El nombre de Merche Castellanos (Ciudad Real, 1988) empezó a sonar fuerte gracias al celebrado papel que jugó la Selección Española de Balonmano en los últimos Juegos Olímpicos. “Eso es cierto que nos dio mucha publicidad, y es algo que siempre viene bien porque parece que el deporte femenino no se valora si no ganas”, explica la portera de balonmano que ahora juega para el Costa de Sol en Málaga. Ya han acabado la pre-temporada y ve su equipo con sus objetivos que son los “de siempre”: jugarse la Supercopa en diciembre y en la Liga quedar “lo más arriba posible”.
“Parece que para que se reconozca nuestro trabajo tenemos que ganar, y es algo que no pasa con el masculino”, reflexiona la jugadora profesional. Sin embargo, Castellanos también concede que todo va cambiando. “Todo el mundo se ha volcado más con nuestros deporte, desde la afición a los medios de comunicación. Lo puedes notar en las redes sociales, en los pabellones y también en cómo crecen los patrocinadores”, resalta la ciudadrealeña.
Dentro del deporte, no sólo se trata del reconocimiento de salir o no en los medios de comunicación, sino también en que las empresas vean que el deporte femenino “vende”. Así se pagan las nóminas, al fin y al cabo. “Siempre se necesitan patrocinadores privados para un equipo y por lo general, suelen apostar más por el deporte masculino que por el nuestro. Pero ya vemos la intención de las empresas de apoyar el deporte femenino, que es algo que siempre se agradece”, señala.
“Ya va siendo hora de que las niñas vean que se puedan dedicar al deporte que quieran”
Por eso, resalta, es tan importante que se impulse el deporte femenino también desde lo público. Este año, en Castilla-La Mancha se celebrará una liga de balonmano femenino también en deporte escolar. Es algo que celebra. “Ya va siendo hora de que las niñas vean que se puedan dedicar al deporte que quieran. Me alegro mucho de que estén saliendo equipos femeninos donde yo me he criado. Por desgracia yo no lo tuve”, resalta.
Su carrera empezó ya desde niña en Marianistas, donde jugaba con chicos de su clase y era la única. En la etapa infantil tuvo que jugar con ellos, porque hasta entonces era mixto. Luego tuvo que seguir entrenando en otro colegio, uno de los pocos que ofertaba el deporte para chicas. “Incluso me planteé dejar el balonmano, siendo tan pequeña, porque no quería dejar a mis amigos del colegio. No es algo que debería pasar”, resalta. Por suerte, pudo seguir. “La gran mayoría de la gente con la que juego, lo hace porque han vivido donde ha habido balonmano femenino. Seguramente hay muchas niñas que han tenido que abandonar el deporte, porque no había equipo femenino y claro, al final lo dejas y cambias de deporte”, resalta.
Pero, señala, la situación de las mujeres deportistas ha ido cambiando, y “muchísimo”. “Yo recuerdo jugar en Alcobendas o en Alicante (cuando tenía unos veinte años) y ”nadie nos conocía“. ”Prácticamente nadie conocía la selección, es que ni yo misma sabía que había selección de balonmano“, resalta. También ayudó que la selección comenzó a ganar títulos. ”Es lo que llama la atención, ganar títulos para ser un deporte visible. Ahora estamos en televisión, se echan todos los partidos, todas las semanas hay partidos de la liga, vemos más apoyo y se está notando“, resalta.
Niñas y niños que compran sus camisetas
También lo notan en las gradas. “Ahora vas al pabellón y ves niños y sobre todo niñas pequeñas que compran las camisetas. Nuestras camisetas. También te saludan y reconocen en la calle”, celebra. “Esto es lo importante que ellas nos vean y ellos también, que vean que hay más opciones, y que es posible llegar a primera división y también poder dedicarse profesionalmente a ellos”, reflexiona la portera.
Castellanos sabe que no es una profesión que pueda seguir para siempre, aunque como ella juega de portera tiene menos lesiones que el resto de las jugadoras. “Pero llegará un momento en el que haya que parar”. Ella estudió magisterio, pero ahora mismo ha comenzado sus estudios de fisioterapia, que es lo que quería hacer desde hace muchos años. “Se me ha ido haciendo un poco tarde, pero es lo que me ha llamado la atención”, afirma.