Azuqueca de Henares (Guadalajara) acoge el primer proyecto piloto de España que estudia la pobreza energética ‘a pie de hogar’ para buscar soluciones. Lo hace la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), vinculada a la Universidad de Alcalá de Henares, en colaboración con la Obra Social La Caixa y el Ayuntamiento azudense.
El objetivo es dotar de recursos a los hogares que se encuentren en situación de vulnerabilidad energética y evitar que se acabe llegando a la pobreza o exclusión social.
Lo primero ha sido acercarse a los vecinos para recabar información. Lo han hecho en el Barrio de La Estación de Azuqueca donde existe un perfil de población en riesgo de pobreza energética. Después viene dotarles de recursos para afrontar la situación y una tercera fase pasa por asesorar a entidades (Cáritas, ACCEM, tiendas solidarias…) que trabajan de forma estrecha con estas personas a través de talleres.
Finalmente, el proyecto servirá para generar un banco de información útil sobre estrategias y medidas para paliar o mitigar la pobreza energética en los hogares.
“Una de las barreras es acercarse a las personas mayores”
“Una de las barreras es acercarse a las personas mayores”David Gimore es el coordinador de un proyecto y asegura que “ha sido difícil acercarse a los vecinos. Hemos necesitado el apoyo del Ayuntamiento”. Y es que, en una situación de crisis como la que lleva padeciendo el país, las personas se han vuelto más desconfiadas, especialmente los pensionistas.
“Una de las barreras con las que nos hemos encontrado es llegar a las personas mayores porque son las más desconfiadas. Están muy cansados de recibir a comerciales que intentan vender nuevos contratos de la factura eléctrica y en muchos casos se han sentido engañados”.
En esta barriada los edificios son muy antiguos y se han encontrado con perfiles que van desde familias numerosas, monoparentales, con todos sus miembros en situación de desempleo, inmigrantes y pensionistas y también se quiere prestar especial atención a aquellos colectivos más dependientes de la energía doméstica (personas con discapacidad y sus familias o enfermos crónicos).
El proyecto ha llegado a 400 hogares
El proyecto ha llegado a 400 hogaresLa Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) asesora a los hogares previa toma de datos sobre consumos de energía eléctrica y variables ambientales (temperatura, humedad…) que indican el confort que tienen estas familias en sus viviendas, como por ejemplo la sensación térmica.
Esta toma de datos se ha prolongado durante un mes y han llegado a 400 hogares en este populoso barrio azudense. También miran sus facturas de gas, “es lo primero que dejan de pagar y en todo caso utilizan el butano”.
Modificar los hábitos de consumo con medidas ‘low cost’
Modificar los hábitos de consumo con medidas ‘low cost’“Les decimos cómo pueden modificar sus hábitos de consumo, qué medidas de microeficiencia pueden aplicar, algo que sea o gratis o muy low cost porque no puedes sugerir que hagan una rehabilitación de la vivienda. No pueden pagarlo. Ni tampoco pedir que cambien aparatos eléctricos por otros más eficientes porque tienen pocos y no pueden comprar otros nuevos”.
Los consejos pasan, sobre todo, por que puedan variar sus hábitos de consumo y cambiar el tipo de factura eléctrica por otra “que se ajuste más a sus necesidades y puedan ahorrar más.
Una vez terminada esta primera fase, ahora se procede a analizar los datos recogidos que se presentarán antes del verano. El proyecto se inició en octubre de 2015 y se prolongará hasta octubre de este año 2016.
La pobreza energética crece y “toca a casi todos”
La pobreza energética crece y “toca a casi todos”ACA lleva estudiando la pobreza energética desde el año 2009 –de hecho presentará un nuevo informe nacional en tres semanas- pero es la primera vez que lo hacen ‘a pie de campo’, en los hogares potencialmente vulnerables.
En todos estos años, según David Gimore, este tipo de pobreza se ha ido agravando y ya no afecta solo a ciertos sectores de la población con menos recursos, también llega hasta rentas medias.
Se habla de pobreza energética cuando un hogar dedica más del 10% de sus ingresos a este tipo de gasto. “Con esta definición el abanico es más amplio del que cabría esperar. Si revisas la factura de la luz y piensas en lo que ingresas…hasta yo me incluiría. Toca a casi todos pero algunos tienen que renunciar a bienes de primera necesidad”, sostiene Gimore.
Además, ACA cree que “la pobreza energética afecta gravemente a la salud, hasta el extremo de acortar la vida” y condiciona toda la economía doméstica (alimentación, agua, educación, movilidad…) y por eso cree fundamentales la información, formación y asesoramiento como herramienta para adopción de medidas paliativas o preventivas.
“Somos una asociación modesta pero queremos que esto sirva para visualizar esta problemática, aportar nuestro granito de arena para atenuar su situación de vulnerabilidad y escalar el proyecto a otros ayuntamientos porque puede ser útil”.