Una provincia de museo

Las Noticias de Cuenca / M.Jimenez

Somos nuestra memoria. Ya lo dijo Borges y lo podemos constatar cada vez que cruzamos el umbral de alguno de los museos de la provincia de Cuenca que el 18 de mayo celebraban su Día Internacional.

Los hay de arqueología y paleontología, de las ciencias, de arte abstracto o contemporáneo, etnográficos y religiosos y de obra gráfica o artes decorativas. Todos son un regalo para los sentidos, muchos se pueden tocar y algunos incluso degustar. Es el caso del Museo del Queso, ubicado a escasos diez metros de Quesería Sáiz, en la localidad conquense de Villarejo-Periesteban.

Abrió sus puertas en el año 2000 con el objetivo de “atraer más visitantes y clientes a la fábrica”, ubicada a escasos diez metros de distancia, según cuenta su responsable, Marino Sáiz. Previa cita, en el museo pueden encontrar desde queso artesano puro de oveja, a queso de cabra, pero también al romero, en manteca, en aceite, a la pimienta y curados, tierno y semicurado, aunque el “queso estrella” de la fábrica es el auténtico queso manchego.

En sus diferentes salas, los amantes de esta exquisitez culinaria tienen la posibilidad de conocer tanto su proceso de elaboración como todos y cada uno de los utensilios que se utilizaban para ello, desde entremisos a útiles de esparto o vasijas en las que, antiguamente se transportaba la leche. En total, unas 300 piezas vinculadas al mundo del queso.

A ellas se unen unas 500 más que pueden observarse en las salas dedicadas al pan, la miel o el laboreo agrícola, tradiciones que también tienen cabida en este Museo del Queso, el primero dedicado al queso manchego, cuya pieza más valorada es una galera datada en el año 1934, así como sus arados o sus más de 40 vertederas.

Todas ellas las ha ido adquiriendo para alimentar su pasión coleccionista y son admiradas por turistas de Madrid, Valencia o Castilla-La Mancha, muchos de ellos también clientes que tienen la posibilidad de comprar desde vino a jamón e incluso degustarlos en las instalaciones. Entre los retos de su propietario, “mostrar cómo se hacía el queso antiguamente, algo que hasta ahora mostramos en un vídeo”.

Museo de los Gancheros y la Madera

También de gestión privada, el Museo Regional de los Gancheros y la Madera, radicado en Cañizares, se inauguraba en 2003 con el fin de “poner en valor la cultura y la tradición maderera de toda la provincia de Cuenca, máxime en la zona de la sierra”, según esboza su director, Cipriano Valiente.

En sus vitrinas se expone “desde la A a la Z” una industria que él heredó de su abuelo paterno, “que no fue maderero muchos años, pero sí los suficientes” para legarle “el nombre y la afición por la madera”. “Cuando me lo contaba mi padre, me quedaba tan sorprendido que pensé que esta tradición no se podía quedar ahí”, explica, agregando que la frase que más ha escuchado de los visitantes es: “no me esperaba esto aquí”.

En sus paredes custodia más de doscientos objetos, pero también “la historia del transporte fluvial en Cuenca como hilo conductor que nos lleva al ganchero y, por extensión, a oficios más próximos”. Hasta él llegan cada año decenas de investigadores que tienen a este museo, el primero de España de sus características, como referente, lo cual supone para Valiente un motivo de orgullo.

“La pena es que la provincia no tiene interés en contar sus raíces y que se debería valorar y promocionar más a nivel institucional”, espeta, para pedir “que se haga justicia y se incluya en las rutas turísticas”.

Museo de Alfarería

El que sí forma parte de la ruta ‘Descubriendo el lugar de la Mancha’ es el Museo de la Alfarería de Mota del Cuervo, que acoge una colección de piezas de alfarería tradicional moteña en cerámica integrada por cántaros, búcaros, lebrillos, anafres así como un orinal de parir que donó la última partera del barrio de las cantarerías, de gran tradición en este sector y donde se encuentra este espacio museístico, en cuyo patio podemos observar el último horno árabe de cocer cántaros que queda en el municipio, según María Ángeles Cano, responsable de la oficina de turismo.

Un museo cuyo contenido ha sido donado íntegramente por vecinos del barrio y que está diseñado para ser visitado “circularmente, siguiendo el proceso de elaboración de los cántaros”, que puede conocerse entrando a su pequeño taller. “Quien quiera conocer la historia de la alfarería en Mota tiene que pasar por el museo”, indica, subrayando que la localidad es “uno de los pocos núcleos de cerámica femenina que hay en España”.

