Un mes de negociaciones, dos años y medio de legislatura y una ruptura que se comunicó en 40 segundos, por teléfono y después de que se anunciase en Twitter. “Hola, Paco, que sepas que estás cesado tú y todos los consejeros de Ciudadanos y que voy a convocar elecciones porque es lo mejor”, dijo el presidente de Castilla y León. El pacto que mantuvo en el poder al PP se firmó un 2 de julio entre flashes y abrazos y se rompió el pasado lunes 20 de diciembre con una llamada.
El exvicepresidente Francisco Igea (Valladolid, 1964) se ha incorporado este miércoles a su puesto en el Hospital Río Carrión, en Palencia, donde ejercía como digestivo antes de entrar en la política. Es un gesto que ya estuvo a punto de hacer cuando, aparentemente, perdió las primarias contra Silvia Clemente. En este caso, ya lo ha hecho, pero no sabe durante cuánto tiempo, porque si su partido quiere, será candidato de nuevo para disputar la Junta a Alfonso Fernández Mañueco.
elDiario.es publicó la posibilidad del adelanto electoral en septiembre, y tanto usted como Mañueco negaron repetidamente que eso pudiese ocurrir. ¿Solo fue consciente el pasado lunes, por la vía de hechos consumados?
Siempre he querido creer en la palabra del presidente y hasta este momento no me había demostrado que esto no fuera posible. Nosotros somos gente de palabra, hicimos un acuerdo que estábamos cumpliendo, lo sacábamos adelante y no teníamos razón para argumentar que eso no era así y que iba a suceder de otra manera. No es que no viéramos las nubes y cómo venían las cosas, pero bueno, quería pensar que había una parte del Partido Popular y algunos sectores en concreto a los que hemos sido molestos, quienes alimentaban este relato. La política no es un relato, la política son hechos y nosotros nos basamos en hechos, y hasta el lunes no teníamos el hecho. He decir que, la verdad, el hecho ha sido bastante pornográfico.
Usted habla de hechos y pistas tenían, desde luego, porque una de las primeras cosas que hizo el PP al comenzar el curso político fue desautorizar el plan de Atención Primaria de la consejera de Sanidad y a partir de ahí ustedes fueron cediendo terreno, dejaron las restricciones a un lado…
No creo que eso haya sido lo que han visto los ciudadanos. Una cosa es que hayan pasado esas cosas que son innegables, no se puede insultar a la inteligencia de los ciudadanos, y otra cosa es que alguien pueda decir que nosotros cedimos terreno. No votamos esa PNL (del PSOE para retirar el plan de la consejera), mantuvimos nuestras propuestas, seguimos avanzando en la improrrogable reforma de la Atención Primaria y el PP tuvo que recular, porque tuvo algunas intervenciones en algunas provincias bastante, en fin, desafortunadas, pero nosotros no agachamos la cabeza. Quiero recordar que hemos mantenido siempre nuestra competencia sobre nuestras consejerías y hemos mantenido las cosas dentro del acuerdo. Había momentos que eran más difíciles, que nos marcaban que era lo que iba a pasar, qué iba a suceder con el caso de Javier Iglesias y del PP de Salamanca (el presidente del PP de Salamanca que debe declarar en calidad de investigado en el caso de financiación ilegal del partido durante las primarias que ganó Mañueco), si pasaba de las diligencias previas. Eso lo pusimos encima de la mesa, porque era una ‘prueba del 9’ de que íbamos a cumplir con nuestra parte del pacto en lo que tiene que ver con la regeneración. No nos interesaba solamente esto, también saber qué expectativas teníamos con la Ley de Transparencia o con la Oficina de Lucha Contra el Fraude que para nosotros era importantísimo, y el presidente dijo que así sería.
Curiosamente su pacto empezó con esa denuncia de las primarias de Salamanca, que se archivó poco después, y se rompe con en el caso reabierto y centrado en esa declaración como imputados del presidente del PP de Salamanca, de la gerente y del propio partido…
Sí, es un momento un poco deja vù que se dice, ¿no? Pero lo dijimos entonces en la negociación y lo digo ahora. Si esto da un paso más, por aquí no vamos a pasar. El paso más va a depender de lo que ocurra ahora en enero, porque por alguna razón han debido aplazarse las declaraciones, esto sí que es una señal, aplazar esa declaración tiene su miga probablemente.
