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Un arroyo de lodo 'negro' se desborda en un pueblo de Valladolid: “Era como petróleo, como chapapote”

Alba Camazón

3 de abril de 2021 18:04 h

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“Era como petróleo, como chapapote”. La alcaldesa de Hornillos de Eresma -un pequeño pueblo de Valladolid-, Coral López, describe así el lodo negro que bañó el viernes las aguas del arroyo de Sangujero, cerca del polígono industrial de Olmedo. “No sabemos si es un vertido, porque ha habido algunos de empresas de Olmedo, o si como no se ha limpiado en años...”, avanza la regidora de este municipio, de poco más de un centenar de habitantes. El lodo entró en algunos terrenos, incluso formando una “piscina” en la hormigonera de un patio. “Era fango negro putrefacto, como una riada de mugre. Todos los alrededores de la casa estaban anegados de fango”, asegura un vecino del municipio vallisoletano.

El olor empezó a llegar a Hornillos en la noche del jueves al viernes, de madrugada. “Era un olor horrible”. Por la mañana fue oscureciéndose el agua del arroyo que bordea el municipio y sobre las tres de la tarde, se desbordó. “El olor al que estuvimos sometidos: daba la sensación de que podías encender una cerilla y prenderle fuego”, protesta una vecina.

“Hubo un momento en que llegó a bordear las casas”, denuncia López, que asegura que lleva 14 años de alcaldesa y 14 años de “lucha” por el arroyo. vive al lado del arroyo. “Anteayer, de madrugada. Un olor fortísimo me despertó. Creí que tenía una bombona de gas abierta, fui a la cocina y todo estaba cerrado o bien. y pensé: 'otra vez el arroyo'. Ayer todo el día estuve mal del olor tan tremendo”, denuncia una vecina, quien asegura que esta situación se repite todos los años: “Esto es inaguantable y no se hace nada. Presentará el Ayuntamiento las denuncias correspondientes, pero no se hace más”.

El equipo del Ayuntamiento llamó al Seprona, cuyos agentes tomaron muestras para investigar el origen de este lodo y la asociación Ecologistas en Acción Valladolid ya se ha puesto en contacto con el Seprona y la CHD para denunciar esta dituación.

“No sabemos si fue porque el arroyo no estaba limpio y ha llovido, aunque no ha llovido mucho, o si alguna empresa habrá soltado una balsa muy grande, porque algunas empresas vierten sus residuos en el río y nos llegan al arroyo”, explica la alcaldesa. Algunos vecinos se muestran convencidos de que alguna empresa de Olmedo -un municipio cercano con industria- ha vertido sus residuos. “Han soltado las balsas y han arrasado todo. Llevamos así mucho tiempo, no es algo extraño, desgraciadamente. Van acumulando en las balsas aguas del proceso industrial y de vez en cuando lo sueltan y lo mandan todo al arroyo, por la noche, los fines de semana, en Navidad, en Semana Santa... cuando consideran que tienen menos problema”, protesta un vecino de Hornillos, que define el olor del arroyo como “pestilente”.

La Confederación Hidrográfica del Duero no limpia el cauce del arroyo porque lo consideran casco urbano y debe encargarse el Ayuntamiento, señala López. “Pero nosotros somos un ayuntamiento de 160 habitantes, no tenemos medios. Es casi imposible que nos encarguemos nosotros: además de los medios necesitaríamos un proyecto, una memoria... y al final lo tiene que autorizar también la Confederación”, protesta la regidora de Hornillos de Eresma.

Al lado del municipio hay una ruta habilitada y señalizada que recorre las antiguas bodegas de Hornillos, a la orilla del arroyo. Esta ruta ha tenido que ser cortada por el Ayuntamiento a pesar de las visitas de turistas porque “no se podía pasar”. “En ese arroyo no puede vivir absolutamente ningún animal porque está completamente contaminado, ya desde hace tiempo”, protesta un vecino, que 'entiende' que las fábricas de la zona “tengan que funcionar”, pero “no a costa del medio ambiente. ”Es nuestro entorno, si no lo cuidamos nosotros, no lo va a cuidar nadie“, asegura.

Otra vecina se muestra muy molesta: “No sé quién es el culpable, pero hay una dejadez de mucho tiempo. Parece mentira que esto se permita y se consienta como se está permitiendo y consintiendo. Lo que han vertido es cieno puro”.

“Más allá de la molestia a los vecinos, a nivel ambiental esta zona es relativamente rica. Muchos animales están estrechamente vinculados a las vías fluviales”, explica Javier León, de Ecologistas en Acción Valladolid, vecino de la zona de hornillos. “Hay marcas de que el cauce ha subido mucho y se ha arrastrado muchísima vegetación. Estas actuaciones son muy graves”, indica León, que recuerda que este arroyo desemboca en el Eresma, que a su vez desemboca en el Adaja y, posteriormente, en el Duero.

“En las partes anteriores del cauce, había embalsamiento de todo eso, pero al llegar a Hornillos ha provocado un tapón”, explica León, quien califica esta actuación de una “barrabasada” a nivel ambiental.