Como cada año, el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cada 25 de noviembre, marca el comienzo de 16 días de activismo en una campaña de la ONU que persigue movilizar a toda la sociedad ante la alarmante escalada de la violencia contra las mujeres y que termina coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos
Las condenas por violencia machista son hoy la tercera causa de ingreso en prisión, según Instituciones Penitenciarias, seguidas de los delitos contra el patrimonio y la salud pública. Una razón de mucho peso por la que los centros penitenciarios no están, no podrían, quedar al margen de la valiosa tarea de sensibilización y rehabilitación de la conducta agresora para disminuir el riesgo de reincidencia, una vez cumplida la condena que aparta a los violentos de la sociedad
En ocasiones esta implicación recibe el agradecimiento de las instituciones y por eso José Javier García Aroca y su equipo del Centro Penitenciario de Albacete es uno de los Premios Menina 2024 que otorga la Delegación del Gobierno a través de la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer.
Todo es voluntario, pero ellos y ellas acuden. Hay un trabajo previo de psicólogos y educadores. Tratamos el mensaje para que les cale y modifique los aprendizajes adquiridos que son desadaptativos, que aprendan un nuevo estilo relacional
“Es un premio para todo el equipo de profesionales penitenciarios y entidades no gubernamentales que nos ayudan a ejecutar este trabajo”, dice este albaceteño, psicólogo de prisiones, que desde 2022 dirige al equipo técnico responsable del tratamiento de los internos en el único centro mixto que tiene hoy Castilla-La Mancha, con 240 hombres y 14 mujeres.
La prisión promueve variadas actividades para sensibilizar a la población reclusa en materia de violencia machista. Talleres, monólogos, concursos de relatos … “Todo es voluntario, pero ellos y ellas acuden. Hay un trabajo previo de psicólogos y educadores. Tratamos el mensaje para que les cale y modifique los aprendizajes adquiridos que son desadaptativos, y que aprendan un nuevo estilo relacional. Que desarrollen un pensamiento crítico y se den cuenta del tipo de violencia que ejercen”.
Intervenir con los agresores desde una perspectiva clínica
García Aroca defiende el Programa PRIA de intervención psicosocial en violencia de género que busca facilitar a los juzgados y a los Servicios Sociales Penitenciarios la intervención con hombres penados por este tipo de delitos. Y preguntado por el tabú de poner el foco en los maltratadores debido a un convencimiento de que no pueden cambiar, dice que “durante el tiempo que están en prisión es necesario que hagan una revisión del comportamiento que les ha llevado a esa situación y por eso se interviene con estas personas, para reducir el riesgo posterior”.
“Es una forma de proteger a la sociedad y evitar víctimas en el futuro. Más del 90% de los hombres que pasan por este programa de tratamiento específico, con una buena implicación, no vuelven a reincidir”. Este porcentaje que recuerda José Javier, es un dato Instituciones Penitenciarias que pasa bastante desapercibido entre la opinión pública.
Es una forma de proteger a la sociedad y evitar víctimas en el futuro. Más del 90% de los hombres que pasan por este programa de tratamiento específico, con una buena implicación, no vuelven a reincidir
También es voluntario participar en este programa de terapia cognitivo conductual que se considera eficaz para ayudar a cualquier persona a aprender cómo controlar mejor las situaciones estresantes de la vida. “Pero tratamos de animarles. Se busca que se responsabilicen del daño que han hecho, que reconozcan también la violencia psicológica y que entiendan que la conducta violenta es un tipo de respuesta aprendida y que el objetivo es modificar ese comportamiento”.
Enseñar a las internas a prevenir: “Un elevado porcentaje ha sufrido violencia”
A las mujeres se les ayuda a prevenir la violencia machista porque “un elevado porcentaje de internas la han sufrido durante su infancia, adolescencia o etapa adulta. Se trabaja la autoestima, el mito del amor romántico que muchas veces lleva a invisibilizar la violencia de la que son víctimas. Se les enseña a identificar factores de riesgo y estamos buscando a otras mujeres, profesionales, que les hagan llegar un mensaje de empoderamiento y podamos ayudarles en su proceso de reinserción cuando salgan de prisión. Este año se está implantando un programa que se llama Ser mujer”.
Según el Anuario Estadístico del Ministerio del Interior 2023, nueve de cada diez internos en las prisiones españolas son hombres (92,9 %) y esta situación no experimenta cambios significativos en relación con 2022. Sin embargo, la vulnerabilidad de la mujer determina su perfil.
Por eso, 2024 es el segundo año en el que el centro penitenciario de Albacete desarrolla unas jornadas, que son también mixtas, en torno al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Se abordan temas consensuados con las internas y en la primera edición, desarrollada con la entidad Quorum Plus, se abordaron factores como la extranjería, la discapacidad o la pertenencia a la etnia gitana, que las hacen más vulnerables
“Este año, entre los meses de febrero y abril, se han desarrollado otras temáticas como el papel de la mujer en las políticas públicas. El ambiente es muy dinámico en prisión. Hay módulos de respeto con el compromiso de mantener un comportamiento adecuado para resolver los conflictos y que se involucren en sus programas de tratamiento”.
Los Premios Menina 2024 se entregaron en Toledo el pasado 21 de noviembre destacando a nueve personas y entidades “porque lamentablemente los datos nos indican que vuestra labor y vuestro ejemplo en la lucha contra la violencia machista es más necesario que nunca”, dijo durante el acto la Delegada del Gobierno, Milagros Tolón.
El subdirector de Tratamiento de la prisión de Albacete se muestra agradecido. “No nos aburrimos y nos gusta tanto la labor que hacemos, que es súper satisfactorio que se reconozca. Te da el empuje para continuar”.