En realidad, no. El aplazamiento se produce por un problema de agenda, del abogado de la acción popular en concreto.
Me alegra saberlo porque me preocupaba. Pero en cualquier caso, se tendrá que ver en ese momento si el PP demuestra su voluntad o no de cumplir los acuerdos de regeneración. Sí, había señales, pero no nos guiamos por ellas, somos un partido serio y cuando hay hechos, hay hechos, y cuando hay señales, hay señales. No puedo romper un gobierno porque hay señales, el que ha hecho algo es él.
Cuando hablo de hechos, de pistas, y de que ustedes cedieron terreno me refiero a ese proceso de ayusización que se ha vivido en Castilla y León respecto a las medidas, respecto a la gestión de la pandemia, a los mensajes de libertad y de hecho el martes, el nuevo consejero de Sanidad dio el mismo mensaje, que quiere que “los castellanos y leoneses sean dueños de sus vidas”...
Queda mucho para parecerse a Ayuso y además yo no creo que sea una buena idea. Yo no creo que en política la imitación sea una buena idea, nunca lo he creído. Nadie puede decir de mí que he ido copiando, porque hemos tenido nuestro propio modelo, nuestro propio discurso.
Nunca nos hemos dejado apretar las tuercas
¿No les apretó las tuercas Mañueco con las medidas contra la pandemia?
Nunca nos hemos dejado apretar las tuercas. Es verdad que ha habido momentos de tensión con las medidas, eso es cierto. Pero también es verdad que siempre hemos llegado a un acuerdo basado en el informe del Comité de Expertos y en lo que nosotros pensábamos en ese momento. Lo dijimos con el asunto del pasaporte COVID, que fue el momento más sorprendente para muchos, cuando no apostamos por él, pero es que hoy pienso igual porque los números nos dan la razón. La medicina tiene que basarse en la evidencia, en los datos y los datos nos decían que esto no estaba funcionando. No porque no tenga una lógica sino porque luego cuando trasladas esto al experimento, hay otras condiciones.
Se ha visto que puede alentar, como ha ocurrido en Europa, los movimientos antivacunas y de hecho, frenar ese impulso a la vacunación porque se ve como una imposición. Había cosas a favor, cosas en contra, no detenía la transmisión, los inmunizados transmiten el virus y es un hecho, ya no hay discusión, las vacunas neutralizantes no existen y había poca ganancia. Ha habido tensiones y nosotros hemos estado siempre en la protección de la salud, somos médicos y tenemos esa visión de las cosas pero no puedo decir que nos han obligado o forzado a hacer una cosa que no quisiéramos hacer porque no diría la verdad.
El caso es que hemos llegado al 22 de diciembre con la mayor cifra de positivos desde que comenzó la pandemia con 4.244 nuevos casos. ¿Volverían a ceder así de saber este desenlace, el de la ruptura del pacto?
Cuando acabamos la vacunación, antes de empezar la tercera dosis, ya dijimos que la vacuna cambiaba las cosas y que lo que nos iba a marcar eran las tasas de hospitalización y la saturación. Y es verdad que hoy tenemos una saturación en las UCI preocupante. Las tasas no han subido por encima del riesgo moderado, pero el nivel empieza a ser preocupante, tenemos que desplazar enfermos, nos quedan 300 camas… pero nos preocupa que lo que está pasando es antes de Navidad, no después, así que hay que dar un mensaje a la ciudadanía. Por eso reunimos a los sectores para hacer una campaña de comunicación pero la verdad es que las tasas de crecimiento son muy preocupantes y es lo que ha movido a convocar a la Conferencia de Presidentes. No me parece irracional que la Junta haya esperado a ver qué pasa en la Conferencia, pero tienen que tener preparado qué van a hacer. Esperar que Sánchez vaya a asumir el mando y tomar medidas… yo ya sé que los Reyes Magos son los padres, esto no va a pasar.
Tampoco será fácil llegar a una postura común entre todas las comunidades… Partiendo del hecho de que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha ‘reventado’ algún que otro Consejo Interterritorial de Salud con sus negativas a tomar medidas.
