José María Coronado, catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Universidad de Castilla y La Mancha (UCLM), ha apelado a minimizar “problemas” y ajustar el riesgo que puedan suponer las DANAS en obra pública, un elemento que, a su juicio, “no se puede dimensionar para soportar cualquier cosa que puedas suponer”, pues siempre “va a haber un riesgo de daños”.
Como uno de los ponentes del Congreso Internacional de Patrimonio de la Obra Pública y de la Ingeniería Civil que se celebra entre Cuenca, Toledo y Madrid con presencia de 400 congresistas de diferentes parte del mundo, Coronado ha señalado que “la clave” del trabajo de los ingenieros “es evaluar esos riesgos y hacer un dimensionamiento ajustado”.
“Al final tampoco podemos hacer todos los miles de puentes que hay en un país para que nunca ninguno tenga problemas”, ha remarcado.
Ya centrado en las infraestructuras históricas que serán objeto de debate en este congreso, ha destacado que las carreteras históricas “son las que mejor han respondido a las DANAS, porque llevan más tiempo en el territorio” y si algún día en su vida presentaron un problema, “probablemente ya se solucionó”.
A su juicio, “la respuesta de la obra pública a los eventos como las DANAS es un tema estadístico”, ya que, según ha explicado, que “una obra pública tenga un problema depende de la propia obra pública y depende de lo que genere ese problema”. Entonces, ha afirmado, “es una cuestión probabilística, es una probabilidad de que eso suceda” y por ello se replantean sobre el terreno las variables con las que trabajan los ingenieros
Las carreteras como las grandes olvidadas
Una de las líneas de investigación que se abordará en esta cita congresual tiene que ver “con el valor patrimonial de las carreteras en concreto”, que dentro de las obras públicas “han sido hasta ahora un tipo de infraestructura un poco desatendida”. Acaba de elaborarse un catálogo con 111 ejemplos, en colaboración de las 18 demarcaciones en España del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
“Hemos prestado mucha atención a los puentes, a los faros, a las grandes obras, las estaciones. Sin embargo, las carreteras, al ser un elemento de carácter territorial, pasan un poco más desapercibidos. Pero no por ello no son menos relevantes desde el punto de vista patrimonial”, ha puntualizado.
Las carreteras, según este catedrático, “tienen un montón de elementos asociados, como las casillas de peones camineros, antiguas gasolineras, la señalización histórica, los sistemas de contención históricos o los propias puentes que tienen”. Un conjunto que se está intentando poner en valor para recuperarlo porque “se ha perdido mucho patrimonio vinculado a las carreteras”, ha lamentado.
En suma, uno de los objetivos del congreso es “poner el foco en toda esa diversidad de la obra pública y en su valor patrimonial, que a la vez puede ser un recurso turístico para atraer actividad a ciertos territorios”.
Así, ha puesto como ejemplo el Caminito del Rey en Málaga, vinculado a una presa y al abastecimiento de agua, y que hoy en día “se ha transformado en un recurso turístico muy relevante”.
En Castilla-La Mancha, Coronado ha mencionado “obras muy relevantes” que se ubican en algunas centrales hidroeléctricas, por ejemplo en la zona de Cuenca, el salto de Villalba; carreteras como el paso de Despeñaperros o la carretera de las Cabrillas, así como estaciones de ferrocarril en Toledo, ciudad en la que se encuentran también los puentes de Alcántara y San Martín.