En Castilla-La Mancha hay 919 municipios y cerca de 700 frontones. Ninguno histórico al estilo del Beti Jai de Madrid o el frontón de Zorroaga, en Vitoria-Gasteiz.
Han formado siempre parte de los distintos planes de instalaciones deportivas de la Junta de Castilla-La Mancha desde que existe la comunidad autónoma. Claro que los frontones aquí se utilizan para casi todo, y cada vez menos para la competición. En ocasiones son incluso el escenario perfecto para las verbenas de las fiestas patronales o comidas populares. A veces, para jugar al fútbol o a otros deportes.
“En muchas plazas de los pueblos de Castilla-La Mancha hay un frontón al que la mayoría de la gente va a pasar el rato, más allá de la competición o de tener una licencia federativa”, explica Félix Manzanero, presidente de la Federación de Pelota de Castilla-La Mancha.
Después está la cuestión de su estado de mantenimiento. “Entre el 70 y el 80% de los frontones están semiabandonados y no se compite”. Guadalajara y Cuenca son las provincias con más instalaciones de este tipo, según el censo facilitado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes. Paradójicamente son también las más despobladas.
Félix Manzanero explica que la construcción o mejora de los frontones se ha visto frenada en los últimos años. “Se hicieron muchos aprovechando los fondos del Plan E de Zapatero pero los hicieron regular. No servían para competir. Es como el que hace un campo de fútbol sin las medidas oficiales. No consultaron ni a la federación autonómica ni a la nacional”, critica.
Las licencias federativas en esta disciplina no llegan a las 300 en la comunidad autónoma. Son menos de la mitad del número de frontones construidos. “La pelota es el deporte nacional, es el único que hemos inventado los españoles y nosotros mismos nos lo estamos cargando. Hay 14 modalidades, pero se tiende más ahora al uso de la raqueta o la pala. Se ha dejado a un lado la pelota mano, con la excepción del norte de España”, lamenta el presidente de la federación.
Sin embargo, hay excepciones notables como el Club de Pelota Guadalajara. Eso sí, no participa en ninguna competición y tampoco cuenta con escuela deportiva. “Entrenan en el Polideportivo San José, con un frontón de toda la vida, cubierto, que gestiona la Diputación”, explica Félix Manzanero.
Este club participó a mediados de agosto en un ‘encuentro pelotari’ en la localidad de Campillo de Dueñas, un pueblo de Guadalajara al límite con Teruel. “No cabía ninguna duda en escoger entre el moderno frontón y el centenario frontón ubicado en el centro de la plaza del pueblo”, destacaba el Club Trinquetes de Teruel al difundir la actividad en las redes sociales.
Realizaron una exhibición de juego con pelota vasca de 105 gramos en este peculiar e histórico frontón, hubo una charla y un taller infantil para fabricar pelotas. Hasta 33 llegaron a crear ese día. Campillo de Dueñas tiene 76 habitantes y los organizadores, una asociación de amigos del pueblo, comentaban su sorpresa por “la gran asistencia de público”.
En Castilla-La Mancha hay algunos municipios con una gran afición a la pelota vasca, se juegue o no a mano, pero la Federación Regional de Pelota cree que se va a menos. El papel jugado por las administraciones públicas -y por los clubes- para fomentar la práctica deportiva ha sido y seguirá siendo clave. Es el caso de Pajarón, un pueblo de Cuenca con 80 habitantes con un magnífico frontón descubierto de 36 metros o Carboneras de Guadazaón, en la misma provincia.
Esta última población no llega a los 800 habitantes, pero tiene un club de pelotaris con 40 integrantes, “incluido un grupo de diez mujeres que van desde la más joven con treinta y tantos hasta las que tienen casi 60 años”, explica el secretario del club, Saúl Perales, que es además el vicepresidente de la Federación de Pelota de la comunidad autónoma.
La tradición en este pueblo viene de lejos. “Soy el secretario del ayuntamiento al que llegué hace 35 años. Cuando vine no había frontón, sorprendentemente”, explica, pero eso cambió con la llegada a la Alcaldía de Julio Fernández en 1991. “Le gustaba cualquier tipo de deporte, el que fuese. La primera legislatura hicimos el mejor frontón cubierto de toda la provincia de Cuenca”. En 1997 se creó un club y una escuela de pelota. “Casi todas las generaciones de chicos y chicas han pasado por ella”.
