El consejero de Fomento y Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha insistido este jueves en que “se actuó de forma inmediata” en el incendio de Navalacruz (Ávila) que ha asolado “no menos de 12.000 hectáreas”, según él, y que afecta a más de 21.000 según el sistema de vigilancia satelital Copernic.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Suárez-Quiñones ha calificado la actuación de “rigurosa, profesional y con un protocolo taxativo y diligencia máxima”. Así, se ha referido al ítem de tiempo registrado, que demuestra que no se minimizó “en absoluto” el aviso y que se dio una respuesta “contundente”. El consejero ha desglosado las llamadas que recibió el 112 el sábado, día en que comenzaba la alarma que había decretado la Junta por riesgo de incendios en toda la Comunidad. La primera llamada, ha asegurado, se produjo a las 10.27 para informar de que hay fuego en un vehículo. El operador interroga sobre la situación. A las 10.29 hay una segunda llamada en la que las circunstancias relatadas en la primer comunicación no varían. A las 10,33 hay una segunda llamada en la que no se comunica que el fuego se haya extendido. Hay otra llamada a las 10.40 en la que se dice que puede prenderse una pradera, por lo que, a las 10,42 el incidente se califica ya como incendio de medio natural y se da aviso al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Dos minutos después, a las 10.44 se activa el helicóptero, que sale a las 10.54, (10 minutos es el tiempo mínimo para ponerlo en marcha) sale con seis combatientes y llega a las 11.10. Realizó hasta 20 descargas de agua.
Lo que el consejero no acaba de precisar es como estando decretada la alarma por riesgo de incendio, que impide el manejo de maquinaria agrícola o la realización de barbacoas, no se pensó que el fuego de un coche en una cuneta y en una carretera nacional que atraviesa una sierra, era muy probable que en media hora, que es lo que se tardó en actuar, el fuego en un coche prenda en el monte. La clave está en que la Diputación de Ávila carece de parques de bomberos, y son los de Ávila los que actúan, a pensar de que estaban a 30 minutos del punto donde ardía el coche. A su llegada, han confirmado fuentes del parque, no había nadie extinguiendo un fuego que calcinaba el vehículo y que estaba prendiendo el monte.
El consejero ha concretado que “una hora después” de que se considerase que el incendio era forestal, “había zona seis medios aéreos, seis cuadrillas, una bulldozer y numerosas autobombas”.
En las tareas de extinción del incendio, que sigue activo cinco días después, han participado 1.220 efectivos, 39 medios aéreos y centenares de vehículos. Suárez-Quiñones ha calificado el fuego de “extraordinario” por haberse generado en un 30-30-30, un baremo que indica la virulencia que puede alcanzar un fuego si hay más de 30 grados de temperatura - el sábado hubo 38-, menos de un 30% de humedad -en Ávila era de 2%-, y vientos de más de 30 kilómetros hora -en la zona hubo rachas de hasta 70.
Respecto a posibles responsabilidades, la asesoría jurídica de la Junta estudia reclamar responsabilidades al conductor y al seguro del vehículo. ;Mientras, la Guardia Civil instruye un atestado.
Además, la Junta ha acordado solicitar al Gobierno de España la declaración de zona catastrófica, y esperan que haya una respuesta rápida. El Gobierno autonómico publicará en breve “una estrategia de apoyo continuado al sector ganadero” que permita asegurar ayudas para el forraje, la alimentación y el agua para el ganado. Por otro lado, técnicos de la Consejería de Cultura están ya en la zona para visitar bienes de interés cultural afectados por el fuego, como el Castro de la Ulaca. En principio, según ha avanzado el vicepresidente, Francisco Igea, “no parecen importantes”.