Ahí siempre hay alguna ocasión de lucirse para alguna, yo nunca lo he entendido aunque a veces le he dado la razón cuando había alguna estrategia que nosotros habíamos tardado en adoptar como los test de antígenos, pero también es verdad que hay un exceso de escenificación. Esto del antisanchismo a mí es que me mata. Yo no soy antisanchista. Nuestro país tiene un problema de gobernanza, con populistas en el Gobierno, gente que no cree en el estado de derecho, gente que no cree en lo que nosotros creemos, en la separación de poderes, y yo lo argumento. Pero en política hay que argumentar más y etiquetar menos. A mí no me gusta el presidente, creo que ha quedado claro a lo largo de estos dos años que no soy un fanático sanchista. ¡Que Mañueco argumente ahora que hace esto –el adelanto electoral– para defendernos del sanchismo, me parto!
Si Mañueco es el escudo antisánchez, yo soy el Capitán América, claro. ¿Qué me estás contando? Esto no me lo estás contando a mí, ¿a quién estás contando esto?
Se ha definido como escudo antisánchez...
Si él es el escudo antisánchez, yo soy el Capitán América, claro. ¿Qué me estás contando? Esto no me lo estás contando a mí, ¿a quién estás contando esto? En esos momentos se produce ese exceso de escenificación en el cual está la estrategia del PP, cada vez más marcada por un ilustre vallisoletano que tiene algunas costumbres peculiares en política.
Se refiere a Miguel Ángel Rodríguez…
El ilustre vallisoletano.
Mañueco le comunicó el cese y el adelanto por teléfono. ¿No han vuelto a hablar? Porque el cruce de declaraciones entre ustedes ha sido duro. Él le llama desleal, usted a él mentiroso… algún whatsapp se habrán mandado…
Bueno, me lo comunicó casi en directo, estaba dando una entrevista en la radio. Estaba esperando a que acabase y en cuanto colgué me llamó por teléfono. Ya había puesto el tuit, porque lo habían puesto en ese momento en el programa de Alsina, que era donde estábamos y yo la verdad es que me quedé estupefacto. Es que esto, quiero decir, tú puedes ser todo, no sé, todo lo malo que quieras, pero tienes que ser un poco valiente, un poco. Oiga, míreme a la cara. Yo recuerdo, espero que no me mate porque diga esto, no rompe el secreto de las deliberaciones, pero recuerdo que después de lo que ocurrió con la PNL de Sanidad, que tuvimos un Consejo duro…
Bueno, ustedes dijeron que no había sido duro y que acabó en aplausos y abrazos…
Y así fue, pero oye, hay cosas duras que acaban bien, hay películas muy duras que acaban bien, pero la película fue tensa al principio y creo que lo dije en la rueda de prensa. La consejera de Empleo –Ana Carlota Amigo– le dijo: “Si nos vas a apuñalar, hazlo mirándonos a los ojos”, o sea, nos hemos ganado el respeto de que por lo menos vamos al Consejo y aquí te lo cuento y me miras y demuestras que eres un ser humano.
¿Y qué dijo Mañueco?
La cosa cambió en ese momento, y acabamos de aquella manera tan efusiva y tan amistosa, porque es verdad que ella estuvo muy bien.
Pero en ese momento ya se tuvo que romper algo...
Eso suena a Pimpinela, o a se nos rompió el amor...
Bueno, como ustedes siempre hablaban de matrimonio de conveniencia, de respeto mutuo… pues algo tuvo que hacer ‘crack’ cuando Mañueco anunció el apoyo a la PNL socialista contra el plan de la consejera de Sanidad. Y usted además lo esperaba, porque se vio cómo guiñaba el ojo a la consejera...
Yo tengo la manía de guiñar el ojo. Creo que nadie me tiene por cándido y no me gustaría además.
Pero entonces sabía de ese movimiento que hizo Mañueco…
Porque estaba habiendo muchísima presión en el PP local, en las sedes provinciales con el asunto de la sanidad rural y sabíamos que era difícil, porque ya habíamos tenido una reunión con el actual consejero de Sanidad –en ese momento portavoz de Sanidad en el Grupo Parlamentario Popular– y sabíamos que había tensión. Pero no podemos obviar la toma de decisiones porque esto –Atención Primaria– va a reventar. No podíamos dar patadas adelante, porque más adelante está el precipicio. Había mucha tensión política entre otras cosas porque el poder de las diputaciones depende de los alcaldes y los alcaldes en los pueblos hoy son del PP y mañana son del PSOE y pasado son de no se sabe quién. Y ahí se juega mucho poder. En realidad no se jugaba la idea de la reforma de la idea sanitaria sino la idea de que el poder de las diputaciones estaba en juego. Y eso era lo que pasaba. Había tensión y estábamos intentando llegar a un acuerdo con una enmienda transaccional cuando entró el presidente y lanzó ese mensaje sin consultar. Yo me quedé un poco ojiplático pero el guiño no era tanto por “lo ves, te lo dije”, sino por “bueno, tranquila, que hoy me va a oír”. Y me oyeron.