La Diputación de Cuenca ha ayudado a mantener y mejorar las instalaciones de su frontón corto de 36 metros donde practican la modalidad de ‘herramienta’ y juegan a pala corta y paleta cuero, además del frontenis, con pelota olímpica y pre-olímpica. “Antes jugábamos pelota mano y paleta goma”, detalla.
En los últimos planes del Gobierno de Castilla-La Mancha relacionados con infraestructuras deportivas se ha priorizado la construcción de instalaciones que tengan “doble uso, tanto escolar como municipal”, allá donde no se disponga de ninguna, desde el año 2018.
Tiene sentido teniendo en cuenta el informe interno del departamento de Deportes allá por el año 2013, cuando gobernaba Dolores de Cospedal, que analizó la planificación estratégica de las instalaciones deportivas en Castilla- La Mancha y el resultado no fue halagüeño.
Ese informe reflejaba la existencia de un “elevado número de municipios de tamaño pequeño sin estructura profesional orientada a gestionar el deporte, pero con instalaciones deportivas”. Sí, se había desarrollado una política de extensión de instalaciones deportivas “pero sin conocimiento de su viabilidad económica, social ni deportiva” y a eso, según el mismo documento se sumaba la “ausencia de un proceso de planificación basado en el cálculo técnico de déficits y sostenibilidad de la instalación”.
En aquel momento ya se hablaba de la necesidad de intervención para mejorar o reparar muchas de ellas, pero también se ponía de manifiesto la “escasa capacidad de los gestores públicos para asumir el coste de las actuaciones de mantenimiento de las instalaciones deportivas”.
Es el caso de los frontones. “Son instalaciones muy caras tanto a la hora de construir como de mantener. Eso es un lastre”, reconoce Félix Manzanero al echar cuentas. Construir un frontón básico de tres paredes más el suelo y que además se ajuste a las medidas reglamentarias alcanza los 200.000 euros. En cambio, contrapone, “una pista de pádel cuesta entre 15.000 y 20.000 euros”.
Pese a todo, es habitual el anuncio de inversiones públicas para mejorar el estado de los frontones. Hay muchos y no hay otra opción que mantenerlos o dejarlos caer. No solo invierte la Junta de Castilla-La Mancha, también lo hacen las diputaciones provinciales. Por ejemplo, en 2018 la Diputación conquense invirtió 45.000 euros en la reforma del frontón de Villalpardo, donde hay otro club que juega pelota mano.
En 2022 la institución invirtió 15.000 euros en mejorar y acondicionar el frontón de Santa María del Val, que no llega a los 70 habitantes empadronados. Y ese mismo año se invirtieron 50.000 euros en crear nuevas pistas de pádel además de mejorar el frontón y la pista de fútbol sala en Chillarón de Cuenca, con unos 800 vecinos.
La pelota es un deporte “muy minoritario en España, con las excepciones de País Vasco, Navarra o La Rioja que tienen grandísimos pelotaris”, reconocen tanto Saúl Perales como Félix Manzanero. “Se jugaba en toda España, pero ha ido desapareciendo. Por ejemplo, en Andalucía ha quedado reducido a la zona de Almería. Aquí en Castilla-La Mancha tenemos sobre todo la modalidad de ‘herramienta’ y la de frontenis”, apunta Perales.
En 2023 la palista toledana, natural de La Villa de Don Fadrique, Silvia Comendador, se proclamaba campeona del mundo con la selección española de Frontenis femenino en el Mundial sub 22 disputado en Méjico. Hay cantera, pero no es suficiente. “Mantenerla es complicado y aumentarla todavía más”, dice Manzanero.
A eso se suma que se trata de un deporte “más caro” que otros y que las modas también influyen en el avance del pádel o el squash. “Necesitamos atraer a chicos y chicas jóvenes y sobre todo crear escuelas deportivas”. No da por perdida la 'batalla' pero advierte: “Cada vez hay menos deportistas, menos sitios y menos clubes”.
La pelota vasca fue deporte de exhibición en las Olimpiadas de Méjico en el año 1968. También en Barcelona 92 y después... el olvido.
El presidente de la federación castellanomanchega contempla este año 2024, en el que Castilla-La Mancha es 'Región Europea del Deporte' como una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de este deporte. Las ayudas a esta federación se han reducido de forma paulatina en el último lustro. “Ya estamos por debajo de los 20.000 euros anuales y desde luego profesionalizar es imposible”, dice su presidente quien, sin embargo, matiza que “no se trata de pedir a las administraciones públicas como la Junta o la diputaciones. Es más un problema de cultura local y de quienes gestionan los clubes. No hay tesón suficiente para crear escuelas deportivas y después, competir. Ahí está la clave”.