Liberbank ha anunciado a sus trabajadores que sus actividades operativas y administrativas se concentrarán en un único edificio, en Toledo. Esto significa que el banco ya no llevará a cabo sus tareas operativas entre otras ciudades como Oviedo, Cáceres, Cuenca, Santander, Plasencia y Madrid. Se trata de la oficina situada en la céntrica plaza de Zocodover y la centralización se desarrollará de manera paulatina en las siguientes semanas. Para esto, Liberbank creará la Factoría de Transformación de Operaciónes y Servicios, empresa filial que se especializará en actividades de 'back office'.
El banco ha señalado que esta unificación ayudará a mejoras de “eficiencia” y que permitirá mejorar la orientación al cliente y también el refuerzo del perfil comercial de quienes atienden al público. Sin embargo, los sindicatos dentro de la empresa han manifestado su rechazo ante este plan de reorganización. Comisiones Obreras ha pedido una reunión “urgente” para valorar la repercusión de la anunciada operación, según informa la Cadena Ser, mientras que anunciaban su temor a que la operación signifique la “antesala” de una reestructuración del sector financiero.
Los sindicatos CSI y CSICA han mostrado un descontento en la misma línea que CCOO. La Corriente Sindical de Izquierdas ha señalado que la concentración de Liberbank en Toledo supondrá una pérdida de empleo “directo e indirecto” para la región asturiana. El sindicato también ha señalado que estas operaciones se enmarcan en “movimientos erráticos” de la estrategia del banco. CSICA ha ido más lejos y ha señalado que la actuación anunciada es “una pirula más”, en los procesos de integración “infinitos” de la entidad bancaria.
El sindicato ha señalado que la dirección de Liberbank sigue “errática”, dando “dos pasos adelante y uno hacia atrás, inconexos, desorientados e incapaces de obtener ninguna eficiencia que no provenga de meternos la mano en el bolsillo”. Además, la organización sindical ha comunicado su temor a que a los nuevos trabajadores no se les pagará más de 600 euros al mes y que “no tendrán derechos”, por lo que pasarán a ser parte de la “nueva clase de trabajadores pobres”.