La igualdad es un brindis al sol cuando se echa un vistazo rápido a los mimados Premios Castilla y León, que concede el Gobierno autonómico desde 1984. La idea es reconocer a castellanos y leoneses destacados en áreas como la Ciencia, las Letras o el Arte, entre otras categorías. La edición correspondiente a 2020 ha destacado por un detalle: la foto de los galardonados parecía la sección de hombre de unos grandes almacenes. Ni uno solo de los premiados era mujer, algo que criticó el líder de los socialistas, Luis Tudanca, que ni siquiera acudió a la cita el pasado miércoles en Frómista (Palencia).
A pesar de lo difícil que es justificar el hecho de que ninguna mujer sea merecedora de reconocimiento en el último año, el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, lo hizo este jueves. Defendió que todos los galardonados lo merecían, algo que nadie puso en duda, responsabilizó al jurado y precisó que la Junta “no tiene la fea costumbre de teledirigir los premios” e incluso sugirió que si el PSOE quería mujeres en esos premios, pudo proponer candidaturas. Algunas de estas afirmaciones no sólo son discutibles, son falsas.
Jurados nombrados por Cultura, que repiten y que cobran 400 euros por una reunión
Los jurados son nombrados por orden de la Consejería de Cultura y Turismo, “elegidos entre personas de reconocido prestigio en las diversas áreas del conocimiento a las que se refieren las modalidades de los premios (catedráticos, estudiosos, críticos, representantes sindicales, de asociaciones, etc.)”, según informan desde la Consejería. Pero, además de elegir a los jurados, la Junta compensa generosamente su aportación, concretamente con 400 euros por estudiar las candidaturas y acudir a una reunión en la que se vota. Estos jurados, además, suelen repetir “por conocimientos y disponibilidad” y llevan años decidiendo estos premios. Incluso cuando a los premiados se les quitó la dotación económica, de 18.000 euros, por la crisis económica y política de austeridad puesta en marcha en la etapa Herrera, los jurados siguieron cobrando, a excepción de la edición 2019, marcada por la pandemia y con un solo galardonado. Estos jurados, uno por cada categoría y formados por entre cinco y seis personas, se caracterizan por contar todos ellos con el mismo secretario, el jefe del Servicio de Archivos de Castilla y León, dependiente de Cultura, que tiene “voz y voto” en esas deliberaciones.
Los jurados pueden proponer candidatos y no los partidos políticos como señaló el vicepresidente Igea
Estos jurados, además de estudiar las candidaturas recibidas, también pueden hacer sus propias propuestas. Quien no puede hacerlo, a pesar de las declaraciones de Igea, es el PSOE. Las bases son claras y permiten que, además de los jurados, puedan hacer propuesta “instituciones públicas y privadas, fundaciones, asociaciones, colegios profesionales, academias y personalidades de todo el mundo, cuya actividad tenga vinculación con alguna de las modalidades de los premios”. En ningún momento se contemplan partidos políticos, pero es que además no hay una categoría que tenga vinculación con estos.
Igea también insistió en la importancia de la igualdad, un principio que según dijo “está presente” en todas las decisiones de la Junta. No en los Premios Castilla y León 2020, y mucho menos en el resto de su historia. Los números cantan: desde 1984 hasta ahora se han concedido 199 galardones. 145 a hombres (74%), 35 a organizaciones o colectivos (18%), y 18 a mujeres (9,2%). En 37 años de historia cuatro mujeres se hicieron con el Premio Castilla y León de las Letras, pero la primera tardó 6 años en conseguirlo, antes sólo fueron para hombres. Rosa Chacel fue galardonada en 1990, Carmen Martín Gaite en 1991, Elena Santiago en 2002 y Josefina Aldecoa en 2003. Desde entonces, 17 años después, o las mujeres han dejado de escribir o sólo los hombres lo hacen bien, según el criterio de los jurados nombrados por la Junta.
El premio Castilla y León de las Artes también se resistió a las mujeres, más que el de Letras. La primera que lo consiguió fue la escultora Ana Jiménez López, pero tuvieron que pasar 19 años, porque no lo logró hasta 2003. Hasta ese momento el arte reconocido fue una cuestión masculina. Las cuatro mujeres que siguieron a Jiménez también tuvieron que esperar. Tuvo que transcurrir una década hasta que el premio recayó en una mujer, en dos en realidad, porque en 2013, lo obtuvieron las actrices Lola Herrera y Concha Velasco, en 2014 la diseñadora Amaya Arzuaga y en 2015 la pintora Águeda de la Pisa.
El Premio Castilla y León Restauración y Conservación del Patrimonio, que fue absorbido por Artes en 2015, tampoco destaca demasiado el papel de la mujer: sólo se premió a una, a Eloísa García de Wattenberg, archivera y conservadora de museos. El Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades, que se otorgó por primera vez a una mujer, a la economista Marjorie Grice-Hutchinson, en 1996. No hubo muchas más, tan sólo una, la experta en Derecho, Araceli Mangas, en 2017.
En la categoría Valores Humanos y Sociales, tres mujeres: la filóloga Catalina Montes, que puso en marcha un proyecto en El Salvador, en 2005, la atleta paralímpica Purificación Santamarta en 2006, y la religiosa Presentación López Vivar en 2008. Ni una más desde entonces.
En Deporte, tres mujeres: la atleta Marta Domínguez en 2006, la judoka Miriam Blasco en 2007 y la halterófila Lydia Valentín en 2016. En la categoría ya desaparecida Protección del Medio Ambiente, sólo hubo una premiada, la investigadora Rosario Heras en 2023.
Categorías sin mujeres y Medalla de Oro para hombres a excepción de una reina
Por supuesto, y ante tal escasez de mujeres destacables para el Gobierno autonómico, no podía faltar una categoría sin una sola mujer galardonada, como la creada en 2015, Investigación Científica y Técnica e Innovación.
La Medalla de Oro de Castilla y León es también un reconocimiento destinado a los hombres. El primero que la recibió fue Don Juan de Borbón en 1987. Le siguieron a título póstumo, en 1990, Félix Rodríguez de la Fuente, Adolfo Suárez en 1997, Tomás Pascual en 2006 también a título póstumo, Miguel Delibes en 2009, los Reyes de España en 2010 (esta medalla compartida sería la única que recibe una mujer) y José Vicente de los Mozos en 2021. Castilla y León tiene mujeres, pero para la Junta no destacan demasiado.