El proyecto ‘Mapas de Memoria’ empieza con la historia de una mujer de Alhambra. Su nombre es Petra y abrió la puerta de su casa al grupo de investigación del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la UNED. El padre de Petra fue fusilado y su petición al grupo de profesionales no pudo ser más clara: “me vais a traer a mi padre”. Es una de las emocionantes anécdotas de las que habló Julián López, director del Centro y del proyecto, en la presentación de su trabajo durante el primer acto institucional celebrado en Ciudad Real para homenajear a las víctimas del franquismo.
No fue la única. También estaba Angelita, de la aldea de Navacerrada de Almodóvar que le pedía a los investigadores poder ver el nombre de sus familiares perdidos en “algún sitio”. “Mejor en un cementerio para llevarle flores”, recordaba que les precisaba la mujer. Han sido ocho años de trabajo entre nombres y documentos los que ha invertido el grupo de investigadores de la UNED en Ciudad Real. A pesar de haber pasado por dificultades, como los recortes en subvenciones de la Ley de Memoria Histórica de 2011, el grupo de investigación pudo recopilar casi 4.000 nombres en toda la provincia ciudadrealeña.
“Entregar nombres es una manera de restitución. Reconforta a los familiares y es más fuerte si sale en un libro y se publica. Ahora podemos nombrarlos”, destacó López ant decenas de personas que acudieron a la Diputación provincial para ser partícipes de un acto histórico. El objetivo de ‘Mapas de la Memoria’ era conocer “cualitativa y cuantitativamente” la represión durante el franquismo. El listado con los 3.3887 nombres es sólo la primera fase de un proyecto que incluye un mapa también de las fosas comunes en la provincia, después de la investigación correspondiente.
En la lista se encuentran los muertos por represión, pero el trabajo del grupo quiere ir mucho más allá: identificar a quienes sufrieron cárcel, exilio, o las mujeres que se quedaron “solas y tuvieron que sacar adelante a sus familias en las condiciones más difíciles e inimaginables”. Entre otros, López señalaba igualmente los casos de suicidio que llegaron a casi cuadriplicarse durante los años de la posguerra. “¿Cómo no podemos incluirlo dentro de las víctimas del franquismo?”, se preguntaba el investigador. Igualmente hizo referencia a la llamada “represión de baja intensidad” que tuvo “consecuencias devastadoras en la provincia.
El último nombre que añadieron a la lista fue precisamente este pasado martes, día de la presentación del proyecto. Se trataba de María Antón Ortega, “la roja de Tejeda” que no se contabilizó antes ya que murió de septicemia en el Hospital de Tomelloso a los 63 años de edad. Fue a través de un correo de Estados Unidos que se envió precisamente debido a este histórico acto. Por eso, ahora López confía en que se podrán añadir más nombres. “Con estos actos activamos la memoria”, aseguró. El trabajo que ha llevado a cabo el grupo ha incluido la búsqueda en archivos de todo tipo, pero también en cientos de casas recorriendo más de 150.000 kilómetros en toda la provincia.
“Este listado es fruto de la memoria que se ha negado a ser anulada, al tesón de madres, hijas, nietas que han conservado relatos, cartas de despedida, fotografías, y listas de fusilados”, explicó el investigador. Y es que, aseguró López, “la recuperación de la memoria histórica se debe en gran parte a las mujeres de Ciudad Real”. Por otro lado, han querido destacar también el gran número de víctimas que se acumulan en la provincia, especialmente en comparación con el resto. “Es posiblemente la provincia con más víctimas de la posguerra de toda España”, afirmó. Así llamó la atención a la “brutal” represión vivida y también a por qué es justamente esta provincia la que acumula estos niveles.