La muerte forma parte de la vida. Está imbricada en el día a día de muchísimas personas, que desde tiempos inmemoriales se ha interrogado por el sentido de la vida y por su relación con la muerte y el duelo. Por supuesto, no es lo mismo una muerte de una persona nonagenaria que la de un recién nacido; igual que no tiene nada que ver un atropello mortal con un suicidio. Siempre cabrá preguntarse si la vida podría haber transcurrido de otra manera de haber actuado distinto: es un 'y si...' con el que los que se quedan tienen que aprender a vivir; porque al final es a lo que se reduce todo. De eso va Columpios Descalzos, una obra de teatro que pretende concienciar sobre el suicidio: de hablar sobre el suicidio, de enfrentarse a esta realidad que existe: en España casi 4.000 personas decidieron acabar con su vida en 2023, según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Es una panorámica del suicidio a través de 'sketches'; somos tres actores e interpretamos a diez personajes cada uno. Intentamos abordar todas las voces del suicido, nos interesaba conocer la voz del superviviente y del que se queda con el duelo. A veces normalizamos y romantizamos el suicidio, pero todavía hay pocas noticias en las que se hable de ello”, explica la directora de Columpios descalzos, Carmen Calleja.
La obra, que se representará en la sala experimental del teatro Zorrilla este viernes a las 20 horas, abordará las causas del suicidio, la eutanasia en Suiza e incluso los suicidios de Romeo y Julieta en la obra de Shakespeare y de Adela en La Casa de Bernarda Alba.
Una obra que mezcla el drama con la sátira
La investigación escénica arrancó en Sevilla en 2021 gracias al apoyo del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS). Para preparar la pieza, el equipo se ha entrevistado con asociaciones de familiares y de personas que se han intentado suicidar, con profesionales, psiquiatras, psicólogos...
“En Sevilla la carga autoral recaía sobre Verónica Jiménez. Cuando retomamos el proyecto Luis Rodríguez y yo le dimos una vuelta y ahora casi como otra obra, en realidad”, apunta Calleja, oriunda de Arcediano (Salamanca), que explica cómo han sido estos cambios: “Al principio había mucha tristeza y mucho dolor, pero poco a poco lo hemos reducido para introducir más datos sobre esta realidad y más sátira de comedia, pero sin frivolizar”.
Carmen Calleja recuerda unas jornadas en Salamanca el año pasado sobre Prevención, Intervención y Posvención de la conducta suicida. “Hubo un psiquiatra que dijo que él no era el único que tenía responsabilidad en este asunto. Hay que acudir a los profesionales, por supuesto, pero también influye el entorno, la sociedad, cómo se habla de los problemas. Poder compartir que te sientes triste y que la respuesta no sea: 'ya se te pasará'. Tenemos que saber escucharnos como sociedad”, destaca la directora y coautora de la obra.
La felicidad que está 'de moda'
Columpios descalzos se pregunta si la felicidad está “de moda” o si es una versión artificiosa e impostada que culmina con frases motivacionales en tazas que solo sirven para disolver los antidepresivos. “La obra tiene un fondo irónico e incluso incómodo. Nos preguntamos qué se hace al respecto y qué podemos hacer pero desde esa sátira, sin caer en el morbo”, añade Carmen Calleja, que pide al público que “no se prepare para sufrir”.
“A veces da miedo ir a ver una obra sobre el suicidio, pero no hay que prepararse para el dolor, sino dialogar con una realidad que tenemos en España, queremos que sea un espacio para compartir una desgracia”, completa Calleja. En 2023, el número de muertes provocadas por el suicidio y las autolesiones era el doble que los decesos en accidentes de tráfico.
Este viernes el equipo de Turneo Teatro actuará en Valladolid, donde parte del equipo se formó en Arte Dramático. “En el LAVA (Laboratorio de las Artes de Valladolid) y el Teatro Calderón vi mis primeras grandes obras de teatro. La actriz Silvia Pelayo es de Valladolid y Verónica Jiménez y yo estudiamos en la Escuela de Arte Dramático. Es un honor enorme actuar en el Teatro Zorrilla”, asegura la directora de la obra, que muestra su agradecimiento al Espacio 11 filas y a Berta Monclús.
“El suicidio es un tsunami que se lleva todo por delante”
El columpio sirve como metáfora de la vida: te balanceas cuando tomas decisiones, lo que puede llevarte a un punto o a otro. Y, cuando sucede, el suicidio arrasa como un fenómeno natural que arrasa a su paso: “El suicidio es un tsunami que se lleva todo por delante, como un volcán o las lluvias torrenciales. Nos sirve para expresar lo que supone también el duelo por suicidio”, reconoce Carmen Calleja.
Una vez superada la desgracia, toca reconstruir la zona, recomponerse y prevenir las futuras catástrofes, todo para intentar mejorar la salud mental y reducir el número de suicidios.