El castillo de Calaña, en la toledana localidad de Albarreal de Tajo, acaba de incorporarse a la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
Los escasos restos de lo que antaño fue fortaleza musulmana podrían terminar en el fondo del río Tajo, “como ha ocurrido con el resto del castillo”, señala la asociación “si no se pone remedio pronto”. De hecho, lo único que se conserva en la actualidad es el aljibe. Gran parte de esta construcción del siglo XI se encuentra suspendida en el vacío, merced a la erosión.
El castillo y asentamiento de Calaña -también conocido como “Cueva del moro”- es una fortaleza de origen islámico, mandada edificar en el siglo XI por las tropas musulmanas. Esta fortificación ubicada entre la provincia de Toledo y la desembocadura del río Guadarrama fue uno de los puntos defensivos de Toledo en la línea del Tajo.
Al margen de lo poco que se conserva del castillo, existen restos de cerámica islámica que dejan constancia del paso de la dinastía musulmana por Calaña, documentada al menos desde 1170. Por otro lado, deja constancia de la existencia del castillo de Calaña la documentación mozárabe conservada en el Archivo Histórico Nacional y que posteriormente fue recogida por González Palencia. Los restos que quedan del castillo se encuentran en la parte más elevada de la montaña de Calaña. Solo ha sobrevivido el aljibe del castillo, de planta cuadrada, dotado de una bóveda de cañón realizada con ladrillo y argamasa. Posee sobre el revestimiento inscripciones, alguna del año 1792 como apunta Fermín de los Reyes, autor de la fotografía. La parte que da al río está totalmente erosionada dejando al descubierto parte de los cimientos