El mes de julio de 2016 completó su vuelta al mundo el Solar Impulse II, un avión propulsado únicamente por energía solar, sin ningún tipo de combustible, cuyas gigantescas alas de placas fotovoltaicas se convirtieron en símbolo del avance de esta tecnología. La empresa de capital norteamericano SKYDWELLER adquirió después los derechos de propiedad del avión para poder industrializarlo y desarrollar ese tipo de ecnología, que tiene su centro neurálgico en Suiza. Ahora, esa compañía ha llegado a España para construir drones de “vuelo perpetuo” y han elegido Valdepeñas (Ciudad Real) para instalar su fábrica. Su proyecto se encuentra en proceso de información pública puesto que quiere beneficiarse de las ventajas de la Ley de Medidas Urgentes para la Declaración de Proyectos Prioritarios en Castilla-La Mancha, aprobada por unanimidad el pasado mes de agosto.
En este momento, los drones solares de vuelvo permanente (solo paralizan su actividad para tareas de mantenimiento) suponen una tecnología “disruptiva” y muy innovadora en España, sobre todo en un momento que la movilidad sostenible y la defensa del patrimonio natural cada vez obliga más a las administraciones y a las empresas a cumplir con protocolos medioambientales.
Así lo resalta el director general de Empresas de Castilla-La Mancha, Javier Rosell, quien detalla algunos datos de este proyecto, sobre todo la función multiusos de la tecnología que quiere desarrollarse en Valdepeñas: desde las telecomunicaciones de todo tipo hasta dar cobertura 5G en zonas rurales y labores de seguridad y defensa.
Los vuelos de prueba se están realizando en el aeropuerto de Albacete desde finales del año pasado desde que la empresa obtuvo permiso de la AESA. Estas autorizaciones se han vuelto a solicitar para seguir analizando su desarrollo y posteriormente pasarán a ejecutarse en el aeródromo Manuel Sánchez de Valdepeñas, donde finalmente esos drones serán industrializados con la puesta en marcha de la futura factoría.
Una tecnología apenas desarrollada y una oportunidad para la región
Actualmente, no hay ninguna otra empresa similar en la región, y de hecho, este tipo de tecnología apenas se ha desarrollado a nivel mundial. Sí que existen en Castilla-La Mancha más de una treintena de centros productivos relacionados con el sector de la aeronáutica. Por ello, para Rosell, la llegada ahora de otra empresa con esa capacidad de desarrollo es “de gran importancia” para la ciudad, la provincia y toda la comunidad autónoma. “Este tipo de empresas no solo son industria sino que realizan desarrollo tecnológico, por lo que se abren las posibilidades de contratar a jóvenes tecnólogos, de colaborar con otras empresas del sector y de poner a Castilla-La Mancha en el mapa. Al final la I+D es lo que te hace seguir siendo competitivo”, señala.
La proyección con la que trabaja esta compañía es bastante optimista. Tiene previsto crear un centenar de empleos directos y unos 150 indirectos, entre, seguridad, mantenimiento, logística, y otras actividades relacionadas con la tecnología. Es decir, no solo fabricará sino que también realizará tareas de modelaje e inversión en innovación. Eso será un “avance espectacular” para el tejido productivo de la comunidad autónoma y también para generar puestos de trabajo en distintos tipos de perfiles, tanto sénior como junior, que hará que el talento de jóvenes y no tan jóvenes “se quede en la región”.
De momento, SKYDWELLER quiere finalizar todos los vuelos de prueba en Albacete en mayo y comenzar así los trabajos en el aeródromo de Valdepeñas. El director general de Empresas recuerda que se trata de un periodo muy corto de tipo teniendo en cuenta que son “tecnologías muy sensibles y actividades que conllevan utilizar el espacio aéreo”. En estos casos los procesos se alargan un poco más que en cualquier otro tipo de empresas pero lo importante, añade, es que esa tecnología que dio la vuelta al mundo ya está en pruebas que “van por buen camino”.
El proyecto para la fabricación de drones solares está ahora sujeto al periodo de información pública al que obliga la Ley de Proyectos Prioritarios. Esta normativa castellanomanchega permite a las empresas que obtienen esa catalogación agilizar y simplificar los trámites para la implantación de proyectos novedosos en la región pero se realiza el proceso pública para que reciban el apoyo de la ciudadanía. Con ello, no solo se consigue atraer a las empresas sino que también se convierte a la región en un imán para atraer a otras muchas compañías.
Javier Rosell está convencido de que esta tecnología pionera ha aterrizado en Castilla-La Mancha por un conjunto de factores y ventajas. Primero, las horas de sol en la región, que también han propiciado el desarrollo de empresas fotovoltaicas. Pero también opina que han contribuido a ello “la llanura, la tranquilidad y un especio aéreo no saturado”. Todo ello, unido a su trámite como futuro proyecto prioritario y a los incentivos para la financiación ha hecho que el contexto sea “ideal”. Sostiene que la comunidad autónoma está preparada para este tipo de desarrollo y que no supone “nada ajeno a nuestro ecosistema industrial”.