¿En privado?
No, en la intervención, cuando dije que la política sanitaria era una basura. Y al día siguiente convocamos una rueda de prensa en la que subimos la tensión.
Bien, tras esa llamada del pasado lunes, ¿no han vuelto a hablar?
No. No te voy a mentir. A ver si tengo aquí un whatsapp de Mañueco y… (mira el móvil) no, no tengo ni uno. Sí he mandado algún whatsapp con alguno de los consejeros (del PP) y he hablado, pero no desvelaré con quién. Yo tengo mucho respeto por el trabajo de los consejeros del PP de este Gobierno y no me encontrarán hoy diciendo lo contrario de lo que dije ayer. Los he defendido a todos. No voy a hacer una campaña diciendo que son unos ‘mataos’.
La aspiración de García Egea es poder gobernar con Vox, eso es para él ganar las elecciones
La víspera de que Mañueco anunciase su decisión, Teodoro García Egea se comprometió a que el PP ganaría las siguientes elecciones en todas partes. ¿Lo sabía la dirección del PP?
La aspiración de García Egea es poder gobernar con Vox, eso es para él ganar las elecciones. Me hubiera gustado que el PP hubiera sido valiente y hubiera planteado ganar la batalla por el espacio de centro y un movimiento de amplio espectro y han sido conservadores hasta el final.
Pero con esas declaraciones de García Egea, ¿usted no vio lo que venía, no pensó “uf”?
Yo no puedo pasarme el día diciendo “uf” cada vez que García Egea abre la boca porque estaría toda la vida en un sinvivir.
Acabado ese matrimonio de conveniencia entre ustedes, ¿cómo ha sido, pero cómo ha sido de verdad, gobernar con alguien con el que usted nunca quiso gobernar?
No ha sido difícil. Tengo que decir la verdad. Tiene sus momentos y es verdad que al principio cuando más terror había, cuando peor lo estábamos pasando, asumimos la tarea desde nuestras consejerías, pero sin oposición, el presidente estaba 100% con nosotros, durante la primera ola, la primera parte de la pandemia, asumimos ese papel, entendimos que era más fácil que lo tuviésemos nosotros, la Consejería de Sanidad, y en la Portavocía hacía falta lo que nosotros habíamos demandado, transparencia, números, sinceridad, y eso fue muy bien. Hemos tenido luego algunas discrepancias, pero no, lo decía el presidente y yo lo creo, es más fácil relacionarse en la vida política con los del otro partido que con los del tuyo, pasa siempre.
Creo en los gobiernos de coalición y me da mucha pena, porque creo que en España hay una conjura para acabar con esto que ha sido un modelo de éxito en toda Europa. Los gobiernos de coalición tienen una ventaja y es que tienen un control dentro del propio Gobierno y que son más competitivos y que eso hace que los resultados sean mejores, eso es bueno, creo en los gobiernos de coalición, a mí no me asustan. Yo ya sé que cuando compito con este señor, pasa lo que me dicen “es que este te pisa la agenda y se va a no sé dónde”. Ya pero es que a mí me gusta esa competición de misses porque nos obliga a ser buenos, a no equivocarnos, a que nuestros resultados sean mejores y es muy bueno para el funcionamiento de la política y además se está viendo. La gente se esfuerza cuando está en un gobierno de coalición y no me preocupaba.
Y sin embargo esto no ha salido bien...
