El rey Felipe VI ha inaugurado este lunes en el Museo de Santa Cruz de Toledo la exposición 'Alfonso X: el legado de un rey precursor', un recorrido por las diferentes facetas del monarca que repasa sus aportaciones a través de la exhibición de 180 piezas cedidas por setenta entidades y que conmemora el octavo centenario de su nacimiento.
El rey ha recorrido las instalaciones del Museo de Santa Cruz que acoge esta exposición, que el público podrá visitar gratuitamente desde este martes 15 de marzo hasta el 19 de junio, acompañado por el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta; el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón.
“Hemos intentado poner en valor y hacer una exposición a la altura del momento. Es un rey que se lo merecía. Hemos querido mostrar el Toledo medieval, el de Alfonso X”, ha dicho el coordinador de las actividades para conmemorar el VIII centenario del nacimiento de Alfonso X el Sabio, Martín Molina.
La exposición se organiza en cinco secciones, expuestas en el crucero superior del edificio, que es uno de los primeros hospitales de la España renacentista y que se ubica a escasos metros del lugar del nacimiento de Alfonso X.
La primera de ellas, “Alfonso, infante (1221-1252)”, recoge las tres primeras décadas del futuro rey; le sigue “El rey gobernante (1252-1284): un reinado de luces y sombras”, que aborda la segunda mitad de su vida al frente de los reinos de Castilla y de León como la representación simbólica del monarca, la economía, la obra legislativa y las relaciones con la Iglesia.
“Intentó gobernar con un poder absoluto pero al final no lo consiguió por las fuerzas sociales dominantes de la época que, de alguna manera, se lo impidieron. Pero él puso todo su empeño”, ha explicado el comisario de la exposición, Ricardo Izquierdo.
Esta sección muestra, entre otras piezas, obras de tipo legislativo, como el volumen de las “Siete Partidas”, prestado por la Biblioteca Nacional, donde se intenta justificar el poder absoluto que el rey debía tener, y también refleja la preocupación de Alfonso X por el pasado, la organización de la administración de su reino y otros aspectos de la política del reino.
La tercera parte está dedicada a su faceta de “rey Sabio”, un sobrenombre que se le puso casi un siglo después, y recoge su interés por la ciencia, el ajedrez y su devoción por la Virgen, así como por los estudios, la astronomía y la astrología y la difusión del castellano.
“Alfonso X considera que el reino tiene que tener su propia lengua y potenciará el castellano, especialmente para la prosa en las cantigas, que son pequeñas historias donde se producen milagros de la Virgen”, ha contado Izquierdo sobre esta sección que se titula 'El rey Sabio: el scriptorium alfonsí'.
El cuarto brazo del crucero exhibe “El final del reinado”, una etapa que estuvo marcada por una crisis política protagonizada por el infante don Sancho que, posteriormente, será su sucesor.
En ella, se exponen sus espuelas y una pieza “espléndida” que es la “Corona de los camafeos”, hallada entre los restos del ajuar mortuorio del rey Sancho IV y que, según ha indicado el responsable de la exposición, seguramente perteneció al propio Alfonso X.
El broche final de la exposición es “La visión del rey desde la posteridad”, que plantea cómo los historiadores y los artistas han concebido a lo largo de la historia la figura de Alfonso X, un personaje “muy polifacético y sobre el que no hay unanimidad a la hora de ensalzarlo o denigrarlo”, ha señalado Izquierdo.