El Ayuntamiento de Burgos iniciará el proceso para disolver cuanto antes los consorcios suscritos en su día con las dos cajas de ahorro (Caja Círculo y Caja de Burgos) y asumirá su deuda de 200 millones y su gestión en solitario.
En rueda de prensa este lunes, la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala (PP), ha insistido en que la creación del Consorcio de Villalonquéjar, decidida en 1997, y la del Desvío, acordada en 2002, fueron “decisiones acertadas en ese momento” para que las cajas colaboraran con el Ayuntamiento en dos actuaciones urbanísticas de gran entidad que el consistorio no podía asumir en solitario.
Sin embargo, tras la conversión de ambas cajas en fundaciones, Caja Círculo abandonó el consorcio hace unos años y la Fundación Caja de Burgos pidió a finales de 2023 salir de esta entidad.
“No tiene sentido mantener dos consorcios integrados solo por el Ayuntamiento, cuando solo en intereses se pagan 20.000 euros al día, unos 7,5 millones de euros al año”, ha explicado Ayala.
El plan del Ayuntamiento es reducir esa deuda, para lo que amortizarán unos 35 millones de euros; renegociar las condiciones de esa deuda para reducir los intereses; y cobrar intereses por los 20 millones de euros que están en la caja de reserva de los consorcios, fruto de la venta de terrenos.
Además, se reforzará la plantilla de la sociedad de promoción municipal, ProBurgos, para que pueda asumir la gestión de los consorcios, aunque hasta la disolución, en una fecha por determinar, la Fundación Caja de Burgos seguirá colaborando.
El concejal de Urbanismo, Manuel Manso, ha asegurado que al asumir el Ayuntamiento ambos consorcios tendrá “plena capacidad de decisión” y eso no influirá en la venta de suelo, que se podrá seguir haciendo en función de su calificación urbanística, si obligación de que se destine solo a vivienda protegida.
En este sentido, ha asegurado que no comprende el cambio de postura del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos, que hasta ahora estaba decidido a respaldar la disolución pero el viernes pasado cambio de postura, en lo que el vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores (Vox), ha calificado de “irresponsabilidad”.