Hay gente que no sabe vivir así, no sabe vivir en una competencia. ¿Cuál es la esencia del liberal? Yo sé vivir en la competencia porque creo en ella, pero es que hay quien no cree, que cree en el clientelismo y en la Comunidad. Y esa es la diferencia entre un partido conservador y un partido liberal. El PP vive mal en la competencia porque es un partido esencialmente conservador. Cuando salen con la libertades me parto, oiga que es que la libertad no tiene nada que ver con esto, con las cañas en la terraza, que está bien, sino con la transparencia, con acabar con el clientelismo, con tener controladores independientes, todas esas cosas que teníamos en agenda y no hemos conseguido hacer y que han decidido en parte el final del Gobierno. Todo era difícil, porque la agenda que les poníamos delante era una agenda difícil de asumir por el PP y yo voy a intentar que se hable de eso. Hemos cambiado las cosas y yo creo que la población se va a dar cuenta. Han tenido un portavoz del Gobierno que daba “ruedas de prensa castristas” porque duraban dos horas porque los periodistas preguntaban y yo respondía, y ahora tienen a un señor que no admite preguntas, es lo que hay.
El nuevo portavoz sí que ha admitido preguntas. Otra cosa es lo que pasó en la rueda de prensa que dio el presidente el lunes, en la que no permitió que los periodistas preguntásemos, después de comunicar una remodelación de Gobierno, una disolución de Cortes y un adelanto electoral en un tuit...
El señor Fernández Carriedo es un profesional y tiene todo mi respeto. En cuanto al presidente: si organizas un pifostio como ese, ahora que está admitido ese término por la Real Academia, tienes que ser capaz de responder por lo que has hecho.
Lo ha hecho, en televisiones y radios nacionales, que no iban a preguntar por casos de corrupción…
Y porque quizás lo que hay aquí no es una campaña autonómica. Por lo que hay detrás de este movimiento en el PP, no es una campaña autonómica, es una campaña nacional. Y eso es lo que es una pena para esta comunidad, que vuelve a sentirse despreciada y utilizada en un juego que no es el suyo. Aquí no está en juego el sanchismo y el antisanchismo. Están en juego otras cosas, y en este momento en que existe este sentimiento de la España vaciada y olvidada, si hay algo que le va a dar gasolina es este tipo de discursos. No me venga a hablar de esto, que al señor de Soria o de Ávila o de Zamora no le hable de sanchismo. Hábleme de cuál es su estrategia contra la despoblación, las infraestructuras, de qué vamos a hacer con nuestra sanidad…
Usted ha hecho públicas las capturas de sus mensajes con el consejero de Economía y ahora también portavoz, Carlos Fernández Carriedo, para demostrar que no había negociación secreta con Por Ávila para pactar los presupuestos…
No lo he hecho público para demostrar lo que había o lo que no había, lo he hecho para demostrar nuestra honestidad.
Yo ya estoy cansado de que se juegue con nuestra honestidad, porque si algo hemos sido es honestos
Pero a la vez está demostrando que el presidente miente, ¿no? Porque él ha basado su decisión de ruptura y de adelanto electoral en una supuesta deslealtad en la que ustedes negociaban los presupuestos a sus espaldas...
En política muchas veces se dicen cosas que no son ciertas, que no se corresponden con la realidad y tú las rebates y tal y ahí estás con el juego político. Pero hay otro asunto que es la honestidad personal y la de nuestros procuradores y nuestra paciencia se ha agotado. Yo ya estoy cansado de que se juegue con nuestra honestidad, porque si algo hemos sido es honestos. Hemos dicho, hemos hecho. Cuando fue la moción de censura fuimos tentados, requetetentados y resistimos a todas las tentaciones. Tuvimos una reunión de grupo en la que yo dejé claro que aquí nadie se iba a mover por un duro y que no se iba a mover nadie, y esto no lo puede decir casi nadie, nosotros sí. Hubo una persona que dijo “pues efectivamente no estoy en mi sitio”, pero solo una persona.
Pero ahí es donde empezó también esta debacle, porque se perdió la mayoría parlamentaria...
Lo de que esto va a ser una debacle vamos a verlo.
