Ponerse en la piel de los millones de desplazados que hay en el mundo por diferentes conflictos o situaciones de violencia es lo que se ha podido experimentar en la Facultad de Educación del Campus de Ciudad Real con motivo de la celebración de unas jornadas sobre migración y Agenda 2030, organizadas por la Fundación General de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Mediante una serie de vídeos en 360º proyectados en gafas de realidad virtual, Médicos sin Fronteras con su iniciativa 'Te prestamos nuestros ojos' ha dado la oportunidad a los asistentes de sumergirse una experiencia “total y única” en diferentes zonas del mundo, donde los conflictos han provocado el movimiento masivo de personas y esta organización desarrolla sus proyectos.
La idea de esta actividad viene motivada porque es “una situación que es muy difícil explicar con palabras pero mediante unos vídeos espectaculares la gente lo puede ver desde dentro”, según ha explicado a Europa Press César Arévalo Lozano, expatriado de Ciudad Real, que acaba de volver de Camerún y ha trabajado en Bangladesh, Etiopía, República Democrática del Congo y Guinea Bissau como responsables de logística.
Sensibilizar y dar testimonio
“Traer unos trocitos de esas realidades a la Facultad de Educación del Campus de Ciudad Real sensibilizando y dando testimonio e imagen a millones de personas que hoy en día sufren conflictos armados en todo el mundo” es el objetivo de la participación de esta organización en estas jornadas, según ha apuntado Arévalo.
Este cooperante ciudadrealeño ha destacado la reacción de la gente que se ha puesto las gafas de realidad virtual y ha podido ver uno de los reportajes. “Necesitan un poco de tiempo para poder asimilar lo que acaban de experimentar y todos coinciden en manifestar que se debería poner los ojos fuera de sus fronteras, de ver que hay gente que no tiene la misma suerte que ellos y que tienen que sobrevivir en conflictos armados. Se sorprenden del positivismo y la lucha de estos civiles”.
Y es que hay que tener en cuenta de que se trata de realidades muy diferentes, “son testimonios de lucha, de sobrevivir, de seguir adelante”, ha añadido. A su juicio, lo único capaz de salvar a un ser humano es otro ser humano, “hay entender otras realidades y poder aprender de ellas y ser más conscientes de lo que ocurre fuera de nuestras fronteras”.
Exposición fotográfica
Esta pretensión se complementa con una exposición de fotografías 'De Siria a Sudán del Sur: cómo sobreviven los civiles a la guerra' de Médicos Sin Fronteras en Ciudad Real. A través de ella, se busca acercar la situación de las poblaciones que sufren la violencia extrema y quedan atrapadas en contextos de conflicto, o se ven obligadas a huir de la guerra.
La exposición consta de una serie de fotografías realizadas por Anna Surinyach y muestra parte de la “dura vida” de las personas que han huido del conflicto de Siria y las que han quedado atrapadas por la violencia en Sudán del Sur. Casi el 70 por ciento de los proyectos de Médicos sin Fronteras se centran en este tipo de situaciones, ha explicado Arévalo.
“Realizamos muchos tipos de actividades para poder hacer frente a las necesidades médicas-humanitarias que la gente sufre en estas zonas donde hay muchas violencias” y ha puesto el ejemplo de su reciente misión en Camerún donde también hay una zona donde “hay mucha violencia y un conflicto armado”. En esta ocasión desde esta organización se han puesto a disposición de la población centros de salud, han formado al personal local, han llevado material médico, quirúrgico y logístico, destacando la habilitación de ambulancias para facilitar el acceso de los centros de salud a la población.
Migración y desarrollo de la Agenda 2030
La Facultad de Educación del Campus de Cuidad Real ha servido como marco para plantear como la Agenda 2030 es una oportunidad para gestionar adecuadamente las migraciones, fortaleciendo su vínculo con una visión de desarrollo sostenible. Además para ver las causas estructurales del desplazamiento forzado a través de la creación de condiciones más favorables en los países de origen, de modo que la migración se vuelva más humana y digna.
Así se han planteado asuntos como las migraciones y los tránsitos migratorios, cuál es el contexto internacional de los refugiados, varias experiencias de intervención directa con migrantes y, finalmente, se ha explicado la experiencia del alumnado de la Facultad de Educación del programa Campamentos del Sáhara en una ponencia titulada 'Intervención en campos de refugiados: La educación como instrumento de transformación'.
“Se ha apelado a entender las causas de estos desplazamientos y a darle una respuesta política acorde a los derechos humanos”, ha explicado la responsable de relaciones externas y delegada en Castilla-La Mancha de Médicos sin Fronteras, Raquel González, refiriéndose a los casi 70 millones de personas que se tienen que desplazar o bien internamente o bien cruzando frontera debido a una guerra, un conflicto o a situaciones de violencia.
“Son personas que tienen que salir de su casa prácticamente con lo puesto, donde la situación de vulnerabilidad es muy extrema y están estrechamente vinculadas con situaciones de conflicto, como los que nos podemos encontrar en Yemen, en Irak, en Afganistán o en República Centro Africana”, ha añadido.
Al respecto, ha puesto el foco en “una tendencia muy preocupante”, que es la criminalización de estas poblaciones. “Se está poniendo a estas personas etiquetas como las de terrorista o que vienen a robar el trabajo” por lo que para González sería necesario llamar a la humanidad de todas las personas para “ser capaces de ponernos en su lugar”.
Las políticas actuales ayudan a esta criminalización, ha apuntado, más que a su integración o simplemente “un trato digno y respetar unos derechos básicos, basados en los derechos fundamental Internacional Humanitario, pero también en la humanidad, en reconcomer a estas personas con derechos y con dignidad”.
Para la responsable de relaciones externas de esta entidad, el porcentaje de las personas que se mueven por el mundo, un 3,3 por ciento de la población mundial, “no van a provocar un colapso estructural del sistema de bienestar de los países europeos”.
Esta criminalización, ha explicado González, es lo que están viendo en el día a día de los proyectos de su organización, poniendo como ejemplo la experiencia del trabajo desarrollado en Bangladesh en un campo de refugiados de casi un millón de rohingyas que han tenido que huir de Myanmar porque “ha habido una violencia sistemática frente a ellos”, a lo que hay que sumar la situación observada en Sudán del Sur, donde casi la mitad de la población se ha tenido que ir de su casa “con lo puesto” por el conflicto.