Una placa de cerámica talaverana reposa desde hace unos días en la tumba del icónico fotoperiodista Robert Capa, cuyos restos se encuentran en el cementerio de la localidad de Amawalk, en Nueva York. Es probablemente el único homenaje que se ha hecho al reportero de guerra en su tumba desde España, y la iniciativa ha venido de una “modesta” asociación. Se trata de la Asociación de Informadores Gráficos de Talavera de la Reina, que ha depositado el azulejo en la tumba de Capa con motivo del 70 aniversario de su muerte. Se trata de un azulejo elaborado artesanalmente por el ceramista Justo Canales y que se distingue por los colores típicamente talaveranos, blanco y azul.
“La iniciativa nos pareció oportuna como una manera de poner en valor el fotoperiodismo, tan necesario en la sociedad y dentro de los medios de comunicación”, explican desde la asociación. Su presidente, Pau Barroso, explica que el lema de su organización es la defensa del fotoperiodismo y que la figura de Capa es un ícono para la asociación. “Por eso queríamos dejar un signo nuestro en una lápida en la que descansa esta figura del mundo del fotoperiodismo”, explica en conversación con este medio.
La tumba, resalta, es la oficial, en un cementerio en el que también descansan la madre y el hermano de Capa. Y aunque “no creen” que pasase por Talavera de la Reina, el biógrafo del fotoperiodista Richard Whelan escribió sobre la vida del húngaro que, efectivamente, pasó por la ciudad de la cerámica en 1936 en su camino al sur, en concreto hacia Córdoba, pero que la situación era “desesperanzadora” y no se permitía la visita de los periodistas al frente. En este camino fue también cuando pasaron por Toledo. Eran esos días del asedio del Alcázar. Allí Robert Capa tomó icónicas fotografías junto a su compañera Gerda Taro.
El historiador Carlos Vega confirma que el paso de Capa y Taro por el frente de Talavera de la Reina, que se componía de dos ejes de la carretera entre Madrid y Extremadura, y entre Toledo y Talavera, era inevitable. Además, coincide en resaltar la importancia del trabajo del fotoperiodista, no solo durante la guerra civil española, sino en otros momentos históricos de los que fue pionero, como ocurre con el desembarco de Normandía, donde Capa fue el primer reportero en desembarcar. “No podemos olvidar que Capa no solo cubrió la guerra civil española, sino que siguió trabajando durante otros veinte años”, explica el toledano.
Capa como una figura para reivindicar la profesión
Para Pau Barroso, el homenaje a Robert Capa sirve también para darle continuación al origen de la asociación que preside, que finalmente es darle reconocimiento y dignidad a la labor de los fotoperiodistas, tanto fotógrafos como operadores de cámara o realizadores. “Le damos mucha importancia al periodismo, pero se habla muy poco de quienes nos dedicamos a la información gráfica”, explica. Y por eso, quiere romper una lanza en su defensa.
“Sin imágenes, no hay informativo; sin imágenes, no hay periódicos”, advierte. Además, luchan también contra el intrusismo en la profesión para luchar contra lo que temen es una “futura extinción”. Los miembros de la organización están repartidos por “toda España”, y hay quien incluso ya no puede dedicarse a su oficio. “Estamos en una situación casi de extinguirnos, pero somos unos románticos”, bromea Barroso.
Y esto, a pesar de que considera que es imprescindible su trabajo. “Hoy en día parece que la imagen está más al alcalde de las personas. Pero, al igual que el periodista tiene que tener una trayectoria para saber cómo enfocar la noticia, lo mismo pasa con los fotógrafos. Somos especializados en la materia, y no porque tengas el material para hacer fotos, eres fotógrafo”, resalta Barroso. La asociación trabaja en la defensa y divulgación de la figura del fotoperiodista, o informador gráfico, desde 2005 y además realiza labor solidaria en la provincia, con una veintena de otras asociaciones.