La debacle del Gobierno de coalición, quiero decir, porque en el momento en que no puedes ni sacar adelante unos presupuestos…
No, una cosa es que no puedas y otra es que no quieras. Aquí no hay debacle, aquí hay una decisión de un señor, por encima del interés de la comunidad, de no sacar adelante un buen presupuesto, que gustaba a todo el mundo. Y por encima está su estrategia personal y la de su presidente y eso es lo que se juega hoy. No hay tal debacle, hay una excusa y una construcción bastante patosa de un relato. Porque es que es bastante patosa, le daría vergüenza incluso a Iván Redondo, el rey del relato. Esto ha sido bastante patoso porque ha sido muy visible y lo ha visto toda la Comunidad. No es una debacle. Es un momento en el que un señor decide que no está dispuesto a pasar todo el día con angustia para negociar. Lo que hay detrás de esto es la decisión de un cobarde. Yo te aseguro que estaba dispuesto a acabar la legislatura, si todo va bien, si las cosas se hacen como se deben, si este señor que es diputado (el presidente del PP de Salamanca) se retira, acabamos la legislatura. Y hay un señor que dice “está este puente, están las tablas, hay esta altura, vamos a…”, porque Alfonso básicamente es un hombre que quiere asegurar, no es el osado concursante en su historia política. Tiene otras características buenas, es paciente… pero no es el valor lo que le caracteriza. Y aquí para cruzar el puente de los dos años de legislatura que había, pues hay que atreverse a dar este paso. Ellos sentían ese miedo.
¿Miedo a la moción de censura?
A la moción de censura, a cómo iban a ser los escenarios, a todo lo que viene por encima. Pero mire, si lo que viene por encima es el pasado y yo no voy a hacer nada con el pasado. Si aquí no hay casos de corrupción y el gobierno funciona, no vamos a jugar al pasado. Habéis penado por eso, habéis tenido una bajada de escaños en esta comunidad donde llegaron a tener 50, políticamente eso está más que castigado por los ciudadanos y es un tiempo nuevo en el que yo no voy a revolver la mierda. Pero él tenía esa ansiedad de lo que viene por ahí, los juicios, las primarias de Salamanca.
¿Estuvo sobre la mesa alguna vez la moción de censura de Ciudadanos?
Nunca. Y nunca es nunca. Y esto me irrita bastante. Cuando yo dije en el programa ‘Cuestión de prioridades’ que se podía presentar, y que no lo había hecho y no lo iba a hacer, no fue una amenaza. Y he dicho que matemáticamente no se podía hacer, porque necesitas una mayoría absoluta, son 41, no vale con ganar la votación. Hacen trampas al solitario, aquí cortas un vídeo, macho, y tienes un exitazo.
¿Hubo posibilidad de que Ciudadanos votase a favor de las enmiendas de Por Ávila y en contra del voto del PP?
No. Nosotros queríamos sacar el Presupuesto, trabajamos para ello, les metimos presión para sacarlo porque creíamos que era bueno, pero nuestro portavoz dijo que votaríamos con el PP. Es más, esto lo puede corroborar incluso el alcalde de Ávila, porque se lo dije: “Mira, Chusma, si la decisión es presupuestos sí o presupuestos no, si no es contigo, yo voy a votar sí incluso si es con UPL”. Nosotros no hemos hablado con UPL nunca.
Ni ustedes ni nadie...
Bueno, lo de ni nadie…
Un café en las Cortes no es hablar...
Algo se habló, pero yo no estaba allí. Pero nuestro interés eran los presupuestos y la estabilidad.
Visto lo visto, ¿se puede reeditar una coalición con Ciudadanos en Castilla y León?
Sí, claro. ¿Con quién?
Esa es mi pregunta...
Bueno, nuestra presidenta ha dejado claro que cometimos algunos errores. Lo ha dicho Inés y suscribo el análisis que ha hecho respecto al error de darle el botón nuclear a nadie. Nos vamos a presentar a las elecciones para gobernar y para presidir. Renunciar a las presidencias, a todas las presidencias, fue un craso error. Lo ha dicho Inés. Cuando en 2019 renunciamos a presidir, renunciamos a tener el control final sobre la convocatoria de las elecciones y esto ha sido un error.
¿Pero habría sido posible negociar la presidencia de Castilla y León para Ciudadanos?
Hombre, a mí me la ofreció el señor Tudanca.
¿Ah sí?
Es público. “Yo no seré el inconveniente”, dijo.
Pero eso no era ofrecerles la presidencia de la Junta, eso era ceder el puesto a otra persona del PSOE si el problema era él. Había ganado las elecciones con 35 escaños y ustedes tenían 12. Habría sido raro...
Eso es un ofrecimiento, se puede entender como quieras. Es tan raro como Cantabria. O tan raro como Palencia. Palencia está a 40 kilómetros de aquí, eh. Si hubiésemos usado todas las cartas que teníamos, hombre, no estaría en este momento sin la alcaldía de Madrid, sin la presidencia de la Comunidad de Madrid, sin la presidencia de Castilla y León, la de Aragón, Asturias… nunca hemos tenido tan buenas cartas para jugar y se jugó muy mal.
