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REPORTAJE

Mi abuelo fue brigadista internacional: el recuerdo indeleble de los que lucharon por la II República en Albacete

Cuenta José Luis Gromada que su abuelo se enamoró de su abuela en una tarde en la que paró el camión de las brigadas internacionales que conducía en una casa al lado de la carretera buscando agua. También que pudo pedir la mano de ella, Isabel Almazán, gracias a un “libro de traducciones”. Y es que Jozef Gromada, el abuelo de José Luis, era uno de los brigadistas polacos que llegaron a Albacete al inicio de la Guerra Civil.

Jozef e Isabel tuvieron siete hijos, y su legado sigue vivo en la memoria de su familia, a pesar de lo trágico de su vida. “Mi abuelo hablaba como E.T”, recuerda cariñosamente Gromada. Pero el fuerte acento de su abuelo no es el único recuerdo que guarda José Luis, que ha ahondado en la vida de su familia para honrar los principios que trajeron a su familiar desde Francia hasta Albacete, sede de las Brigadas Internacionales.

Hasta la hoy ciudad de Castilla-La Mancha llegaron miles de personas que acudían en ayuda del Gobierno republicano al estallar la Guerra Civil española. Había personas procedentes de 54 países diferentes.

Los brigadistas perdieron la guerra, pero que su victoria hoy es mi voz

El papel que jugó Albacete para las Brigadas Internacionales fue probablemente de los más importantes en la historia de la ciudad y de la provincia. En el 'Babel de la Mancha' se instaló el primer Cuartel General de las brigadas. En abril de 1938 esta sede se trasladó a Barcelona, debido al avance de las tropas franquistas. Muchos de los edificios que fueron testigos de la presencia de los brigadistas desaparecieron, debido a los grandes cambios demográficos y urbanísticos que vivió la ciudad a partir de los años 60'.

“Siempre me contó que el tren venía hasta arriba de medicamentos y ayudas”, resalta el nieto. Gromada pertenecía a la compañía Dombrowsky y manejaba camiones. Fue precisamente probando uno de los vehículos como conoció a la que fue su primera mujer. Cuando las brigadas internacionales dejaban Albacete en el año 1938, el brigadista polaco se quedó para formar su familia y fue detenido. “Decía que estaban comidos a piojos”, afirma José Luis. “Cuando mi abuela murió, se volvió loco de dolor”. Jozef volvió a casarse, pero sólo tuvo hijos con Isabel Almazán.

Para José Luis es un orgullo que su abuelo haya sido parte de esta historia. “Trabajé durante años en el Gran Hotel [de Albacete], no puedes ni imaginar la cantidad de gente que ha venido de todos lados, Noruega, Filipinas o Sueca para conocer la historia de las Brigadas. Es algo impresionante lo que ocurrió en Albacete”, reflexiona. “Yo siempre digo que los brigadistas perdieron la guerra, pero que su victoria hoy es mi voz. Poder hablar de ellos. Esa es su victoria”.

El paso de las Brigadas Internacionales por Albacete tiene “relevancia internacional” y es “referencia mundial”. Así lo explica el director del Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (CEDOBI), Antonio Selva. El centro se creó en 2012, gracias a un acuerdo entre el Instituto de Estudios Albacetenses 'Don Juan Manuel' (IEA), organismo autónomo de la Diputación Provincial de Albacete, y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). En Albacete existía, eso sí, un Centro de Documentación en el seno del Instituto desde 1989 y la UCLM puso por su parte en marcha una iniciativa similar en el 2003.

“A mí me llaman para hablar de las brigadas, no para hablar de la catedral de Albacete”, explica Selva. “Albacete es una referencia, nos proyecta a nivel mundial”, explica el experto. En su opinión, son tres los puntos más importantes del paso de los brigadistas por la provincia. “Cuando el gobierno [de la República] se traslada de Madrid a Valencia, el ferrocarril pasa por Albacete. Las comunicaciones son muy buenas entre Albacete y Madrid”, señala.