Un oficio que se está perdiendo, de ahí la importancia de este museo, “para que, al menos, su historia, que es la historia de gran parte de Mota, se conserve”, afirma. La de los museos de Cuenca bien podría concluir a las puertas del Museo del Carro de Buendía, en donde se muestra una colección de doce carruajes que nos retrotraen a tiempos pasados.

Entre ellos destacan una calesa que se utilizaba para traer el correo desde Huete; una diligencia que cubría la línea Buendía-Madrid; un carro de lanza o carreta, que se utilizó para el transporte de la piedra durante la construcción de la presa de Buendía; una tartana, que utilizaba el médico de Carrión de Calatrava para prestar sus servicios así como una galera para el transporte de mercancía como trigo o paja, pero también para realizar excursiones o incluso como barrera en los festejos taurinos.

Museo del Humor

Dirigido por José María Íñigo, el Museo Nacional del Humor de Casasimarro ofrece un recorrido por la historia más reciente del humor en España que, recuerda la concejal de Cultura, Esther Navarro, “a veces quedaba plasmado en los libros y no se divulgaba”. En este espacio, los amantes de este género tienen a su disposición desde “el primer ejemplar de tebeo, de 1917”, a la mítica revista La Codorniz, así como una amplia colección de periódicos.

A su juicio, en este museo de gestión municipal “se muestra más o menos lo que es el humor en todas las facetas, tanto en la música, la literatura, la prensa o el cine”. Cuenta con salas dedicadas a figuras del humor gráfico como Mingote o Forges, con presencia también de Ibáñez y una “recopilación del humor desde la Transición hasta hoy”.

No obstante, este “museo peculiar”, ubicado en el edificio del Convento, ha reservado también un rincón especial a la guitarra del artesano Vicente Carrillo en donde se muestra el origen de esta industria en la localidad, “que viene prácticamente desde 1744”, sostiene Navarro, así como los numerosos premios obtenidos por esta saga familiar, que ha sido elegida por artistas de la guitarra como Paco de Lucía.

Un museo visitable previa reserva, abierto fines de semana y festivos y en verano “prácticamente a diario” y que está abierto a todo tipo de muestras “que enriquezcan” la vida cultural de Casasimarro “y atraiga turistas, porque, además, el paraje donde está situado el edificio es precioso”, resuelve.

Y es que, entre sus objetivos como edil responsable de este área, Navarro se ha fijado como objetivo que el Museo Nacional del Humor “dé mucho servicio cultural a Casasimarro, pero también a nivel comarcal, provincial y nacional”. “Que no se estanque en unas salas sin renovar, sino darle vida culturalmente”, concluye.

Moros y Cristianos

La Casa-Museo de Moros y Cristianos de la Hermandad del Santo Niño se fundó en Valverde de Júcar en el año 1995 con unos fondos museísticos propios de las Compañías de Moros y Cristianos que incluyen banderas, estandartes, armas, viejas fotografías y diversa documentación.

A partir de entonces, según informa el concejal de Cultura de la localidad, José Luis Fernández, “se ha ido incrementando, considerablemente, un extenso y variado muestrario”, con la incorporación de trajes, tapices, arcones, viejas armas, enseres y diversas piezas que, “por su antigüedad y valor sentimental”, otorgan a esta Casa-Museo “un rancio sabor histórico-tradicional con la pátina atesorada por el paso de los siglos”, defiende.

El pasado cinco de enero se inauguraban sus nuevas instalaciones, que ya permiten el acceso a personas con movilidad reducida, “pudiendo, por tanto, promocionarlo en guías y circuitos turísticos como visita de interés y sin barreras”, detalla. El nuevo espacio se compone de dos edificios: el primero de ellos, en la antigua casa del médico, donde se instalan la Sala de Banderas y la exposición propiamente dicha, con paneles fotográficos y expositores donde se observan armerías, roperos o estandartes. Junto a él, colindando, la Sala de Juntas, donde, a lo largo del año, las directivas de ambas Compañías programan los actos de las Fiestas venideras.

En sus estancias se exponen diversos óleos, arcones y muebles, andas, tapices, panoplias y más fotografías. Se trata de una Casa-Museo “humilde en sus dimensiones y sencilla en su exposición,”, pero que, según Fernández, “no dejará de sorprender al visitante por la calidad de sus fondos y el enorme cariño con que se exponen”.

Además, recuerda que se trata del “único museo de estas características en toda Castilla-La Mancha” y que los interesados en conocer la historia de este evento pueden visitar el museo a diario, sin horario fijo y previo contacto telefónico con el propio edil de Cultura del Ayuntamiento de Valverde de Júcar.