¿Tiene algún consejo para Marín en Andalucía?
Que siga haciéndolo como lo está haciendo, que lo haga como nosotros, nosotros hemos aprendido mucho de él, que es la estabilidad por encima de todo, la tranquilidad de los ciudadanos, el mensaje de que el Gobierno de coalición funciona. Tengo todas mis esperanzas puestas en eso. Si no entendemos que los gobiernos de coalición son útiles y pueden funcionar, y que no hay más remedio que vivir en el bipartidismo, en el mundo sin matices, en el blanco y negro, en el poder absoluto, en el clientelismo…sería un desastre.
¿Cuánto le queda a Marín?
Hasta que se convoquen las elecciones.
Que va a ser ya...
Será en junio o septiembre. No tiene ningún sentido ir a pasar el verano para volver a la campaña. El Estatuto de Andalucía tiene una cosa peculiar que no sé si se sabe, que es que tiene prohibido convocar elecciones en verano.
¿Y está razonado?
No lo sé y no quisiera hacer chascarrillos a este respecto, pero es así.
¿Cuánto cree que influyó Casado en el adelanto?
Todo. Si hay algo que ha demostrado el presidente (de Castilla y León) es que es un hombre obediente.
La cuestión de quién será el candidato de Ciudadanos se solventará en cuestión de horas o de días
Sobre el candidato de Ciudadanos, usted se ofrece, pero ¿qué dice el partido? Porque es algo que hay que solventar cuanto antes…
Se va a solventar en cuestión de horas o de días. No sé si alguien más se ha ofrecido, pero en este momento es importante que defendamos la labor que hemos hecho y yo estoy dispuesto. Es la primera vez que nos presentamos con una tarea hecha, eso es muy importante para los ciudadanos, no somos unos tipos que hemos venido aquí a estorbar. Hemos venido a hacer cosas y las hemos hecho, y están ahí.
¿Y Arrimadas qué le ha dicho?
Hemos estado con ella, nos ha mostrado su apoyo y ha sido una reunión muy agradable. Tememos que mostrar unidad, respeto a las normas y unidad. Es probablemente va a ser una de las batallas más importantes en nuestro espacio político, decisiva en ese ámbito. Nuestro partido tiene que ser consciente de que en estas próximas ocho semanas nos jugamos ese espacio y tenemos muchas posibilidades de reanimarlo y ganar.
Pero ¿con quién pactarían? Con el PP no lo creo.
Haremos lo que hemos hecho siempre. Pero digo una cosa: yo sé quién no sería presidente.
¿Mañueco?
No le daré ni la confianza ni el botón.
Entonces, ¿pactarían con el PP pero sin él como presidente?
Salimos a ganar, yo no salgo a pactar. Con el resultado veremos, nos sentaremos. Proponemos implementar los cambios, nuestras políticas en la Comunidad. Ya hay personas que han demostrado que no se les puede dar el botón nuclear, porque oye, en cuanto se ponen nerviosos lo aprietan. Hay personas que no tienen las características para presidir la Comunidad.
¿Y con el PSOE cómo se arreglaría? Porque han tenido ustedes una relación tan mala…
¿Cuántas veces me ha oído usted decir que no hago política desde el rencor? Mantengo lo que digo, y sobre el peligro que supone el presidente del Gobierno en a este país. Lo mantengo y pienso decirlo en la campaña. Pero mantengo otra cosa, que esta campaña va de Castilla y León, va de qué proponemos a los ciudadanos de Castilla y León y merecen una campaña centrada en ellos, en sus problemas, en sus retos, en sus amenazas y en los problemas que han hecho que esta Comunidad estuviese en una especie de estanque dorado
¿Cuántas veces se arrepintió de haber investido a Mañueco? ¿Hasta esta semana no le había pasado?
Pues muy pocas. Yo no puse a Mañueco, lo puso el PP. ¿Qué hicimos nosotros? El reparto de consejerías ¿fue bueno? Lo fue, bastante proporcionado, con un reparto de tareas, no pensábamos que fuese tan importante como fue. Fue una buena negociación dura, pero buena. Se tendrá que arrepentir el PP.
Antes ha dicho que Mañueco es obediente...
Se puede ser obediente y espabilado.