Castilla y León cerrará su territorio a los allegados y sólo permitirá que entren en la Comunidad personas que vayan a reunirse con sus familiares. Las reuniones seguirán limitadas a un máximo de 10 personas y de dos unidades de convivencia distinta. Así lo ha comunicado este viernes el presidente, Alfonso Fernández Mañueco. Además de “eliminar a los allegados”, los desplazamientos a Castilla y León, sin incluir las excepciones que ya contempla el estado de alarma, se limitarán a los días 23, 24, 25, 26, 30 y 31 de diciembre y al 1 y 2 de enero y no se podrá viajar el 5 y 6 de enero. El cierre perimetral se mantiene por el momento hasta el 10 de enero.
En cuanto al toque de queda, se mantiene la ampliación ya anunciada en Nochebuena y Nochevieja, hasta la 1,30 de la madrugada, mientras que el resto de días seguirá el tope de las 22.00 horas. “Nos hubiese gustado que el Gobierno hubiese hecho un esfuerzo mayor para llegar a un acuerdo, pero ha desistido de su responsabilidad”, ha asegurado Fernández Mañueco. El presidente no ha llegado a explicar de qué sirvieron las conversaciones previstas con las comunidades limítrofes con Castilla y León, pero ha precisado que durante la reunión del patronato de la Fundación Pro-Rae, presidida por el rey Felipe VI, coincidió con los presidentes de Extremadura, Madrid, Aragón, La Rioja y Galicia, y que esta mañana ha hablado con los de otras como Asturias. Respecto a las limitaciones de 6 personas para las cenas familiares que impone Madrid, Fernández Mañueco ha apuntado a que su toque de queda es más amplio, hasta la medianoche mientras que el de Castilla y León es a las 22.00. “Cada Comunidad ha buscado su equilibrio. Me hubiera gustado que en el Consejo Interterritorial todas hubiésemos tenido la misma solución ante el mismo problema”, ha afirmado. Pero, a continuación, para justificar que ni siquiera hay medidas comunes entre comunidades vecinas, ha añadido que el Gobierno central “tiene que asumir la función que le corresponde” de “coordinar y obligar” a las autonomías a ponerse “de acuerdo”, algo que no considera “incompatible” con la adopción de “medidas distintas” porque “cada comunidad conoce mejor sus circunstancias”.
“No es lo mismo una provincia que otra provincia, un área de salud que otra área de salud, ni una ciudad que otra, pero los criterios me hubiesen gustado que fuesen comunes”, ha aseverado. También ha criticado que el Gobierno no actuase de una forma “más diligente” frente a la segunda ola, puesto que cuando se aprobaron los criterios comunes muchos territorios como Castilla y León “ya estaban muy por encima del nivel de 250 casos por cada 100.000 habitantes”. También se ha referido a la declaración del estado de alarma, que “llegó de manera precipitada con un consejo de ministros que se celebró de manera extraordinaria un domingo”.
El presidente de la Junta de Castilla y León ha señalado que con estas nuevas restricciones su Gobierno da “un paso al frente” y asume la responsabilidad, porque su objetivo es “proteger la vida y la salud y celebrar estas navidades y las siguientes”, al tiempo que ha hecho una llamada a la prudencia y a evitar el contacto social todo lo posible porque “el virus no se ha ido”.
Las medidas adoptadas tratan de “hacer el menor daño a la economía”, pero Fernández Mañueco ha apuntado al estancamiento de la bajada de la incidencia, lo que hace necesario “no bajar la guardia” con una “falsa sensación de seguridad”. “No podemos cometer el mismo error que en verano”, ha advertido.