La Variante de Pajares estrena trenes AVE en pruebas tras casi dos décadas de obras y 2.300 millones de sobrecoste

ileon.com

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El primer viaje oficial y en pruebas con pasajeros, casi todos políticos, por la variante ferroviaria de Pajares, que conectará León y Asturias, se ha producido este lunes entre un ambiente de gran regocijo institucional, casi dos décadas después de ponerse la primera piedra, con once años de retraso sobre las fechas iniciales y un sobrecoste de 2.300 millones de euros; es decir, mucho más del doble de la cuantía inicial prevista entonces, apenas 1.410 millones.

El histórico trayecto ha partido pasadas las 10.00 horas desde La Robla, en la provincia leonesa, y ha llegado hasta Campomanes, en Asturias, en algo más de media hora, un trayecto que desde hace más de 100 años lleva horas completar.

A bordo del convoy han viajado numerosas autoridades, encabezadas por la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Raquel Sánchez, y los presidentes de Castilla y León y de Asturias, Alfonso Fernández Mañueco y Adrián Barbón respectivamente. Ha habido ocasión para numerosas fotos y grabaciones oficiales, con pocos medios de comunicación autorizados, y un ambiente de cierta euforia.

Sin embargo, a pesar de que desde el año 2004 inicial este año 2021 se ha podido cumplir el compromiso de iniciar las pruebas de la circulación de los primeros trenes este año, las obras en realidad no se concluirán de forma definitiva hasta el año 2022. De hecho, no será fácil que los primeros viajeros no políticos sino comerciales cubran los 40 kilómetros bajo la Cordillera Cantábrica hasta que se aproxime el final del año que viene.

Entre otras cosas, porque la empresa pública Adif tiene que licitar, contratar y ejecutar nuevas obras para poder instalar el triple carril entre León y La Robla tras tres años de obras.

En total, en la Variante de Pajares el Estado ha invertido más de 3.700 millones de euros desde la inauguración de 2004 protagonizada por Francisco Álvarez-Cascos. La infraestructura debe permitir acortar los tiempos de viaje en unos 45 minutos, aspira a dejar el tránsito entre Asturias y Madrid de casi cinco horas a poco menos de tres horas, y tendrá una configuración de ancho mixto: ancho estándar (Renfe) e ibérico (AVE) en la vía este y ancho ibérico con traviesa polivalente en la vía oeste, lo que permitirá finalmente combinar el transporte de pasajeros y de mercancías. Pero todo eso, con suerte, a partir del año que viene.

Tan incierta como la fecha de circulación real del AVE es también la solución y las compensaciones que se deben articular una vez confirmados los brutales daños medioambientales causados por las obras bajo la Cordillera, dejando a numerosos pueblos sin acuíferos vitales en las perforaciones por una absoluta falta de previsión y cálculos reales, agua que ahora discurre como un río hacia Asturias en uno de los episodios de mayor gravedad medioambiental de Europa.