Hugo Morán aboga por “un cambio de modelo” en el uso del agua subterránea y apela al “equilibro” de intereses

El secretario de Estado de Medio Ambiente Hugo Morán se ha mostrado partidario de “un cambio de modelo” en la gestión de las aguas subterráneas en España porque “los problemas estructurales exigen una transformación en nuestra visión y en nuestra estrategia”.
Lo decía en el marco de la I Jornada Técnico-Jurídica ‘La gestión de las aguas subterráneas en las masas declaradas en riesgo’, que la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha organizado en Ciudad Real con la colaboración de la Escuela de Ingeniería de Caminos de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Su intervención se producía a falta de conocer el documento definitivo del marco de actuaciones para la recuperación de las Tablas de Daimiel, que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico está desarrollando junto al Gobierno de Castilla-La Mancha.
En 2022, Hugo Morán ya dijo que no era posible planificar con una “hipotética disponibilidad, sino con la realidad” y ofrecía al Alto Guadiana 250 millones de euros para repartir mediante el “consenso” reflotando el Consorcio del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), liquidado por el Partido Popular, además de la tubería manchega.
Hoy ya no se ha referido al PEAG, sino que ha apelado al “equilibrio” en los intereses de los usuarios del agua subterránea poniendo el foco en el modelo de regadío que durante décadas “ha ido generando una presión que empieza a ser en algunos casos insostenible, como consecuencia de una agregación progresiva de esa presión, superando en muchos casos la capacidad de reposición de las masas de agua”.
“Tenemos que empezar a abordar este problema”, decía, porque “hemos pasado la frontera de poder hablar de cuencas deficitarias y cuencas excedentarias” y lo cierto, añadía, es que “nunca hay recursos suficientes para dar respuestas a las demandas acumuladas”. Eso, apostillaba, “sucede en la totalidad de las cuencas hidrológicas”, generando tensiones e inquietud, y en ocasiones restricciones.
Ha citado los “problemas históricos de sobreexplotación y contaminación” en los acuíferos que, comentaba durante la jornada, “llevaron a poner ojos a las aguas subterráneas para tocar el corazón de la sociedad” y recuperar, en este caso las Tablas de Daimiel.
“La prioridad es incorporar la prevención donde estamos a tiempo y la restauración donde hemos sido sobrepasados por las circunstancias. El compromiso debe ser colectivo, no solo de las administraciones públicas. De eso dependerá la viabilidad del regadío y de la actividad industrial”, para además “preservar el medio ambiente que es patrimonio de todos”.
Una de las cuestiones clave, reconocía, es cómo hacer frente a la adaptación del régimen de concesiones de agua. “Tenemos que empezar a pensar que tenemos una reserva que se parece más a una ficción”, aseguraba, que a la realidad. “Hay que empezar a aplicar el conocimiento de ver qué tenemos y cómo lo repartimos”.
El compromiso con el agua subterránea debe ser colectivo, no solo de las administraciones públicas. De eso dependerá la viabilidad del regadío y de la actividad industrial, y poder preservar el medio ambiente que es patrimonio de todos
Ha mencionado el Plan de Acción de Aguas Subterráneas para todo el país aprobado en octubre 2023, “como estrategia de recuperación. Con una inversión de 500 millones hasta el año 2030, está articulado en tres ejes de intervención.
Por un lado, decía, hay que mejorar el conocimiento y seguimiento de las masas de agua, con medidas de monitorización para detectar las presiones en los acuíferos que afectan a su sostenibilidad. “Probablemente ayude a entender la toma de decisiones”, comentaba.
Después apuesta por la protección y control del recurso, con medidas concretas como “el impulso a la digitalización”, también en el regadío, que, decía, ha de llevar a una mejor supervisión y control del recurso del agua.
En tercer lugar, se ha apostado por el refuerzo de la gobernanza y el marco normativo, fortaleciendo el papel de las comunidades de usuarios.
El éxito en la gestión de las aguas subterráneas que ha calificado como “póliza de seguros” de presente y de futuro, “dependerá del compromiso de los usuarios”. Ha pedido avanzar hacia un modelo en el que el agua sea motor de desarrollo, pero también para la conservación de los ecosistemas. “El equilibrio será imprescindible”.
La Confederación del Guadiana aboga por “extracciones sostenibles”
Mientras, la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha abogado por continuar implementando medidas que permitan un uso racional de los recursos hídricos, con especial énfasis en la regulación del riego agrícola para evitar la sobreexplotación de los acuíferos.
Así lo ha señalado el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda, quien ha destacado que “las extracciones deben adaptarse a la disponibilidad del recurso”, subrayando que el 85% de las masas de agua en la cuenca del Guadiana presentan un “mal estado”, según recoge Europa Press.
Ha insistido en la necesidad de controlar las extracciones para garantizar la sostenibilidad del regadío y la preservación de los ecosistemas asociados, como el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel o las Lagunas de Ruidera, así como el resto de humedales que componen la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda.
Por todo ello, ha subrayado la importancia de que se controlen aún más las extracciones de agua. “Si no se controlan, si se abusa de las extracciones, se está poniendo en peligro la propia pervivencia de la agricultura en el territorio y, por supuesto, los ecosistemas asociados”, ha apuntado.
220 hectáreas encharcadas en las Tablas
Por otro lado, Moraleda, a preguntas de los periodistas sobre el estado que atraviesa el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, ha señalado que actualmente no hay aportes superficiales directos, lo que ha obligado a la Confederación a autorizar la reactivación de los pozos de emergencia.
“En diciembre había apenas 20 o 30 hectáreas encharcadas y a primeros de febrero la cifra había ascendido a 220 hectáreas”, ha avanzado, destacando que, aunque sigue siendo una cantidad reducida, representa una mejora con respecto a la situación previa.
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