Entre 2005 y 2015, la emisión de gases de efecto invernadero en Castilla-La Mancha se redujo en un 34%, según el Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero de la Oficina del Cambio Climático de la consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural. Se trata, tal como ha apuntado el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Postillo, de una cifra que sitúa a la Comunidad por delante del compromiso de reducción adquirido, del 10% en relación a 2005, de cara al año 2020.
El 'año base' del documento es 1990, pero es en 2005 cuando se integran a las mediciones de emisiones las producidas por la aviación. Hace dos años, Castilla-La Mancha había logrado llegar a niveles más bajos que en 1990, dejando atrás una tendencia a la alza que llegó a mostrar crecimientos del 33,1% en relación a 1990, como ocurrió en el 2000. En total, en 2015 se emitieron 17.380,1 kilotoneladas métricas de CO2. Suponía un aumento del 0,01% en relación al año anterior y también un 5,2% del total nacional emitido en ese año.
El documento señala que la tendencia al alza se detuvo específicamente en el año 207, a partir de lo cual se ha vivido un descenso “continuado” hasta el último año, 2015. Las emisiones se han centrado principalmente, en un 70%, en los llamados procesos de transformación de la energía, que incluyen producción energética, transporte, industria manufacturera y de la construcción, así como uso residencial de la energía. Por sectores, ha sido la industria la que ha logrado el descenso más acusado en relación al año base, con un 51,6% de emisiones menos. El sector energético también ha logrado reducir sus emisiones.
Por el contrario, los sectores de servicios, transporte, gases fluorados, agricultura y residuos han aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero. En algunos casos, como el de los gases fluorados, disolventes y otros productos, en 2015 se emitió un 572,6% más que en 1990. Sin embargo, si se contempla la variación entre 2005 y 2015, sólo se contempla pequeños aumentos en sólo dos sectores de la economía regional.
Por provincias, Ciudad Real y Toledo suponen el 67% de las emisiones GEI regionales al concentrar en sus territorios provinciales las instalaciones productoras de energía, la mayoría de la población regional y de las actividades industriales y agrarias. Guadalajara y Cuenca son las que aportan el menor porcentaje de las emisiones regionales.
Ante estas cifras, el viceconsejero de Medio Ambiente celebraba que “los castellano-manchegos trabajamos de forma más eficiente, con menos emisión de CO2 por cada euro de PIB que producimos”. Portillo ha defendido que es el “convencimiento” del Ejecutivo el cumplir los objetivos impuestos por la Unión Europea de cara a 2020, y que se recogen en el acuerdo de París. Además, ha señalado que desde 2012 “la producción de energía eléctrica con fuentes renovables cubre más del 99% de la demanda interna regional”, lo que también ha supuesto que no se emita, entre 2012 y 2016, un total de 7,5 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.