El grueso de las medidas aprobadas en la nueva Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI de Castilla-La Mancha dependen ahora de su desarrollo reglamentario. El Gobierno regional abrió una consulta pública previa a la redacción de ese Reglamento, que ha obtenido una gran participación ciudadana con impresiones, propuestas y valoraciones de todo tipo. Entre las más repetidas, la inclusión del género no binario y la petición de más recursos destinados a la educación, de cara al cumplimiento íntegro de la nueva normativa.
Esta consulta se ha realizado mediante una encuesta de participación en la que destaca que casi un 35% de las respuestas procede de poblaciones de más de 50.000 habitantes, un dato significativo teniendo en cuenta que muchas de las medidas están dirigidas al ámbito rural y que una de las mayores preocupaciones de los colectivos LGTBI de la región es el que tiene que ver con el denominado “sexilio”: el éxodo del medio rural a la ciudad por discriminación o acoso.
De hecho, una de las valoraciones recogidas en la encuesta recuerda que Castilla-La Mancha dispone de “un territorio envejecido, disperso y con múltiples problemáticas”. “Evitemos que la juventud LGTBI tenga que marcharse por miedo a ser libremente en sus pueblos y ciudades”, apunta otra persona.
En los resultados de este proceso participativo, consultados por elDiarioclm.es, hay valoraciones de todo tipo, también en contra de la normativa. En su mayoría defienden la ley, aunque pidiendo que el Reglamento especifique muchas de las cuestiones que quedan en el aire. Hay decenas de respuestas, por ejemplo, que demandan la inclusión y regularización del género no binario.
“La ley podría ser más ambiciosa y cubrir más aspectos, como el reconocimiento pleno de las personas no binarias” es una de las respuestas, en línea con otras muchas sobre esta misma cuestión.
“Hay muchísimas familias que necesitan esta ley”
En varias ocasiones también se hace referencia a los menores trans. “Esta ley es de obligada necesidad para que se respeten los derechos de los menores trans y de las personas trans. Para que puedan realizarse como personas y no se vulneren sus derechos obligándoles a pasar por servicios de salud mental y que otros profesionales decidan por ellos y ellas.
“Hay muchísimas familias que necesitan esta ley”, apunta otra de las personas participantes, y “sobre todo muchas niñas y niños que se van a sentir respaldados y defendidos con nuestra ayuda”. “Infancia, adolescencia, jóvenes y mayores LGBTIQ+ deben enfrentar graves problemas derivados de la LGBTIfobia de su entorno. Se requiere, por tanto, la puesta en marcha de medidas específicas de atención dirigidas a erradicar estos prejuicios que generan discriminación y violencia”, agrega otra persona.
En varias ocasiones, los participantes consideran prioritaria “la protección de los menores tanto en el ámbito escolar, como en el social y sanitario”.
También apuntan en varias ocasiones que la vulnerabilidad que padece de forma histórica este colectivo debe ser tenida en cuenta por el conjunto de políticas a desarrollar en el Reglamento. A ello añaden que en el instituto y centros escolares “los chicos deben aprender a respetarse independientemente de la orientación sexual que tengan, así como respetar también a los demás adultos que tengan otra orientación sexual distinta a la nuestra”.
El ámbito educativo adquiere especial relevancia en esta consulta. “En los centros escolares el temario debería ser trans inclusivo. Que se cambien los textos para que en los temas del cuerpo humano las personas trans y las intersexuales no se sientan excluidas. Propongo también que haya unidades o especialistas con formación para tratar a las personas trans en todas las provincias, no solo una. Que está comunidad es muy grande”, apunta otra persona.
“Es necesario que los libros de textos en colegios, institutos y universidad sean inclusivos y en ellos aparezcan referentes positivos para las personas trans”, recalcan en otra de las respuestas a la encuesta. Y añaden otras tantas personas la necesidad de formar al profesorado para el cumplimiento de la ley y del futuro Reglamento en el ámbito educativo.
En esta cuestión abundan algunas personas más, añadiendo que también los libros de texto deben ser inclusivos, “con referentes positivos trans”, además de recalcar que “con una educación inclusiva de verdad, no haría falta legislar por unos derechos que debemos tener todas las personas”.