El PSOE asegura que la Junta de Castilla y León no ha inspeccionado la estación buses de Valladolid en 13 años

El PSOE en el Ayuntamiento de Valladolid ha asegurado este miércoles que la Junta de Castilla y León ha realizado “únicamente 10 inspecciones” durante los últimos 35 años en la estación de autobuses de la ciudad, la última hace 13 años. En un comunicado, el Grupo Municipal Socialista ha afirmado que estos “datos nuevos” evidencian que el Ejecutivo autonómico ha actuado “con negligencia prolongada” y que les han achacado “el deterioro progresivo de la terminal” por no controlar a la empresa concesionaria “desde 1988”.

A la falta de inspección, han explicado los socialistas, se añade “que a lo largo de estos siete lustros no se ha incoado ningún expediente sancionador, a pesar de que los funcionarios sí detectaban anomalías y deficiencias que debían corregirse”.

“Sin canon, sin sanciones y sin apenas inspecciones. Este es el balance de la gestión de la Junta respecto a la estación de autobuses de Valladolid, gestión que lamentablemente respalda el alcalde. En consecuencia, Carnero es cómplice del abandono de las instalaciones”, ha afirmado Pedro Herrero, quien ha comentado que “a partir de ahora el alcalde es también responsable junto al Gobierno Regional de que no se construya la nueva estación de autobuses en Delicias, contemplada en el proyecto de la Integración Ferroviaria”.

Primera inspección en 1999, 11 años después del inicio de la concesión

Según los datos expuestos por el PSOE del Ayuntamiento de Valladolid, la primera acta de inspección de la Junta de Castilla y León a la empresa que gestiona la estación de autobuses de Valladolid “tuvo lugar en 1999; es decir, once años después de que ésta se hiciera cargo de la concesión”. “Desde entonces, han aseverado, ”han sido diez las inspecciones realizadas, de las cuáles sólo seis hicieron referencia a las instalaciones, la última de ellas en 2010, hace nada menos que trece años, si bien no incluyó el estado de los aseos, que han permanecido sin inspeccionar desde 2004“.

Entre la documentación a la que el PSOE de Valladolid ha tenido acceso hay seis actas de inspección que en la que se notifican anomalías desde marzo 1999. En ese primer control, la inspección señaló una puerta automática defectuosa, tarifas desactualizadas y discrepancias en los horarios. Además, se retiró un libro de reclamaciones con irregularidades, instando a la pronta creación de una Oficina de Inspección.

El mal estado de los baños, presentes en todas las actas

En marzo de 2000, se constató la falta de iluminación en el vestíbulo, la ausencia de ceniceros y papeleras, y cocheras en mal estado fueron identificados. Aseos cerrados y en mal estado y problemas en la limpieza. En la sala de espera no había panel de información general y el instalado junto a la entrada de la cafetería está deteriorado y con la leyenda “fuera de servicio”. No se exponen tarifas ni libro de reclamaciones. Una de las empresas carece de todo tipo de información y otra anuncia la venta de billetes en la taquilla de otra diferente.

En noviembre de 2002 se notificó una puerta de acceso averiada. Ni en la sala de espera ni en Información hay panel general. Los aseos de caballeros están cerrados en el momento de la inspección. Los aseos de señoras están llenos de pintadas en paredes y puertas. La estación se cierra a las 0:30 h. y se abre a las 6:00 h. pero la cafetería permanece abierta toda la noche. Sobre el balance de explotación del año 2001 se pregunta a la empresa por sus recortes de gasto en limpieza, vigilancia y reparaciones, alegando que se ha contratado con empresas más baratas y el descenso de las actuaciones de conservación. Requeridos los ingresos de la empresa en concepto de cánones de uso y facturación a las diferentes empresas de transporte en el año 2011, la encargada de la estación contesta que “se pagan mensualmente en base a un concierto verbal con cada una” y se compromete a remitirlos al Servicio Territorial de Fomento.

En junio de 2003, un informe de medio folio recoge que el suelo está sucio y que “hay bastante suciedad en el resto de las dependencias de la estación”. Hay urinarios que pierden agua y retretes cerrados en los aseos de señoras con el cartel de “No usar”.

En agosto de 2004, en un informe de apenas un folio, se recoge que la pintura del suelo de la dársena está muy desgastada, que en los aseos hay un “fuerte olor a orina”, una encimera rota y en el baño de personas con discapacidad falta un brazo metálico y las tapas del retrete están “arrancadas y en el suelo”.

En mayo de 2010, en el acta de inspección, que sólo se centra en las taquillas, se refleja la ocultación de la leyenda de que los usuarios tienen a su disposición hojas de reclamaciones. A pesar de ello, diversas empresas de transporte registran quejas habituales y recientes.

En cuanto a las otras cuatro actas de inspección durante estos 35 años, la primera de ellas data del año 2002 y deriva de la queja de algunos vecinos por las molestias ocasionadas por unas obras. La segunda y la tercera fueron realizadas por la inspección de Transportes y se refieren a la línea Valladolid – Segovia (2007) y el estado de los vehículos que prestan servicio en ella (2008). La cuarta acta (2015) versa sobre la antigüedad de los autobuses de la línea Valladolid – Aranda de Duero.

A esta nueva información hay que sumar la presentada por el Grupo Municipal Socialista la semana pasada en la que, según defendían, la Junta “no ha cobrado nunca” el canon de la estación de buses de Valladolid. Además, han matizado que la documentación acredita que la Directora General de Transportes y Logística de la Junta solicitó en dos ocasiones a la empresa concesionaria que “extreme el mantenimiento de la infraestructura”. La primera de ellas el 28 de julio, al día siguiente de que el PSOE pidiera la información, y la segunda el pasado 23 de octubre. “Ambas solicitudes de la Junta aluden a supuestas inspecciones de cuya existencia no se ha dado cuenta a los socialistas junto con las demás”, han relatado.