o la atención que prestó a la importancia del ocio, a la necesidad del esparcimiento como válvula de escape, por ejemplo, con el ajedrez.
De padre, Fernando III El Santo, el primer rey de Castilla y León, en 1230 no se ha rescatado tanto su vertiente cultural, pero era igual de culto o más. A él se debe la buena consideración que se daba a los poetas.
Afirman que la Historia hay que analizarla desde todos los puntos de vista posibles, como el económico o el social. ¿Qué piensan de la llamada ‘guerra del agua’? Parece ser la historia de nunca acabar…
María: En nuestros viajes familiares hemos idos muchas veces a Sacedón (Guadalajara). Contemplamos el pantano desde los cero años. No es algo que nos hayan contado. Y desde la ventanilla del coche hemos visto cada vez el pantano con menos agua, con menos barcos y con el turismo a pique en Entrepeñas.
Creemos que, desde la Transición para acá, unos y otros, políticos de un signo u otro depositan la pelota en el tejado del contrario, pero nadie lo soluciona. Que haya pueblos abastecidos con camiones-cisterna, mientras se llevan el agua a Murcia…
Laura: La Constitución habla del principio de solidaridad entre regiones. Ahora vemos el caso de León que hace balance de infraestructuras en una y otra parte, la castellana y la leonesa. Pero no son solo las infraestructuras que se crean desde instancias gubernamentales sino los recursos como el agua. Y si se los llevan…
La España Vaciada que hay que intentar repoblar es un concepto que viene del Medievo. Se nutre de la riqueza natural del entorno, de la combinación de paisaje y cultura. El agua es fundamental. Hay que tratar de respetar los recursos de cada lugar para que pueda aumentar la demografía.
María: Tenemos muchos alumnos en la UDIMA que estudian a distancia desde esos municipios que podrían considerarse España Vaciada. Ha de haber una alianza con las nuevas tecnologías para estudiar o teletrabajar.
“La Historia hay que estudiarla toda y el alumno debe tener sentido crítico”
Por cierto, ¿qué tal se enseña Historia en España?
María: Siempre hemos reivindicado un Pacto General de Educación. Que, con independencia del partido en el Gobierno en cada momento, la Historia hay que estudiarla toda. No se pueden introducir intervalos porque algo sea políticamente incorrecto. El alumno ha de tener sentido crítico y eso se adquiere viendo el abanico de posibilidades en la Historia. A lo mejor se tomó la peor opción. Bueno, pues eso para no repetirlo.
En las aulas tratamos de transmitir los hechos de la manera más cercana posible, pero con rigor. Usamos adaptaciones curriculares en nuestras charlas en colegios o institutos porque la misma cosa se puede contar a públicos de tres a 120 años. La diferencia no está en los sucesos que cuentas sino en el canal o el registro que utilizas para comunicar.
Laura: Usamos todos los canales posibles para que el mensaje llegue.
Ahora hay muchos mensajes y mensajeros de la Historia, por ejemplo, a través de las redes sociales…
María: ¡Hombre! Es que alguien que tiene Twitter, ahora se considera periodista cuando el Periodismo es una profesión…
Laura: Hay personas que por ser aficionados a algo y tener una red social se consideran creadores de noticias. A otras que en un momento dado les interesa la historia creen que pueden ser opinadores profesionales de Historia o historiadores.
Eso no se da en otras ciencias. Quizá el Periodismo y la Historia son dos de las disciplinas donde el intrusismo está más presente. A nadie se le ocurre jugar a que opera a alguien por ejemplo.