“Desbordados” y más allá de la frustración. Así explica la situación del personal sanitario durante estas dos semanas de pico asistencial, el médico de Urgencias del Hospital Universitario de Toledo Miguel Ángel González. “Estuvimos desbordados durante los años del COVID y seguimos igual, y principalmente son los servicios de Urgencias, que somos los que hemos estado en primera línea”, resalta. “Ahora se ha 'pasado el COVID', pero volvemos a las dinámicas estacionales de una población envejecida y que necesita mucho de los sanitarios para su día a día”, explica el facultativo.
La tasa de incidencia de las infecciones respiratorias agudas en Castilla-La Mancha ha sido la más alta de España. Así lo muestran los últimos datos del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda, que recoge que en la última semana de diciembre la tasa de incidencia era de 1.709,7 casos por cada 100.000 habitantes. Para el sindicato CSIF, eran cifras que “obligan a las autoridades sanitarias” a tomar medidas con “carácter urgente”. La organización tachaba la situación de “semana de pesadilla”, junto antes de Navidad.
El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, aseguraba este mismo lunes que el repunte de casos ya ha llegado a su meseta y que el pico ya había pasado. En concreto, el día con más casos se vivió el 26 de diciembre, con unas 4.000 atenciones de Urgencia. Ahora mismo, Castilla-La Mancha se encuentra en la meseta de esta situación sanitaria, aunque durante las próximas dos semanas se mantendrá una alta incidencia de casos.
Pero González señala que las medidas tomadas por los encargados de gestionar “no han sido suficientes”, ni para el personal sanitario ni tampoco para las personas. Este mismo lunes 8 de enero, el sindicato CSIF aseguraba que había cincuenta pacientes a la espera de ingreso en las Urgencias del Hospital Universitario de Toledo. El sindicato también afirmaba que desde el viernes 5 de enero se ha atendido en las Urgencias a un total de 1.439 pacientes, con un total de 281 ingresos en cama hospitalaria.
La población “envejecida”, señala, muestra una serie de patologías crónicas y graves. “España se vanagloria de ser uno de los países con mayor esperanza de vida y efectivamente es así, pero esto implica también que hay personas que están enfermas de gravedad y se pueden descompensar en cualquier momento. Entonces necesitan evaluación hospitalaria y por eso acuden a las Urgencias”, recalca el facultativo, que también es delegado de Sanidad de CSIF en Toledo.
“No hay manera de atender a tantas personas”
“La moral está por los suelos. ¿Qué sentirías tú si ves que tienes una hilera de pacientes por atender? Cuando ves a 20 pacientes esperando en un pasillo no es algo frustrante, es que es imposible. No hay manera de atender a tantas personas. Pasan las horas y no lo puedes atender y esto pasa día a día”, reflexiona el facultativo. El médico también lamenta que el personal sanitario soporta la presión asistencial “sin los recursos o la previsión que esperábamos de nuestros gestores”.
No es solo la afluencia de población envejecida la que hace que se “saturen” los servicios de Urgencias, insiste González, sino también en que se “ha insistido” a la población, que para comprar “cualquier medicamento” necesitan receta. “Entonces acuden a la Atención Primaria. Pero si esto está colapsado, y les dan cita para quince días, pues entonces van a las Urgencias”, reflexiona. “De esta manera, se fomenta que la población busque solución en la atención de Urgencias, incluso con síntomas mínimos”.
Pero González señala que esto “no puede ser”. “No puede ser que se junten todos estos factores con el resultado final del colapso de los servicios de Urgencias, en Atención Primaria, en atención especializada y en los hospitalizados. Cuando hablamos de que la vida de las personas está en peligro, no hablamos de frustración, es algo más. Y no tenemos solución por parte de los gestores, que hablan de reuniones y de planes que no existen y que sufrimos los profesionales, día a día”, insiste.
Este tipo de situaciones de presión asistencial no son nuevas, concluye el doctor González. “Es algo que se debe prever, que era previsible. Por eso, tenemos que exigir a los cargos cuya función es gestionar esta situación, que sean precavidos y que den soluciones. Si estamos desbordados, es porque quien tiene la capacidad de tomar decisiones, de contratar plantillas y abrir espacios, no lo hace”, zanja.
Mascarillas recomendadas
Este lunes, el primer Consejo Interterritorial de Salud del Año acababa sin consenso, con relación al uso de la mascarilla en los centros sanitarios, y se daban otros dos días de plazo para tomar una decisión final. La propuesta que envió finalmente Castilla-La Mancha al mismo, fue que el uso fuera recomendado y no obligatorio, tal como ya ocurría en “algunos hospitales” de la región. En otras comunidades, ya es obligatoria. Igualmente, el consejero de Sanidad castellanomanchego, Jesús Fernández Sanz, pedía una ponencia de alertas y de la comisión de Salud Pública.
La portavoz regional, Esther Padilla, también ha rechazado públicamente que exista “colapso” en los centros hospitalarios de Castilla-La Mancha, ya que el sistema ha tenido “capacidad absoluta” de absorción de los pacientes que han requerido atención médica. Por eso, ha abogado por estar “orgullosos” del sistema sanitario, que es “más fuerte que nunca”. Además, ha defendido que se ha dado respuesta a los desafíos, contratando personal sanitario y “ampliando la capacidad en los hospitales”. A la vez, ha criticado el “oportunismo” del PP, al intentar “generar alarma” y “confusión” en la población.
La diputada 'popular', Tania Andicoberry, ha lamentado que se esté viviendo el “colapso” de los centros hospitalarios, “mientras el presidente regional, que está desaparecido, no ha hecho nada”.