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El Arzobispado de Burgos calcula que el 17% de sus templos necesita alguna obra de conservación

EFE

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Cerca de 300, el 17 por ciento, de los más de 1.700 iglesias y ermitas de la provincia de Burgos requieren alguna intervención, en ocasiones de poca envergadura pero necesarias para evitar la ruina, ha afirmado el sacerdote Juan Miguel Gutiérrez, miembro de la Comisión de Patrimonio del Arzobispado de Burgos.

En una rueda de prensa, Gutiérrez ha detallado que en este momento es párroco de 45 pueblos del norte de Burgos, de la zona de Las Merindades, donde cuenta con 56 edificios religiosos.

“Al principio abruma ver tanto patrimonio y que parte está en riesgo, pero también hay que verlo como una oportunidad porque para estar vivo un pueblo necesita una iglesia y un bar”, ha afirmado.

Ha defendido la necesidad de aplicar la imaginación para recuperar ese patrimonio religioso acudiendo a todos los recursos posibles, lo que en su caso ha permitido el arreglo de 27 iglesias y la creación de un fondo común de los pueblos para poder seguir actuando.

La ecónoma de la archidiócesis de Burgos, Mariola Rilova, ha destacado la importancia de obtener todos los recursos posibles para mantener los templos, desde las aportaciones de la Junta de Castilla y León, para Bienes de Interés Cultural, hasta el llamado ‘Convenio de las goteras’, para templos sin esa protección, en el que colaboran la Diputación de Burgos y el Arzobispado.

Aunque con menor capacidad económica, la campaña de donativos ‘Protemplos’, que se celebra este domingo en las iglesias de la provincia es otro recurso importante.

Desde 2017, los donativos recogidos en esta campaña han permitido actuar en 82 iglesias.

Aunque este año esperan doblar la cantidad, la media de donativos obtenidos suma unos 30.000 euros anuales, lo que permite varias actuaciones, porque la aportación máxima a cada templo es de 10.000 euros, siempre que se justifique un gasto de, al menos, 20.000 euros.

“Las iglesias son el corazón de los pueblos y, por eso, es necesario que sigan en pie, también con las ayudas de quienes viven allí y de quienes tienen sus raíces en esos pueblos que cada vez tienen menos habitantes”, ha explicado Rilova.