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El Consejo General de Enfermería: un viaje de lujo por Asia, facturaciones sospechosas y anónimos y una denuncia que partió de Castilla y León

Los anónimos empezaron a llegar, uno detrás de otro, hace unos meses. La información que aportaban iba mucho más allá de la crítica al presidente del Consejo General de Enfermería de España, Florentino Pérez Raya. El asunto ha acabado en el Juzgado de Instrucción 31 de Madrid, que investiga una denuncia contra la directiva del Consejo, tal y como adelantó El País. Se presumen delitos de administración desleal, apropiación indebida y falsedad. La piedra de toque es un viaje de lujo a Singapur, Camboya y Vietnam en junio de 2019 del que disfrutaron 40 personas afines a la cúpula del Consejo cuando debían asistir al Congreso Mundial de Enfermería en Singapur. Además, había pagos supuestamente camuflados a través de sociedades filiales que también se investigan. Esas sociedades, presididas por Pérez Raya, vinculado al Consejo desde hace tres décadas, le pagan más de 400.000 euros anuales de salario.

Los beneficiarios del viaje aparecieron por el Congreso el primer día y al día siguiente empezaron un tour de 17 días en los que no faltaron hoteles de 4 estrellas, un crucero fluvial por Vietnam, comidas de casi 5.000 euros, regalos de más de 21.000 y el traslado de compras a España, que costó algo más de 12.000. Los pagos están hechos por el Consejo a través de esas sociedades participadas, pero Pérez Raya sostiene que el gasto no es del presupuesto del Consejo, sino de “comisiones” de las aseguradoras.

Cuatro tandas de anónimos

¿De dónde salieron los anónimos y quiénes los recibieron? En Castilla y León llegaron cuatro tandas a dos sitios: al Consejo Autonómico de Enfermería de Castilla y León y al Colegio Oficial de Enfermería de Valladolid, este último presidido por Silvia Sáez. “Había bastante información. Desde sociedades creadas por la cúpula del Consejo que facturaron servicios al mismo, hasta el viaje por Asia”. Los documentos han salido de dentro del Consejo, porque sólo desde ahí se podía tener acceso a las facturas.

Los datos eran tan graves, que Sáez acudió a la Fiscalía de Valladolid. En los últimos días, algunos colegiados han reprochado al Colegio la falta de información sobre un asunto tan grave. “Quiero que quede claro que nosotros no somos cómplices, hicimos lo que teníamos que hacer”, asegura Sáez.

La denuncia acabó en la Fiscalía de Madrid, ciudad donde está el Consejo y donde se habrían cometido los presuntos delitos que ya investiga un juzgado. Tras judicializarse la investigación y conocerse públicamente, el Colegio de Enfermería de Valladolid ha decidido dejar de pagar las cuotas obligatorias al Consejo y consignar esta cantidad en una cuenta bancaria hasta que se aclaren los hechos. Todos los colegios oficiales deben pagar un 28% de las cuotas de los afiliados al Consejo, que obtiene así más de 20 millones de euros cada año. Hay más de 316.000 enfermeros colegiados en todo el país en 52 colegios provinciales y cada uno paga más de 200 euros al año. “No sabemos qué consecuencias traerá está decisión ni si se sumarán más colegios”, comenta Sáez.

¿Quiénes fueron a ese viaje de lujo? Los datos también están en los anónimos ya en poder del juez. Sáez, por prudencia, sólo deja caer a qué colegios pertenecían esas personas, que acudieron con sus parejas: Ceuta, Melilla, Ávila, Jaén, Almería, Tarragona, Tenerife, Álava, Guipúzcoa, Teruel y Cáceres. Una posible explicación es el sistema de elección de presidente del Consejo: para presentarse hace falta únicamente el aval de 15 presidentes provinciales. “Se pueden 'comprar' con este tipo de favores. Además, sólo se vota al presidente, no se presenta un equipo para conformar la directiva, la decide el presidente después, sin ningún requisito mínimo”, explica. En tres años, no ha habido ni una asamblea para exponer cuentas ni presupuestos. El Consejo es una corporación de derecho público. En su portal de transparencia, explican por ejemplo cómo se está construyendo una nueva sede, presupuestada en más de tres millones de euros, que no ha dejado de dar problemas, por ejemplo, hubo que derribar una parte por un “rror de las administraciones municipales en la alineación oficial de la parcela”. Sólo en masa salarial, el Consejo invierte 1,7 millones. Entre las personas contratadas, aseguran fuentes del caso, están los familiares de los propios directivos. El balance de 2019 es llamativo: el Consejo ha gastado exactamente la misma cantidad que ingresó: 20.137.561,72 euros. 

Sáez llegó a la presidencia del Colegio de Valladolid hace 3 años y apoyó a Pérez Raya, pero con unas condiciones: convocar elecciones en tres años y redactar nuevos estatutos y poner en marcha un código de transparencia. Nada de eso se ha hecho. “Pérez Raya es un señor de 74 años que no me representa”, afirma. Tampoco entiende qué hace el Consejo por los colegiados. Como ejemplo pone lo ocurrido en el ahora polémico congreso de Singapur. El Consejo no avisó a los colegios provinciales para que presentasen “comunicación”. Los congresos son oportunidades para llevar a cabo ponencias sobre investigaciones que forman parte del currículo de los enfermeros a efectos académicos. Se les considera graduados desde hace unos años, por lo que tienen complicado acumular méritos para acceder con plaza docente a la universidad. A ello se suma que apenas existen revistas especializadas en las que publicar investigaciones. De ese modo, las ponencias en congresos internacionales son muy valiosas. “Tuvimos que pedir al Consejo que solicitase esas comunicaciones y mesas en español y hubo cierto revuelo”, explica Sáez. Castilla y León y en concreto, Valladolid, fue la única organización colegial que tuvo ponencia, por parte de uno de sus colegiados en el Congreso. Para disipar dudas, Sáez es muy clara: el colegio de Valladolid pagó el viaje de ida y vuelta, cinco días en total en los que el enfermero que participó no vio a nadie del Consejo. Estaban de crucero.