“A principios de junio, el nivel del agua era bastante alto y venían a bañarse muchos turistas. Ahora se asoman y se van”. Esta es la nueva estampa a la que María se ha tenido que acostumbrar este verano en el embalse de Ricobayo (Zamora), después de que Iberdrola haya vaciado el embalse, del 95% al 12%, para generar electricidad en la central hidroeléctrica. Del embalse zamorano viven, indirectamente, decenas de familias como la de María, en una treintena de pueblos diferentes. Ella es la encargada del Mesón de Alba y Aliste, un restaurante típico a cinco minutos de la principal playa fluvial. Su negocio no es el único en el dique seco por el vaciado del embalse: ni las empresas de alquiler de barcos y canoas, ni otros restaurantes, están haciendo negocio este verano.
Desde la Confederación Hidrográfica del Duero declinan hacer comentarios sobre la cota del embalse, y desde Iberdrola se limitan a recordar que Ricobayo “se explota cumpliendo con las condiciones recogidas en su concesión” y que el nivel de agua depende tanto de las “necesidades de energía del mercado eléctrico” como de “la aportación de caudal del río Esla”. Además, indican que, en los últimos 20 años, “la cota del embalse se ha situado por debajo de la actual en varias ocasiones”. Los alcaldes ribereños del Esla y del Ricobayo, que acusan a Iberdrola de “prácticas no sostenibles y abusivas”, creen insuficientes las explicaciones, reclaman medidas que reviertan la situación y amenazan con acudir a las instituciones nacionales y europeas.
“Es una época esencial para estos pueblos que viven del turismo y nada... nos han dejado sin turistas. La playa fluvial, el restaurante, el club de vela... Todo se ha quedado en medio del lodo”, explica Antonio Iglesias, alcalde de Andavias, uno de los municipios afectados por la escasez del agua. La situación es tan grave que no solo afecta a aquellos municipios bañados por el agua. “Nosotros estamos imponiendo restricciones temporales de agua y hemos tenido que reabrir antiguos pozos para garantizar el suministro”, explica el regidor zamorano.
El sábado, Iglesias y otros dieciocho alcaldes zamoranos se reunieron en la Diputación para consensuar una declaración conjunta en la que reclamaban que el embalse dejase de ser del tipo regulador y que se impidiese seguir vaciándolo cuando la cota bajase del 50%. De momento no han recibido respuesta oficial. Para Javier Faúndez, número tres de la Diputación y alcalde de Trabazos, la culpa de la situación es compartida entre Iberdrola y la CHD. “Las eléctricas se lo llevan todo y no aportan nada al territorio y la Confederación mira para otro lado”, critica el alcalde.
Los regidores, además, afean la actitud de la compañía hidroeléctrica y creen que está aprovechando los máximos históricos del precio de la energía que se están marcando este mes, para vender más cara la electricidad. “Están utilizando el embalse para generar todavía más dinero en este momento”, señala el alcalde de Andavías. Los alcaldes también cuestionan la ampliación de la concesión de explotación del embalse, construido en los años veinte del siglo pasado y que podría extenderse hasta 2040, a pesar de que se autorizó en un principio para 75 años. “Iberdrola va diciendo que es muy sostenible, pero con actitudes como esta demuestra que no es cierto. Iberdrola nació aquí como Iberduero. Pero ahora no tienen ni arraigo con el territorio, ni con sus gentes, porque, además, lógicamente, se van a tributar en el País Vasco”, señala Faúndez.