Desde que el pasado mes de octubre cambio la contrata de servicios en diversos organismos del Ministerio de Defensa han sido despedidos un total de 28 trabajadores del Museo del Ejército de Toledo tras designaciones “a dedo” por parte de la nueva empresa, Proman Servicios Generales. Así lo destacan los propios trabajadores, quienes piden el Ministerio que anule los despidos y “tome cartas en el asunto” ya que se sienten “abandonados por todas las instituciones”.
Este colectivo explica en un comunicado que la extinción del contrato de algunos trabajadores fue notificada por la contrata anterior, OMBUDS una semana antes de la entrada de la nueva empresa gestora, sin tener en cuenta que eran trabajadores fijos y que hasta la llegada del PP al Gobierno, se trataba de un servicio subrogable, al igual que el de otras contratas.
Tras quedarse la nueva contrata con 14 trabajadores de la anterior plantilla “comienzan una serie de despropósitos” que abarcan “desde los trabajadores y sus derechos, hasta las normativas del propio Museo”, puesto que estos comienzan a trabajar en malas condiciones respecto a los uniformes y el sueldo, entre otras cuestiones. Cuando debido a ello consultaron con sus abogados, Proman instó a que firmaran nuevos contratos por sueldos de 700 al mes, pagas incluidas y sin pluses. Según su versión, desde la empresa les dicen que “si alguno no está de acuerdo, a la puta calle”
“Así fueron despidiendo, manteniendo en un claro 'mobbing' al último trabajador que quedaba, el candidato a elecciones sindicales, el cual fue despedido el mismo día que se constituyó la mesa electoral”, explican. Todos estos meses, los trabajadores vienen sufriendo un “calvario”, debido a que Proman, ante las reclamaciones de los trabajadores, alegó que trabaja con subvenciones y tiene a su propio personal“, incumpliendo incluso con las liquidaciones de los despedidos.
Por todo ello, exigen que el Ministerio de Defensa tome “cartas en el asunto” y anule estos despidos, puesto que “debería velar por la estabilidad y la transparencia del trabajo” según el pliego de condiciones para este servicio. Es más, apuntan que el Gobierno permite adjudicaciones “a dedo” ofertando cantidades a la que ninguna otra empresa puede llegar para después recibir subvenciones por parte del Estado, como ha hecho Proman.
Los trabajadores del Museo del Ejército no luchan por la posible liquidación impagada sino por su puesto de trabajo y su “dignidad como personas”. También solicitan la ayuda de las instituciones “por lo menos locales, ya que las regionales o nacionales no creemos que nos presten mucha atención debido a que tienen el mismo tinte político, pues nos consideramos abandonados ante una injusticia a todas luces, en la que, como es evidente, el partido del Gobierno no va a decir ni a hacer nada”.