Veinte años del Parque Natural del Alto Tajo, un espacio “muy desconocido” que quiere ser Parque Nacional

Una joya desconocida. Así se describe el Parque Natural del Alto Tajo, que este año cumple veinte años desde que fue declarado como tal. Y para celebrarlo, Emiliano García-Page anunció que se plantea la posibilidad de pedir que “parte” del entorno sea declarado Parque Nacional. El presidente de la Junta de Comunidades defendió que la declaración de Parque Nacional sería sinónimo de “más oportunidades, más posibilidad de empleo y un plus de protección”. Sería, explica su director, José Antonio Lozano, el primer Parque Nacional en el que se vería representado el Sistema Ibérico. “El parque es todavía muy desconocido, pero poco a poco se va conociendo más, el número de visitantes ha ido creciendo y bastante”, señala. Los presupuestos eso sí, tras las primeras inversiones grandes, han ido bajando.

“No contamos con un presupuesto fijo, porque después de las muchas infraestructuras que se hicieron el primer año, ya ha ido bajando. Las principales actuaciones ahora son de mantenimiento de las infraestructuras creadas”, explica Lozano. En el parque, de hecho, no trabajan muchas personas: el director-conservador, un auxiliar y luego monitores en los centros de interpretación, y no todo el año, sino que principalmente en los meses estivales. El parque no cuenta realmente con datos de visitantes, sólo con estimaciones, y del año 2011, cuando llegaron 40.000 personas a los centros de interpretación. “Si consideramos que esto es el 20% de los visitantes, pues serían unos 200.000. Va aumentando, pero es subjetivo, haría falta un estudio para ver cuántos visitantes llegan realmente al parque”.

Naturaleza en estado puro

La naturaleza en el Parque Natural está “en estado puro” y esto ofrece “muchísimas opciones” para poder disfrutar de la misma. Desde el senderismo, hasta el buceo, existe todo tipo de actividades de aventura, entre las que el piragüimo es la “actividad estrella”. La gran superficie del parque, explica Lozano, permite que haya “muchas opciones” para no repetir las rutas. Especialmente importantes son las hoces fluviales que se crean debido al paso del río Tajo, ya que componen el sistema más extenso de la región y uno de los más importantes de España, ofreciendo “gran diversidad geológica, botánica y faunística”. Su “excelente grado” de conservación hace que sea la “cumbre” de la biodiversidad en Castilla-La Mancha“.

Pero Lozano también destaca que el patrimonio del parque se ve engrandecido gracias a sus pueblos. “Existen construcciones muy típicas de la zona, como los chozones sabineros o las salinas, que son un patrimonio etnográfico”. Dos de estas salinas, en muy buen estado, la de Almaya y la de Saelices de la Sal, restauradas. El director del parque también destaca el monasterio cisterciense de Buenafuente, así como las fiestas típicas de los pueblos, como la de los gancheros, que este año, sin embargo, se han visto mermadas debido a la crisis sanitaria“. ”Al abrirse la fase 1, empezamos a ver cómo crecía la afluencia, creemos que la gente está haciendo turismo de día y se nota la cercanía de Madrid, pero más de Guadalajara“, afirma.

“Primera división”

Lozano asegura que si el parque logra ser declarado como nacional, pasaría a “la primera división” de los espacios protegidos. “Contaríamos con muchos más recursos tanto para la gestión del parque, como para los términos municipales que se encuentran en él”. Sin embargo, advierte también de que esta declaración supondría “una serie de limitaciones”, que se establece en la Ley de Parques Nacionales. Por ejemplo, ya no estaría permitida la caza, la pesca deportiva, ni tampoco la tala comercial. Este tipo de medidas, recalca, tendrían también un impacto en la economía de la zona, aunque también señala que las zonas de aprovechamiento han ido cayendo, ya que “ya no son rentables”. De todos modos, sólo se declararía como Parque Nacional, una parte de lo que es hoy el Alto Tajo.

Preparativos

La dirección del parque trabaja ahora mismo en la propuesta que harán llegar al Gobierno de España. “Primero tenemos que ver lo que vamos a presentar y llevarla también a los distintos sectores afectados, como por ejemplo, los Ayuntamientos de la zona, porque tanto ellos como los vecinos son sectores implicados que pueden verse afectados”. Por ahora, ya se ha anunciado la intención en la última Junta Rectora celebrada, en la que no hubo actitudes contrarias a la decisión. “La postura ha sido optimista, en principio. Todo dependerá del esfuerzo que podamos dedicarle y también la postura de los distintos Ayuntamientos”.

El papel de los Consistorios, señala, es importante, por lo que todos deben estar al tanto de las medidas que se quieran tomar. “Estamos recién empezando, porque el proceso será largo”. Pero el optimismo recae en que se trata de un ecosistema español, el sistema ibérico, que actualmente no está representado en los parques nacionales. “Los pinares, los cañones fluviales, el cauce del río... Ahora mismo no está representado y creemos que su estado de conservación es el idóneo para mostrar este tipo de ecosistema”, asegura.

Actualizar la legislación

Marta Corella es la alcaldesa de Orea, una pequeña localidad ubicada en el parque. “Todas las líneas que vayan en la dirección de mantener la naturaleza y mantener los pueblos será bienvenida”, afirma. Sin embargo, también puntualiza que la legislación que rige los Parques Nacionales “debería quizás ser revisada”. “Los parques desglosan y desgajan mucho lo que es el espacio de las personas que viven en ellos”, explica, y asegura que “a nadie le cabe duda” de que los espacios como el Alto Tajo están “como están, precisamente gracias a los usos y costumbres de sus habitantes”. “Nosotros, como municipio forestal, hemos tenido la gestión de los montes de utilidad pública durante más de un siglo”.

“En estos momentos en los que tenemos que hacer frente al cambio climático, en el que como sociedad vamos a necesitar productos sostenibles y sin huella de carbono, que se ha demostrado la necesidad de gestión para la conservación de los espacios naturales, creo que es necesario repensar el papel de los Ayuntamientos, así como la figura de los Parques Nacionales”, asegura. Por eso, pide que la legislación se “actualice al siglo XXI”, porque “no se atiende al concepto íntegro del desarrollo rural y la sostenibilidad que manejamos actualmente”. “No hay paisaje sin paisanaje. Si de verdad quieren conservar los espacios tal y como los conocemos, necesitamos de la complicidad y el saber de sus habitantes”, concluye.