El cura de Valladolid imputado por enviar un vídeo sexual a una niña de 14 años despertaba todo tipo de sospechas entre los padres de las menores que forman parte de la Cofradía de las Angustias, perteneciente a la Iglesia Penitencial de las Angustias, donde el sacerdote O.F.L. era rector capellán.
Según ha podido saber eldiario.es, desde que el párroco se puso al frente de esta iglesia, en 2017, los progenitores “nunca” dejaban solas a las niñas con él, porque no les gustaba “cómo las miraba”. El ahora investigado llevaba tras de sí un oscuro historial. En 2010 el padre de una menor de 14 años viajó de Alicante a Valladolid para interponer una denuncia contra el cura en la Comandancia de la Guardia Civil. El cura había estado mandando mensajes inapropiados a la niña, a la que decía que estaba “tremenda” o que era “un bellezón”. El asunto nunca llegó a judicializarse pero el párroco, por entonces de Zaratán, un pequeño municipio pegado a Valladolid, fue apartado por el Arzobispado. En Zaratán se le recuerda no sólo por eso, también por su rigidez y su falta de “empatía” con los fieles.
Desde ese momento, O.F.L, que reconoció los hechos y pidió perdón a los padres de la víctima en una carta, dejó de ser párroco de Zaratán y estuvo unos años en un convento de la provincia, según fuentes del Arzobispado de Valladolid. Lo cierto es que un año después, en octubre de 2011 pasó a hacerse cargo de la Iglesia Carmen de Extramuros, en el cementerio municipal. A partir de ese momento, volvió a la vida eclesiástica pública, participando activamente en el canal del la archidiócesis en YouTube, a través de entrevistas. Los vídeos han sido privatizados a lo largo del día de hoy, según ha podido comprobar este diario.
O.F.L, que en la actualidad tiene 40 años, no duró mucho en el templo del camposanto y recaló como rector capellán el la Iglesia Penitencial Nuestra Señora de las Angustias, en pleno centro histórico y con una de las cofradías más antiguas de Valladolid, con 1.100 miembros.
El rector capellán ha estado muy implicado con la cofradía y daba cursos sobre liturgia y catequesis. Hace unos días, la madre de una niña de 14 años revisó su teléfono móvil y encontró un chat en el que el cura le mandaba un vídeo sexual. La mujer decidió ir a verle a la iglesia, donde mantuvo un duro enfrentamiento con él antes de dirigirse a una comisaría a denunciar los hechos. Poco después, el pasado domingo en concreto, el sacerdote fue detenido poco antes de que empezase una misa y pasó a disposición judicial. Lejos de defenderse o de explicarse, se acogió a su derecho a no declarar, según indicaron fuentes judiciales a este diario.
Cómo se afronte la investigación dependerá del resultado que la Policía obtenga del volcado de los móviles de la menor y del sacerdote. Se sabrá entonces qué clase de relación tenía con la niña y si pudo haber molestado a más menores. Desde el Arzobispado de Valladolid no se ha querido concretar si alguien planteó quejas con la vuelta del cura a la vida eclesial o sobre su comportamiento con las niñas.
Tampoco se ha precisado si conocieron su detención por él mismo o a través de terceros, sólo que fue el mismo domingo. En el único comunicado remitido por el Arzobispado se asegura que se le apartó de su labor en el mismo momento en que se tuvo conocimiento de “la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía ante un presunto comportamiento deshonesto del presbítero con una menor a través de las redes sociales, que podría haber llegado a ser constitutivo de delito”.
En la nota también se anuncia que “sin menoscabar el derecho a la presunción de inocencia del sacerdote, el Arzobispado ha iniciado un proceso de investigación canónica supeditado al resultado de las actuaciones de las autoridades civiles” y que condena “cualquier tipo de comportamiento que atente contra la integridad física y moral de los menores y de las personas vulnerables y actúa ante estos indicios de delito de conformidad con la jurisdicción estatal, del modo exigido por el papa Francisco conforme al artículo 19 de su último Motu Proprio Vos estis lux mundi.