Investigadores de la Universidad de Burgos detectan restos de coronavirus en aguas residuales de Brasil de noviembre de 2019

Un estudio coordinado por el profesor David Rodríguez Lázaro, director del Área de Microbiología de la Universidad de Burgos en colaboración con investigadores de la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil) ha detectado presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales de la ciudad brasileña de Florianópolis desde finales de noviembre de 2019 (27 de noviembre). Estos resultados señalan que el SARS-CoV-2 probablemente circulaba sin ser detectado en Brasil casi dos meses antes del primer caso notificado en el continente americano (21 de enero de 2020), y un mes antes de la notificación de los primeros casos clínicos en la ciudad de Wuhan, China a finales de diciembre de 2019.

En declaraciones a elDiario.es, Rodríguez defiende la solvencia de la investigación que ha liderado y que ha sido publicada en la prestigiosa revista científica 'Science of the Total Environment'. La investigación, explica, se ha podido llevar a cabo gracias a que sus colegas brasileños tenían muestras de aguas residuales guardadas en el laboratorio. “Nosotros lo que hemos hecho es en paralelo se entregaron las muestras y se hizo el proceso de detección en otro laboratorio de manera independiente y utilizando otro sistema de PCR”, indica. También, se hizo un estudio metagenómico, es decir, la secuenciación completa del agua residual. “Fuimos capaces de reconstruir el genoma del del virus con una identidad muy elevada”. “Podemos estar tranquilos de la veracidad de los resultados”.

“El virus estaba circulando mucho antes de lo que pensábamos”, señala Rodríguez. Exactamente, la muestra revela que el 27 de noviembre de 2019, lo que implica la presencia, es decir 56 días antes de la primera notificación oficial de un caso clínico de COVID-19 en América y más de 90 días antes en el caso de Brasil. Asimismo, pone de manifiesto la presencia y posible circulación del virus antes de la notificación oficial de los primeros casos clínicos de COVID-19 en la ciudad de Wuhan, China informados a la Organización Mundial de la Salud a finales de diciembre de 2019. “Es obvio que el origen es Wuhan, pero evidencias como esta indican que el virus ya estaba circulando entre la población mucho antes de lo que pensábamos”.

Los hallazgos encontrados en este estudio apuntan a que el SARS-CoV-2 circulaba desapercibido en la comunidad brasileña durante algunos meses antes de que se declarara el estado de pandemia. Los resultados de este estudio también muestran que la carga viral de SARS-CoV-2 se mantuvo constante hasta principios de marzo, luego aumentó coincidiendo con el inicio de los casos de COVID-19 en la región de Santa Catarina. Asimismo, este estudio pone de manifiesto también el enorme interés que tiene la monitorización de la presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales como herramienta de alerta temprana no invasiva para la evaluación de la tendencia de la infección por COVID-19. El virus se detectó mediante diferentes sistemas de RT-qPCR recomendados por el Centro de control de Enfermedades (CDC) americano y las autoridades europeas, y los resultados de todas las muestras positivas se confirmaron además mediante un sistema RT-qPCR diferente en un laboratorio independiente.

Según Rodríguez, el estudio además refuerza la utilización de los análisis de aguas residuales para comprobar la presencia del patógeno, aunque señala la dificultad de hacer comprobaciones similares sobre la fecha de aparición del virus en otros laboratorios. “Nosotros tuvimos la suerte de contar con muestras de noviembre de 2019 y poder analizarlas”. Toda la labor de laboratorio se ha llevado a cabo en Brasil en el laboratorio de virología aplicada de la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil), mientras que en Burgos se procedió a hacer los cálculos, reconstruir el genoma y establecer los parámetros de control.