Por otro lado, que la provincia tiene fuerte carácter agrícola. “Sobre todo en lo que es el cultivo de cereal, que permitía alimentar a un numeroso contingente. Por aquí pasaron unas 35.000 personas”, resalta. Todas estas personas no se quedaron en el lugar, iban y venían. Los establecidos fueron alrededor de 2.000. Por último, Selva señala que en la zona no había presencia de anarquistas como ocurría por ejemplo en Aragón. “Por tanto, se evitaron todos los conflictos de este tipo”, señala.

Los brigadistas estuvieron desde octubre de 1936 hasta abril de 1938, no solamente en Albacete capital, sino por toda la provincia, especialmente en la zona de la Manchuela y en Almansa.

Salvaguarda de los testimonios

El CEDOBI ha realizado un trabajo exhaustivo para recuperar los testimonios de brigadistas y sus descendientes para salvaguardar esta parte de la historia. “Tuvo mucho impacto en una población tan conservadora como era la de Albacete, y en la que había gente con mucho nivel intelectual”, señala el director del CEDOBI. Resalta, por ejemplo, que llamaba “mucho la atención” que llegaran tantos judíos a la provincia. “Eran personas que se sentían perseguidas y llegaban con la intención de luchar ante el avance de los totalitarismos”, reflexiona.

Fueron los mismos totalitarismos que expulsaron a muchos brigadistas de sus países y llegaron así a España: huyendo del fascismo en Italia y del nazismo en Alemania, pero también de regímenes como los que había en Ucrania o Hungría. “Fuera de España, lo de los brigadistas es una suerte de mito. Una referencia mundial que aquí pasa mucho más desapercibido”, asegura el experto. Esto también ocurre por la represión sufrida tras la guerra. “Todas las personas que tenían fotos las hicieron desaparecer. Y todavía seguimos sin hablar de la dictadura”, resalta.

Antiguos brigadistas han visitado Albacete para conocer el lugar en el que llegaron a luchar. “Fue algo muy importante. Vinieron primero en el año 1986, contactando con Francisco Fuster, quien los acompaña a buscar el sitio donde habían estado. En 1996 llegan de manera masiva a visitar la ciudad”, resalta. Detrás de estas visitas hubo una razón “muy emotiva”, afirma Selva. Los descendientes de los brigadistas que llegaron a la provincia no han cesado en su afán de dar a conocer la historia de su familia y de aportar, con su legado, una manera de mantener viva su memoria.

Es el caso de Thérese Szerman, que es hija de Alter Szerman y Adela Korn. Szerman era un brigadista belga, de origen polaco como Jozef Gromada, que llegó a territorio albaceteño en 1937 con las brigadas. Korn era enfermera en el hospital de Ontinyent. Thérèse visitó Albacete en noviembre de 2021, donde prestó su testimonio oral para el Archivo de la Palabra del Instituto de Estudios Albacetenses y donó el álbum fotográfico familiar con imágenes de sus padres, un “acto de generosidad” que “devolvió parte de la memoria al mundo”.

Recursos para la memoria

La Diputación de Albacete ha apoyado a través del CEDOBI la puesta en marcha de varios recursos para que la población conozca esta parte de su historia. Un ejemplo de ello, es la aplicación de rutas que se puede descargar en el teléfono móvil para conocer, de manera aproximada, el paso de estos luchadores por la provincia.

José González, diputado provincial y responsable del Área Social de la Institución provincial, explica que es “importante” el compromiso de la institución para seguir construyendo una “democracia fuerte y comprender el pasado para avanzar en la sociedad” a través de la reparación de la memoria democrática. “Esto también son las raíces de los pueblos”, explica.

“Las Brigadas Internacionales simbolizan el trabajo por la libertad y la concordia, dieron una lección de convivencia entre 54 nacionalidades diferentes. Hombres y mujeres que nos pueden dar una lección importantísima de su trabajo por la realidad”, señala. González destaca igualmente el memorial que hay en Madrigueras y que se inauguró en febrero de 2022, un centro de interpretación en el que hay una exposición permanente cedida por el CEDOBI. “Y tenemos también el objetivo de realizar seminarios, charlas y publicaciones con lo relacionado con las brigadas”, asegura González.

“Para la Diputación de Albacete, la memoria democrática es una prioridad para garantizar los derechos de la ciudadanía. Cumplir con la memoria es avanzar en una reconciliación que creemos necesaria”.